Narra Sam.
Había llamado a Alex para invitarlo a una cita hogareña, por lo que llegó unos minutos después.
-Hola, amor.-saludó y besó mis labios dulcemente.
-Hola, Alex.- lo abracé.- Amor, con respecto a lo que pasó, en serio perdóname, bebé. Soy un idiota.
-Eres mi idiota.- susurró.- ¿Sabes? Pasado pisado.- me estrechó en sus brazos.
- Pero amor, te dije que te odiaba y rompí tu corazoncito al decirlo... Ni si quiera sé por qué me perdonaste.
- Porque te amo y el minúsculo tiempo que estuvimos separados fue un infierno para mí.
- Perdón.- lo abracé fuerte.- Te extrañé muchísimo.
- No eres el único.- besó mi cabeza y minutos después lo llevé al segundo piso, para ser exactos, a mi habitación.
-Sam... Yo...- me giré a verlo.- Quería preguntarte si quisieras, mañana, pasar Navidad conmigo.- sonrió y asentí con una amplia sonrisa.
-Sí, me encantaría.
-Bien, ¿Duermes en mi casa?- pude ver como cruzaba los dedos en busca de suerte y como articulaba "Di que sí".
-Sip.- sonreí.- Amor, ¿Quieres ver películas de terror.- hice una voz terrorífica.- o películas tristes?
- De terror.- sonrió.
-Ok, tengo una que es genial.- salí de la habitación y le pedí la película a mi hermana.
-Espero que me abraces, soy muy miedoso.- reímos.
Sin embargo, al rato era yo quien protegía a Alex. Mi pequeño osito tapaba sus preciosos ojos cada vez que podías presentir que algo pasaría.
-¿Quieres ver otra película? Ya sabes, para dormir sin pesadillas.
-Contigo jamás tendría pesadillas, además, no tengo miedo.- sonrió.
- Como digas, corazón.- lo abracé más y seguimos viendo la película.
A ratos cubría los ojos de Alex cuando sabía que algo aparecería y, él aún diciendo que no le daba miedo, no quitaba mis manos.
Al acabar la película miré a Alex.
- Tengo miedo.- susurramos al mimos tiempo y reímos.
-Además tengo sed hace como una hora...- susurró y besé su mejilla.
-Voy por algo para beber.- dije, pero la verdad me daba miedo moverme. Reí nervioso.
-Te acompaño, no quiero quedarme acá solito, y, si morimos, lo haremos juntos.- agarró mi mano y nos levantamos lentamente.
Caminamos encendiendo las luces hasta la cocina y serví agua para Alex. Él no me soltó un segundo por el miedo e intentamos volver a la habitación lo más rápido posible.
-3, 2, 1...- susurró y apagó la luz de la escalera. Corrimos hasta la habitación y me lancé a la cama junto a Alex. Él me abrazó y le correspondí con fuerza.
-No estoy seguro de poder dormir esta noche.- dije riendo entre dientes.- ¿Duermes conmigo?
Asintió sonriendo.
-Pasaremos toda la noche temblando.- sonreí.- O... Podríamos hacer algo más interesante.
Levantó las cejas repetidas veces y soltó una carcajada.
-¡SHHH!- lo regañé.- Somos los únicos despiertos.- cubrió su boca con ambas manos y asintió como un niño pequeño.
-Amor.- me miró.- Mañana por la mañana debo ir a comprar tu regalo y no quiero que lo veas, entonces ¿Nos vemos más o menos a las dos?
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Amarte sin miedo.
Teen FictionLa adolescencia siempre ha sido difícil, digo, te das cuenta de quienes en realidad han sido tus amigos, también te das cuenta de lo que quieres lograr con tu vida y, por supuesto, tu orientación sexual. La adolescencia siempre ha sido temida en cie...