Capítulo 28

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Narra Sam:

-¿Qué haremos hoy?- pregunté a Alex.

-¿Qué quieres hacer?- me preguntó despeinando mi cabello. Me encogí de hombros.- Tengo una idea...

Alex llamó a un taxi luego de vestirnos y desayunar, pero no me contó nada del lugar al cual iríamos, sólo me dijo que lleve ropa desabrigada.

Al llegar el taxi, me cubrió los ojos con un pañuelo y le susurró el destino al taxista.

Me ayudó a subir y se sentó a mi lado.

-¿Qué haces, Alex? ¿Dónde vamos?- pregunté.

-Es una sorpresa.- contestó abrochando mi cinturón de seguridad.

Sonreí y quise besarlo, pero no encontré su rostro. Permanecí en silencio unos minutos.

-Dame una pista.- rompí el silencio. La curiosidad me estaba matado.

-Te gustará.- contestó seguro.

Me gustaban muchos lugares, pero no se me ocurría alguno que Alex me pudiese llevar.

Ropa desabrigada... ¿La playa? Podría ser una opción, pero supongo que traeríamos toallas y bañadores... También la distancia influía.

-¿Falta mucho?- pregunté como un niño pequeño. Eso me daría una pista. La playa más cercana estaba a más de una hora cuando fui con Harry. Había pasado poco tiempo desde que subimos al taxi.

-No, sólo unos minutos más.- contestó Alex confundiéndome.- ¿Estás bien? ¿Estás mareado?

-Estoy bien.- contesté. Entrelazó nuestros dedos. El taxi se detuvo un rato después.

-Llegamos.- anunció el taxista. Alex me ayudó a desabrochar mi cinturón de seguridad. Pasó un momento en el que supuse que estaba pagando.

Tiró de mi brazo con cuidado y abrió la puerta. Nos despedimos del conductor y oí el auto irse.

Intenté quitar el pañuelo de mis ojos y Alex me regañó.

-Aún no, cariño. Quiero que intentes adivinar.

Me concentré en el ambiente. Sentí el calor en mi piel, respiré el aire impregnado con el aroma de primavera y percibí algo de humedad. Oí a los pájaros cantar y un brisa pareció sacudir árboles.

-Un... Bosque.- mi respuesta sonó más a pregunta, pero Alex desató el pañuelo de la parte de atrás de mi cabeza y abrí los ojos lentamente.

Frente a mí había un bosque verde y frondoso, con árboles gruesos y flores de colores. Separé los labios, sorprendido. Miré hacia arriba: la luz se colaba por entre las ramas de los árboles.

-Wow...- emití sonriendo.

-Sorpresa.- susurró contra mi cabello. Lo besé dulcemente y nos adentramos en el bosque.

Narra Alex.

Entrelacé nuestras manos y Sam me miró sonriendo.

Me encantaba este bosque, ya que tenías que esquivar ramas y hojas para pasar por algunos lados. El gorro de mi sudadera se atascó en un árbol y avancé, lastimando mi mejilla con una rama. Gruñí y Sam me miró. Se dio cuenta de mi rasguño y posó su mano en mi rostro con ternura.

-Bebé.- balbuceó.

-No pasa nada, cariño.- le dije.

-Estás sangrando.- dijo agarrando mis rostro con sus manos. Limpió la herida con su pulgar y me besó.- ¿No te duele?- preguntó con preocupación.

Amarte sin miedo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora