Capítulo 4

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Todavía no estaba preparada para hablar con Lean, lo mejor era darme un poco de tiempo a mí misma. Para procesarlo todo y hacer un breve discurso para decírselo.

Salí de la casa con dos intenciones, primero visitar a Lea y después ir al bosque.

Camine hasta llegar a una acogedora cabaña y golpee.

Al instante una radiante Lea con un vientre notable estaba frente a mí.

-Hola Lea ¡Te ves hermosa!

-Esas son mentiras, estoy gorda y muy hinchada.

-Por Dios Lea exageras...

-No exagero, en serio. Lo peor de todo es que quiero comer carne todo el maldito día y comienzo a insultar a todos.

-Vaya comer carne... - a pesar de que dijera que estaba gorda e hinchada, estaba hermosa se le notaba feliz.

-Carne cruda...

-Eso es asqueroso – le digo sorprendida.

-Consecuencias de ser una licántropa amiga – y la verdad que lo era. Era el precio de poder estar con su pareja eternamente y poder tener sus cachorros.

-Hablando de eso Lea... ¿Me contarías cómo fue todo ese asunto desde el principio?

-Claro, pero ¿Por qué quieres saber? Nunca te intereso mucho el tema – y era verdad, nunca les preste atención a lo que decían de los licántropos.

-Bueno ya vez... las cosas cambian, ahora cuéntame.

-Está bien, al principio un sangre pura tiene que morderte e inyectarte su veneno por así decirlo. La mordedura de duele y arde mucho por horas hasta que se va extendiendo por todo el cuerpo, en mi caso me tenían amarrada para evitar que me lastime y todo eso. Después todo se pasa y la herida esta curada, empezas a desarrollar de a poco todos tus sentidos y te empieza a volver loca, tenes que soportar hasta que de a poco se vayan desarrollando y luego que ya este todo bien y por fin te calmas. Y por último esta la transformación, duele como los mil demonios porque sentís todos tus huesos quebrarse y tus órganos acomodarse, por bastantes días estuve con dolor pero aparte de eso, tenes que controlar la ira y el evitar transformarte en cualquier situación. Para eso me entrenaron, hay un entrenamiento previo y un entrenamiento después de todo lo que te acabo de contar.

Parpadee un par de veces intentando procesar toda la información que me acababa de dar. En cierta forma me imaginaba que todo iba a ser peor, pero había que estar en su lugar.

-Vaya... eso ha sido bastante complicado.

-Sí lo fue, pero valió la pena – dice acariciando su vientre mientras sonríe.

-Apuesto a que sí, y Allen está feliz supongo ¿no?

-Sí, está muy feliz. Estamos felices.

-Me alegro mucho Lea, ahora me tengo que ir pero prometo venir pronto a verlos a los dos.

-Está bien pero primero ¿Cómo van las cosas con Duster? ¿Todavía no aceptas ser su luna? Veo que te has sonrojado, contesta.

-Estamos bien pero no en manera romántica...

-Sí claro...

-Me tengo que ir, adiós Lea, adiós pequeño bebe – acaricio su vientre y salgo corriendo, escapando de sus preguntas.

Me dirigí al bosque y me fui al mismo lago de siempre. Tenía que pensar en todo y en la posibilidad de apoyar a Lean en su decisión.

Todo iba a ser complicado pero si él quería eso, tenía que apoyarlo porque aunque por más que me oponga no tengo tanto derecho sobre él como me gustaría.

Metí los pies al agua y me deje llevar por los pensamientos soltando un suspiro.

Nunca pensé que mi vida sería así, pero no puedo quejarme de nada... todo lo que hice en su momento fue por una razón y acá estoy.

Una ex bruja que dio sus poderes para salvar a los lobos, que escapo y formo una familia, la familia que tenia se derrumbó y tuve que volver con un hijo de corazón viviendo en la casa de un hombre lobo que me pretende, y después de todo mi hijo de corazón quiere ser uno más.


No quiero ser tu lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora