Lo que siempre esperé.

45 3 0
                                    


Me bajé del bus y mi madre con su marido,por lo que supe se llamaba Sergio,sólo eso,vi a mi madre hermosa como siempre,junto a su marido,pelo canoso,y buen mozo,corrí abrazar a mi madre soltando las maletas y las mochilas que tenía en mis manos y nos unimos en un fuerte abrazo.

-Hija! 

-Madre!

Nuestro abrazo fue largo,mi madre comenzó a llorar,fue raro,pero no me caían las lágrimas,estaba demasiado feliz,cuando me di cuenta de que su marido estaba al frente de nosotras y lo fui a saludar.

-Hola,soy Sergio.-Me saludó. 

-Hola,Sofía.-Le contesté y saludamos con un beso en la mejilla. 

Cruzamos la calle,aún estaba obscuro,y Sergio comenzó a hablar sobre el frío que hacía,la verdad estaba bastante frío el clima,mi primera impresión de él fue que no era muy simpático,lo vi bastante serio. 

Íbamos caminando por la calle llegando a casa de mi madre,veía los nombres de las calles y me recordó que hace mucho tiempo había caminado por donde mismo lo hacía ahora. 

-El olor a sur.-Le dije a los dos y suspiré a gusto,me encantaba.

-A leña querrás decir?.-Me contestó mi madre. 

-Exacto.-Reí y ella me acompañó.

Mi madre y Sergio estaban tomados de la mano,eso me causaba algo extraño en mí,era raro ver a mi madre con otro hombre,pero no le guardé rencor a su marido,en la caminata se veía más simpático,ver a mi madre feliz con él me alegraba también,se veía un buen hombre,no era quién yo pensaba,pero me gustó verlos juntos,ve veían bien. 

Llegamos a su casa,se veía bastante grande por cierto,se había mudado a otro lugar,cerca de la tía Paty,la prima de mi madre,me acuerdo de ella,cuidaba a los niños cuando eran pequeños,y los cuida actualmente,mi madre abrió el portón y sacó sus llaves para abrir la puerta,yo quedé sorprendida a ver la casa que tenía,pero me lo guardé para mí.

Era una casa bonita,limpia,estábamos en un espacio pequeño,al parecer era la cocina,una mesa redonda,un televisor pequeño pero Sony,y una pared de madera que separaba el espacio con la cocina,era algo muy bonito.

-Ya llegamos.-Dijo mi madre y se dirigió a la cocina a hacer tazas de café y servir galletas,Sergio le ayudó a poner los platos.

-Siéntate hija.-Me dijo mi madre. 

Me senté esperando que trajeran las tazas de café,todos se sentaron conmigo y encendieron la televisión. 

Tocamos muchos temas esa mañana,mi madre y el tio Sergio hablaron de su estilo de vida,de mis hermanos,y como era todo en casa,mis hermanos estaban durmiendo y Samanta también,mi hermana que ya había nombrado antes,mi relación con ella claramente no sería la misma que hace un par de años,ya todo estaría mejorado,creo. 

A Sergio lo encontré una estupenda persona,él era simpático,gracioso,muy caballero y respetuoso,culto a decir verdad,me dí cuenta que sabe muchas cosas,tiene mucha educación y clase,me preguntó muchas cosas sobre mí y yo se las respondía,y tocamos el tema de los celulares.

-Yo toda mi vida he querido un iPhone.-Les dije a los dos fingiendo llorar con humor.

-Sergio tiene un iPhone 4s,verdad amor?.-Me dijo mi madre y señaló a Sergio.

-Ah sí,aquí esta.-Dijo Sergio mientras sacaba la maravilla de su bolsillo,un iPhone,creo que se me iluminaron los ojos,siempre quise uno. 

-Oh! que genial,por dios que maravilla.-Dije asombrada. 

-Es un muy buen teléfono,uno de mis favoritos,es de 8 gb,tengo como 3000 fotos,y aún no tengo la memoria llena.-Me decía mientras me hacía un tour por su teléfono,algo que me encantaba.

-Yo tengo 100 fotos en mi celular y ya se me llena la memoria.-Reí.

-Esta es una muy buena elección a la hora de comprarlo,tiene una cámara estupenda,y la resolución de su pantalla también es muy buena,yo lo encuentro mucho mejor que los otros iPhone,le encuentro muchas cosas buenas.

-Que genial Sergio,es algo espectacular.-Le dije sonriendo. 

-Sí,lleva cuatro años conmigo,y sin ningún rayón.-Dijo acariciando su teléfono,al parecer le había tomado mucho cariño.

Hablamos casi hasta las 8 de la mañana,y Sergio me invitó a dormir con mi madre en su habitación,entré y tenía un televisor enorme,nunca vi uno tan grande,una cama muy linda y cosas valiosas,juré que estaba en un cine,me impresionó...¿mi madre con todo esto? me dejó totalmente sorprendida,pero me alegré de que ella viviera bien y que no le faltara nada,dormimos abrazadas y caímos en un sueño profundo,estábamos muy cansadas las dos al parecer.

Nos despertamos como a las 9 am y Sergio trajo a mi hermano,Maximiliano,lo vi entrar a la habitación,después de años,años que se me hicieron siglos,sentí que el aire,la felicidad y el corazón me volvía a latir,me sentía viva,tenía a mi hermano en frente de mí,pelo castaño,ojos grandes y obscuros,sus cachetes de algodón,de baja estatura,era el niño más lindo y tierno del universo,mi hermano,muchos años esperé esto,tenerlo a sólo centímetros de mí.

-Hijo,te acuerdas de ella?.-Le dijo mi madre a Maxi. 

-No,es Cata?.-Sentí que mi corazón se partió,pero su inocencia lo calmó por alguna razón,yo seguía estando feliz,Catalina es mi prima,tiene 12 años. 

-No Maxi,es Sofía,tu hermana,no la recuerdas?.-Le dijo mi madre sonriendole,nunca la vi dándole tanto amor a un hijo con su mirada.

-Maxi,soy Sofía,tu hermana,yo vivía contigo,vine a verte.-Le dije con los ojos llorosos de la felicidad cuando llegó Camila,mi otra hermana pequeña,la melliza de Maxi.

"Oh dios mío,los tengo a los dos aquí"

Quedé paralizada,al ver una niña rubia,con su pijama rosado con blanco,su cabello suelto y su piel blanca,era una princesa,estaba más alta y hermosa.

-Camila...-Le dije sonriendo.

-Cata?.-Me dijo ella con voz dulce,todos piensan que soy Cata,que mal esto. 

-No hija,es Sofía,tu hermanita,abrázala!-Dijo mi madre y Camila me abrazó. 

Sentí sus brazos en los míos,su cuerpo pequeño,su cabello suave,una vez más la tenía conmigo,en mis brazos,Maxi se unió al abrazo,mi felicidad...estaba completa,mis hermanos eran mi mundo,y tenía mi mundo abrazándome,lloré de emoción,era una felicidad que no se comparaba con nada,fue un largo abrazo,ellos aún no sabían quién soy yo,pero no importa,luego me recordarán,y no olvidarán que los amo.




Una gota de valentíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora