Narra Alex:
-¿Sabes qué día es hoy?- pregunté a Sam con una sonrisa. Él también sonrió.
-Cumplimos dos meses juntos.- dijo Sam y me abalancé sobre él a besarlo.
Recién había llegado a casa de Sam. No podía creer lo rápido que pasaba el tiempo cuando estaba junto a él.
-Para celebrar, te invito a la playa. Nos podemos quedar en una casa a la cual voy con mi familia. Pero estaremos solos.- me miró travieso.
Reí y le ofrecí que fuésemos en mi auto. Sam accedió.
Hicimos un bolso con todas las cosas que llevaríamos, nos despedidos y subimos al auto.
Sam iba en el asiento del acompañante. Encendí la radio y comenzamos a avanzar. Sam puso su mano en mi muslo.
Hablamos un rato y llegamos a un semáforo con luz roja. Me acerqué a Sam y lo besé, agarrando su nuca hasta que la luz cambió a verde.
Seguí avanzando e hicimos lo mismo en algunos semáforos más. El camino se hacía más corto.
Frené brusco cuando un auto pasó muy cerca nuestro, casi rozándonos. Ahogué un grito y Sam soltó el aire que tenía retenido.
-Ay, bebé.- suspiró asustado. Agarré su mano.
(...)
Un rato después ya podíamos ver el mar. Estacioné donde Sam me indicó que estaba su casa y bajamos las cosas. Decidimos ir a la playa apenas llegamos, para que después no se nos haga muy tarde.
Pusimos las toallas en la arena y sacamos las cosas del bolso. Había mucha gente y hacía bastante calor. Quitamos nuestras playeras y las dejamos sobre las toallas.
Agarré el protector solar y puse un poco en mi mano. Lo apliqué con cuidado en el rostro de Sam y lo esparcí.
-Mi turno.- anunció riendo cuando acabé.
Se acercó a mí y puso protector solar en su mano. Giró mi cuerpo y sentí sus manos en mis hombros. Esparció el protector haciendo círculos por mi espalda y cerré los ojos.
-Gracias, amor.- dije.
Sam me besó y corrió hacia la orilla del mar. Corrí para alcanzarlo y lo alcé de la cintura. Juntamos nuestras cabezas y sonreímos.
Lo deposité en la arena y entramos al agua.
Avanzamos y el agua nos comenzó a cubrir casi por completo. Vi una ola acercarse y me di la vuelta rápidamente para volver a la orilla, pero Sam sujetó mi mano.
-¿Qué pasa?- preguntó.
-Volvamos.- contesté rápidamente intentando soltarme de su agarre.
-¿Te da miedo?- asentí.- No pasa nada, Alex.
La ola se acercaba y cada vez crecía más.
-Por favor, Sam. No quiero.- supliqué.
-Te prometo que todo estará bien. Tienes que pasar por debajo de la ola.- contestó.
Asentí y apreté su mano. Me sumergí e hice lo que Sam me dijo.
Salí del agua y agité mi cabello.
-¿Viste? Estamos bien.- dijo mirándome. Sonreí.
Seguimos avanzando y pasando las olas.
Una ola gigante se acercó a nosotros. Intentamos correr y Sam rio. La ola nos alcanzó y él tragó un poco de agua, comenzó a toser riendo.
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Amarte sin miedo.
Teen FictionLa adolescencia siempre ha sido difícil, digo, te das cuenta de quienes en realidad han sido tus amigos, también te das cuenta de lo que quieres lograr con tu vida y, por supuesto, tu orientación sexual. La adolescencia siempre ha sido temida en cie...