Narra Sam:
Cuando nos separamos, refregué mi nariz con la suya. Nos quedamos juntos un rato y Alex se levantó lentamente de pronto.
-Me daría una ducha. ¿Puedo?- preguntó.
-Claro, amor.- contesté.
Alex entró al baño con su ropa y lo esperé.
Salió unos minutos después y yo entré. Todo estaba impregnado de su exquisito aroma.
Me duché muy rápidamente así Alex y yo tendríamos más tiempo para estar juntos.
Decidimos pedir comida y cenamos juntos.
-Ven acá.- me acerqué a él y limpió mi boca con una servilleta.
Me sonrojé, me volví a sentar y Alex me tiró un beso.
Cuando acabamos de comer, subimos a prepararnos para dormir. Me cambié de ropa a un pijama entero, de tiburón. Ya quería ver la reacción de Alex... Cuando salí del baño me encontré a Alex con un pijama entero de panda. Abrí la boca, yo era quién se había sorprendido. Se veía adorable. Reímos por la coincidencia.
-Te voy a comer.- le dije con voz traviesa.
No alcanzó a reaccionar cuando me recosté sobre él y lo llené de besos cortos. Acabé mordiendo su labio inferior y provocándole soltar un gemido.
-Vuelvo enseguida, osito.- dije al separarme de él. Revisé que todo en la casa estuviese en orden y luego volví a nuestra habitación. Alex me estaba esperando ya acostado, con la luz apagada.
Avancé hacia la cama y me tropecé con algo del piso. Maldije por lo bajo y Alex rio.
-Te ves perfecto como un tiburón, Sam.- me dijo y me sonrojé, pero no podía verme.
-Y tú como un osito.- contesté y entré a la cama.
Alex me hizo un espacio y entré.
-Está calentito.- dije sonriendo.
Alex se cubrió completamente con las sábanas.
-Hey, no me dejes solito.- dije con voz infantil y escondí mi cabeza en la almohada. Alex se asomó y le sonreí.
Sujetó mi mano y entrelazó nuestros dedos.
Narra Alex.
Desperté aún abrazando a Sam y sonreí.
Me levanté con cuidado, pero sólo logré despertarlo. Ya yo estando de pie, él me habló.- Amor...- bajó su mirada rápidamente y luego la subió a mis ojos.
- Mierda.- dije al notar a mi amigo levantado.- ¿Ves lo que provocas?- reí.
- ¡Hey! Eso le pasa a todos por la mañana.
- ¿Sí?- arrebaté las mantas y él se tapó con una almohada riendo. Besé su frente y me fui a dar una ducha.
Al salir noté un olor a huevos fritos. Bajé las escaleras y vi como Sam los preparaba.
Me puse tras él y lo abracé fuertemente. Sam se sobresaltó y casi se le cae todo.
-Lo siento, amor.- dije entre risas, él me miró.
Intentó lucir molesto, pero una sonrisa se formó en sus labios.
- Te amoo.- llené de besos su mejilla y él rió. Sentí mi teléfono vibrar y contesté.- ¡Hey!- saludé.
- Alex.- Matt habló.
- ¿Cómo estás?
- Bien ¿Y tú, bombón?- preguntó riendo. Matt era uno de mis mejores amigos y nuestra relación era muy cercana, por lo que teníamos muchos apodos.
- Coqueto.- reí.- Bien también.- Sam me miró confundido.
- Genial... Alex, el entrenador nos preguntó dónde estabas en la práctica pasada. Te necesitamos, amigo. Los contrincantes vinieron a vernos y jugamos terrible...
- ¡Cierto!- golpeé mi frente.- Lo olvidé... Lo siento, Matt.
- No te disculpes... Sólo no faltes para la próxima.
- Tranquilo... No te defraudaré.
- Ok, nos vemos, adiós.
- Hasta luego.- colgué y Sam me miraba sin expresión alguna.
- ¿Quién era?- los celos eran notables y reí.
- Matt.- alzó las cejas.
- ¿Matt quién?
- Un amigo...- contesté sonriendo. Sus celos eran ridículos, jamás sentiría algo por Matt, Él es como mi hermano.- No tienes por qué preocuparte.
Sam no parecía muy convencido. Lo abracé con fuerza, pero no me correspondió.
(...)
Narra Sam.
La verdad me había molestado un poco la llamada de Alex, pero Alex había estado toda la tarde pensativo y me preocupaba mucho mas que cualquier otra cosa.
- ¿Qué pasa?- le pregunté acariciando su hombro.
- ¿Por qué estás conmigo?- preguntó.
-¿Qué? Porque te amo, bebé.- besé su hombro.
- ¿Por qué lo haces? No soy nada comparado contigo, mereces alguien mejor.- dijo mirándome confuso.- Deberías, aunque me duela, dejarme y buscar alguien mejor.
- Amor...- lo miré con dulzura.- Si te pierdo me pierdo a mí mismo, eres mi todo, eres mi para siempre y...- giré un poco su mentón para que me mirase.- Yo sólo deseo también ser tu para siempre, bebé.
- Sam, te amo, mucho, pero...
- Tú y sólo tú es lo que quiero.- dije besándolo.
- Está bien.- sonrió y volvió a besarme, me apegó a él y me dio vuelta, quedando él sobre mí y con sus brazos a los lados de mi cabeza.- Te amo.- dijo luego de tirar mi labio haciéndome gemir.
(...)
Con Alex subimos las cosas al auto de nuevo, ya que teníamos que volver.
En el auto colocamos música y coloqué mi mano en su muslo mientras el manejaba.
- Sam... Tu mano.- tosió fingidamente y vi que mi mano estaba muy cerca su entrepierna, su miembro estaba luchando con salir de sus pantalones y reí sonrojado.- Van dos veces, dos veces, amor, en sólo un día.- rió. Frenó en un semáforo y se inclinó hacia mí.- Ven, dame un beso.- tomé su rostro en mis mano y lo besé lentamente hasta que sentí una bocina tras nosotros y unos dos autos adelantando el nuestro.- Rayos.- maldijo y reí.
(...)
Alex me dejó en casa. Ahí estaba Cat estudiando. Al verme entrar, levantó la vista y sonrió.
-¿Cómo te fue, Sam?- preguntó dejando el libro al costado.
-Genial.- contesté sonriendo.
-¿Todo bien con Alex?- asentí.- ¿Dónde fueron?
-A la playa. Nos bañamos en el mar y luego en la piscina.- le conté.
-Me alegro de que pasen tiempo juntos.- Cat sonrió y me sonrojé levemente.
(...)
Luego de tocar un rato la guitarra y leer un libro de un examen cercano, me recosté en la cama y cerré los ojos.
La imagen de Alex sonriendo cuando Matt lo llamaba "bombón" no podía desaparecer de mi cabeza. Sé que Alex me explicó todo y seguro estoy exagerando, pero no encontraba la forma de evitar pensar en eso.
Matt conoce a Alex desde hace tiempo y son muy amigos. No sé si Matt sea gay o no, pero ¿Quién sabe?
Al principio no me esperaba ni un poco que Alex lo sea. Ni siquiera Harry lo hacía, quien pudo notar que yo lo era cuando yo no lo sabía.
Wow.
Es como si eso hubiese pasado hace siglos, pero a la vez todo ha pasado tan rápido que apenas puedo analizarlo.
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3/5
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Amarte sin miedo.
Teen FictionLa adolescencia siempre ha sido difícil, digo, te das cuenta de quienes en realidad han sido tus amigos, también te das cuenta de lo que quieres lograr con tu vida y, por supuesto, tu orientación sexual. La adolescencia siempre ha sido temida en cie...