Capítulo 40

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Narra Sam.

Había llamado a Alex para invitarlo a una cita hogareña, por lo que llegó unos minutos después.

-Hola, amor.-saludó y besó mis labios dulcemente.

-Hola, Alex.- lo abracé.- Amor, con respecto a lo que pasó, en serio perdóname, bebé. Soy un idiota.

-Eres mi idiota.- susurró.- ¿Sabes? Pasado pisado.- me estrechó en sus brazos.

- Pero amor, te dije que te odiaba y rompí tu corazoncito al decirlo... Ni si quiera sé por qué me perdonaste.

- Porque te amo y el minúsculo tiempo que estuvimos separados fue un infierno para mí.

- Perdón.- lo abracé fuerte.- Te extrañé muchísimo.

- No eres el único.- besó mi cabeza y minutos después lo llevé al segundo piso, para ser exactos, a mi habitación.

-Sam... Yo...- me giré a verlo.- Quería preguntarte si quisieras, mañana, pasar Navidad conmigo.- sonrió y asentí con una amplia sonrisa.

-Sí, me encantaría.

-Bien, ¿Duermes en mi casa?- pude ver como cruzaba los dedos en busca de suerte y como articulaba "Di que sí".

-Sip.- sonreí.- Amor, ¿Quieres ver películas de terror.- hice una voz terrorífica.- o películas tristes?

- De terror.- sonrió.

-Ok, tengo una que es genial.- salí de la habitación y le pedí la película a mi hermana.

-Espero que me abraces, soy muy miedoso.- reímos.

Sin embargo, al rato era yo quien protegía a Alex. Mi pequeño osito tapaba sus preciosos ojos cada vez que podías presentir que algo pasaría.

-¿Quieres ver otra película? Ya sabes, para dormir sin pesadillas.

-Contigo jamás tendría pesadillas, además, no tengo miedo.- sonrió.

- Como digas, corazón.- lo abracé más y seguimos viendo la película.

A ratos cubría los ojos de Alex cuando sabía que algo aparecería y, él aún diciendo que no le daba miedo, no quitaba mis manos.

Al acabar la película miré a Alex.

- Tengo miedo.- susurramos al mimos tiempo y reímos.

-Además tengo sed hace como una hora...- susurró y besé su mejilla.

-Voy por algo para beber.- dije, pero la verdad me daba miedo moverme. Reí nervioso.

-Te acompaño, no quiero quedarme acá solito, y, si morimos, lo haremos juntos.- agarró mi mano y nos levantamos lentamente.

Caminamos encendiendo las luces hasta la cocina y serví agua para Alex. Él no me soltó un segundo por el miedo e intentamos volver a la habitación lo más rápido posible.

-3, 2, 1...- susurró y apagó la luz de la escalera. Corrimos hasta la habitación y me lancé a la cama junto a Alex. Él me abrazó y le correspondí con fuerza.

-No estoy seguro de poder dormir esta noche.- dije riendo entre dientes.- ¿Duermes conmigo?

Asintió sonriendo.

-Pasaremos toda la noche temblando.- sonreí.- O... Podríamos hacer algo más interesante.

Levantó las cejas repetidas veces y soltó una carcajada.

-¡SHHH!- lo regañé.- Somos los únicos despiertos.- cubrió su boca con ambas manos y asintió como un niño pequeño.

-Amor.- me miró.- Mañana por la mañana debo ir a comprar tu regalo y no quiero que lo veas, entonces ¿Nos vemos más o menos a las dos?

Amarte sin miedo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora