Capítulo 1: Un poco sobre mí.

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El horrible sonido del despertador llena mis oídos, es hora de irme a la escuela.
Abro mis ojos y de un manotazo termino con el sonido de la alarma.

El sol apenas entra por la ventana. Es viernes y son casi las seis de la madrugada.

Agradezco al cielo que sólo me falte poco para terminar mis estudios, así podre levantarme a la hora que me plazca, pero la idea de los exámenes finales me pone nervioso.

Arrastro a mi delgado cuerpo fuera de la cama y decido tomarme una ducha. Giro las llaves del agua. Las gotas caen acariciando mi cuerpo. Despertándome.

Tomo el shampoo de granada y pongo un poco en la palma de mi mano, masajeo mi cuero cabelludo y al cabo de unos minutos vuelvo a meterme bajo el chorro del agua.

Después de tallarme el cuerpo y secarme perfectamente, salgo del baño y enciendo mi estéreo, subiendo todo el volumen. Ariana Grande canta "Problem",  mientras decido qué es lo que voy a ponerme. Es una de mis canciones favoritas.

La mayoría de mi ropa está en la lavandería. Extraño a mi madre que siempre la tenía limpiecita y bien planchada. Desde que vivo solo, tengo el tiempo de sobra para hacer todo el aseo de mi departamento, pero prefiero pagar para que me laven la ropa, nunca fue mi pasatiempo favorito.

Me miro al espejo y tengo unos enormes círculos negros bajo mis ojos.

¡Carajo!
Últimamente no he dormido nada y a mi cara le hace falta un poco de color, estoy realmente pálido, parece que estoy enfermo. A mi cuerpo no le caería mal un poco de ejercicio, estoy demasiado escuálido, es algo que no me gusta. También, me desagradan demasiado ese par de estrías que llevo en las rodillas y en los brazos. Y esa naríz, ¿a esa cosa puntiaguda se le puede llamar nariz? No lo creo, es casi casi un pico. Frunzo el ceño, molesto. En fin, hay muchas otras cosas que no me gustan de mi cuerpo y es muy temprano como para amargarme el día pensando en eso.

Me pongo la única ropa que tengo seca, un pantalón de vestir gris, una camisa de lino blanca y un suéter azul marino que llevaba un tiempo ya no me pongo. Vuelvo a mirarme al espejo y me veo como todo un estudiante de preparatoria, demasiado elegante, para mi gusto, pero adecuado para estudiar. Decido ponerme mis converse rojas y una corbata del mismo color para combinar, bien eso hará el trabajo del día de hoy.

Camino de nuevo al espejo y me levanto el cabello con la ayuda de una secadora y un poco de spray.

Una vez listo, voy hasta la cocina y me sirvo un plato de cereal con leche para desayunar. En la cafetería comeré algo mejor, apuesto que Renata y Consuelo desearán desayunar solo leche de soya y un mofin de fibra, como todos los viernes. Después de retacarse toda la semana con miles de calorías, la culpa les llega hasta el viernes, así es siempre con ellas. Quizás vayamos de compras después de la escuela. Renata no se cansa de comprar ropa y gastar dinero en accesorios y cosas para su cabello. Consuelo y yo, que somos un poco mas reservados o al menos no tenemos tanto dinero como ella, preferimos no gastar y derrocharlo en cosas que sólo usaremos una vez, pues sólo la acompañamos.

Pasamos la mayoría de los fines de semana de plaza en plaza, de tienda en tienda, eligiendo los oufits de Renata. Es demasiado excéntrica y exagerada. Ella es una chica de moda y le gusta siempre estar bien vestida, con ropa de marca, como les dicen ahora "fashionista". Su padre es socio de una de las cadenas de hoteles más importante de México, ni siquiera sé por qué está en una escuela de tan bajo prestigio, como la nuestra.

Mi verdadero cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora