Narra Sam:
Llegué a casa temblando de miedo. Introduje la llave en la cerradura y reuní a mi familia en el comedor.
-¿Qué ocurre, cariño?- preguntó mi mamá.
-Y-yo...- suspiré para evitar tartamudear.- Tengo algo importante que contarles.
-Hijo, me estás asustando.- dijo mi papá.
-Lo siento...- me quedé en silencio un momento.- Bueno, todo comenzó hace un tiempo, cuando me di cuenta de que yo...
-Sam.- advirtió mamá y mis ojos se cristalizaron.
-Me... Me gustan los chicos.- sollocé. Cat me miró reconfortante.
- Sam, es broma ¿Cierto?- negué sin mirar a mi padre, quien había preguntado.- Pero... ¿De qué mierda hablas?- preguntó con un tono algo fuerte.
- Sam...- mi madre me miraba con dolor.- No puedes ser así...
-Má, yo no elegí esto, pero no me quejo, tengo el mejor novio del mundo.- tapé mi boca automáticamente.
-¿Qué?- mi madre se estremeció.
-¿Novio?- preguntó mi padre.- Sam, tranquilo, aléjate de él, es una etapa de la adolescencia.
-Pediré una hora con el psicólogo.- dijo mamá. Cat miraba todo lo que hacían mis padres.- ¿Quién es tu novio?- no contesté.
-¿No lo querías presumir? Anda, dilo.- mi padre habló.
-A-Alex.- hubo un completo silencio, que se hizo eterno, en el que mis padres se miraban entre ellos.
-Maldito.- mi padre golpeó la mesa con su puño. Sentí mis mejillas humedecerse otra vez.
- ¡Mamá, papá!- Cat intervino.- Abran los ojos, ¿Desde cuándo que no veían a Sam sonreír de la manera que lo ha hecho estos últimos días?, Sam está enamorado y se le nota hasta en los ojos. Déjenlo vivir y que pueda amar tanto como ustedes pudieron...- Cat habló por primera vez.
-No quiero un hijo así.- Papá negó y lo dijo con tanta dureza que mis ojos empezaron a derramar más y más lágrimas.
-Mamá...- supliqué con la mirada aguada.
-No... Sólo vete, Sam.
- Ignorantes.- Dijo Cat acompañándome, íbamos subiendo las escaleras, pero antes tocaron la puerta. Cat se quedó en la baranda de la puerta y fui a abrir limpiando mis hinchados ojos.
-¡Sorpresa!- Alex gritó del otro lado, mis padres lo miraron, ya que estaban detrás de mí.
-Vete, Alex.- le dijo mi padre, vi como Alex fruncía el ceño.
-Pero, señor Parker...
-No me vuelvas a hablar.- Alex bajó la vista pareciendo entender todo.
-Lo lamento.- dijo con la cabeza gacha.- Ya me voy.- se giró y se fue caminando, antes de desaparecer por la calle me miró y yo estallé en llanto. Corrí hasta mi habitación y, aunque Cat insistiera con entrar, no la dejé, me acosté en mi cama y lloré a todo pulmón y luego en silencio.
Pequeños ruidos en mi ventana me despertaron, de tanto llorar ya me había dormido.
- Hola, amor.- Alex entró por la ventana.- Te traje chocolate.- sacó un chocolate de su bolsillo. Sollocé y no hice ningún gesto, él deposito el chocolate en mi mesita de noche.- Vamos, amor, sonríeme, odio verte mal.- negué y me di vuelta hacia la pared en posición fetal.- ¿Sam?- sentí la cama hundirse y luego unos brazos rodeando mi cintura. Estaba solo en ropa interior, pero no me importó en absoluto.- Tan sólo dime algo.- susurró en mi oído.
-Doy asco.- dije con la voz entrecortada.
-Claro que no, Sam.
-Mis padres me miraban con asco, Alex.- sollocé y me di vuelta para verlo a la cara.- Ahora te odian.- lloré en su pecho, escondiendo mi rostro allí, sin importarme lo fuerte que se oía. Alex acarició mi cabello lentamente mientras mi pecho subía y bajaba por los sollozos.
-Bebé, mírame.- subí la mirada.- Eres su hijo y eres perfecto. De todos modos lo aceptarán, sólo dales tiempo.
- Te quiero tanto, Alex.- besé se mejilla.
- No sabes cuánto yo a ti.- estuvimos minutos en silencio hasta que sentí los leves ronquidos de parte de Alex.
- Alex, amor.- lo moví.- Debes irte o me matarán.
- ¿Me llamaste amor?- me sonrojé, aunque con la oscuridad apenas se veía.- Hazlo de nuevo.- negué.- ¿Por favor?- curvó sus labios hacia adelante formando un lindo puchero.
- Alex...- hizo como si no escuchara.- ¿Amor?
- Ah ¿Qué? ¿Me llamaste?- dijo sobre-actuando y reí.- Esa risa extrañaba.
- Cállate, nos matarán. Ahora debes irte, bebé.
- Estás cariñoso, Sam...- Alex rió y me besó.- No me iré. No podría dejarte solo estando así.
-Pero, ¿Qué pasa si entran mis padres?
-Pones la traba en la cerradura de la puerta.- dijo Alex obvio.
-Alex.- advertí, pero no me tomó en cuenta.
Me levanté de la cama y puse la traba en la cerradura. Me di la vuelta y vi a Alex observándome.
-Basta.- susurré avergonzado sin mirarlo.
Me recosté de nuevo y Alex depositó sus manos en mi cintura otra vez. Cerré los ojos y nos quedamos unos minutos así. Alex besó mi cuello y me tranquilicé. Respiré profundamente e intenté conciliar el sueño, pero no podía, entonces permanecí tranquilo y con los ojos cerrados.
-Sam.- me llamó Alex. Yo sólo lo escuché.- Te amo. Todo estará bien, cariño. Sé que estás dormido, pero no puedo esperar a decirte todo lo que siento por ti. Eres quien ilumina mi vida, bebé, y el día que aceptaste ser mi novio fue uno de los mejores días.- rió.- Quisiera darte todo para que seas feliz, porque me parte el alma verte triste. Cuando toqué la puerta y vi tus hermosos ojos azules llenos de lágrimas juro que quise sacarme los míos para no verte llorar. Amor, eres la luz de mi vida, eres todo lo que siempre quise y sé que nunca hablábamos, pero siempre estabas en mi mente, cuando dibujaba, cuando jugaba fútbol e incluso cuando no hacía nada, amor, prometo... Prometo que voy a amarte sin miedo. Ya me voy, nos vemos mañana en la escuela, te quiero y duerme bien, bebé.- me cubrió con la sábana y me besó cuidadosamente, sonreí escuchando como se iba por la ventana. En serio sí tenía el mejor novio del mundo. Me acerqué a la ventana.
-Te quiero.- susurré, pero lo bastante alto para que me oiga. Alex se detuvo, pero no volteó a comprobar si estaba despierto. Luego siguió avanzando y lo miré hasta que desapareció en la oscuridad.
Volví a la cama pensando en las palabras de Alex, "Sólo dales tiempo..." Espero que el tiempo funcione.
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YA ES SÁBADO!!!
Esperamos que hayan pasado una linda navidad con sus familia y cercanos...Esperamos que les haya gustado y nos leemos el martesssssss.
~C
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Amarte sin miedo.
Teen FictionLa adolescencia siempre ha sido difícil, digo, te das cuenta de quienes en realidad han sido tus amigos, también te das cuenta de lo que quieres lograr con tu vida y, por supuesto, tu orientación sexual. La adolescencia siempre ha sido temida en cie...