Narra Alex:
-Eres un imbécil, Alex. Te odio. No quiero volver a verte.- Sam gritó y yo sólo cubrí mis ojos ya cristalizados.
-Amor.- susurré.
-No, Alexander. Vete a la mierda.- lo miré.
-Sammy.- sentí un portazo y desperté. Mis ojos estaban llenos de lágrimas y los limpié rápidamente.
Tomé mi teléfono y vi el mensaje de Sam, que me relajó.«Buenos días, bebé. Te amo, nos vemos en la escuela.»
Suspiré aliviado y me preparé para la escuela.
Cuando llegué, pude ver a Sam unos metros más lejos. Corrí hacia él y lo abracé como nunca.
Apenas alcanzó a reaccionar y lo estreché más fuerte en mis brazos. Cuando nos separamos, agarré su rostro entre mis manos y lo llené de besos.
-¿Qué pasa?- preguntó.
-Te amo.- contesté.- Soñé... que te perdía.
-Amor.- rio.- Sueñas mucha mierda junta. Jamás te dejaría, eso sería como dejar un sueño luego de tanto esfuerzo. Te amo.
-No sabes cuánto me alegra escuchar eso.
-¡Hola!- reconocí la voz de Penny y posó su brazo en mi hombro y el otro en el de Sam.- ¿De qué hablaban?
-Nada.- Sam respondió y por detrás de Penny me lanzó un beso.
Me fui directo a la cafetería luego de química y me senté junto a Sam.
- Hola, amor.- besé su mejilla.
- Hola, Alex.- me pasó su teléfono encendido.- ¿Te gusta?- había una foto de nosotros. Yo salía sonriendo a la cámara y él con su lengua en mi mejilla.
- Está genial.- dije sonriendo.- Pero tengo una mejor.- desbloqueé mi iphone y me fui a galería, busqué en la carpeta que tenía de nosotros y encontré la foto, era una de él muerto de la risa.
- No sales tú.- dijo con su hermoso ceño fruncido.
- Por eso es perfecta, solo sales tú.
- Amor...- dijo con tristeza.- Sabes que odio que te menosprecies, eres el ser más perfecto de la faz de la tierra.- acarició mi mejilla y cerré los ojos con su tacto.
- Te amo.- susurré. No recibí respuesta, pero sentí los labios de mi Sam sobre mis labios.
-Hoy te llevaré a un lugar al cual iba de pequeño.- le dije.- Iremos al campo.
A Sam pareció gustarle la idea. Hizo una carita muy dulce con una sonrisa grande y ojos brillantes.
(...)
Unas horas después estaba conduciendo con Sam en el asiento de acompañante hacia el campo. Dejamos el coche a unos kilómetros y caminamos a arrendar unas bicicletas.
Me quedé atrás y dejé avanzar a Sam para poder verlo adelante mío. Se veía perfecto sobre su bicicleta. Recorrimos unas colinas y senderos juntos y el camino se comenzó a poner más empinado. Sam iba muy rápido y yo intentaba no perderlo de vista. No había nadie y teníamos todo el lugar para nosotros.
-Sam.- lo llamé, pero estaba tan lejos que no me escuchó.
Pedaleé más rápido para alcanzarlo y vi una curva pronunciada cerca.
Frené un poco y vi caer a Sam frente a mí. Ahogué un grito y bajé de mi bicicleta. Me acerqué rápidamente hacia él. Hizo una mueca de dolor, pero sonrió enseguida.
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Amarte sin miedo.
Teen FictionLa adolescencia siempre ha sido difícil, digo, te das cuenta de quienes en realidad han sido tus amigos, también te das cuenta de lo que quieres lograr con tu vida y, por supuesto, tu orientación sexual. La adolescencia siempre ha sido temida en cie...