Capítulo 14: Vuelo a Monterrey.

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El molesto sonido de la alarma me despierta y lo callo de un manotazo. Me tallo los ojos y decido dormir cinco minutos más. De pronto mi celular suena y me levanto para ver un mensaje de Orlando en la pantalla.

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De: Orlando
Mié 12-06-14 6:03 AM
Sólo para informarte que tu vuelo es a las dos en punto, si es que aún quieres ir. James te recojerá en el instituto en cuanto salgas. Hazme saber tu respuesta.
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Sigue estando tan frío como ayer. Ahora que lo pienso, no sé si sea buena idea viajar con él y encima con ese humor, aunque la idea de conocer a sus papás me tiene intrigado. Tecleo una respuesta.

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Para: Orlando
Mié 12-06-14 6:08 AM
Allí estaré. Prometí acompañarte y es lo que haré, aunque no pienso soportar que me trates como ayer.
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Presiono enviar y me levanto para darme una ducha.
Cuando termino, me pongo unos jeans y una camisa de vestir, un chaleco de mezclilla y mis converse. Me levanto el cabello con la secadora y con spray.
Me urge un corte de cabello. Observo mi celular y Orlando no me ha respondido.

Ahogo un grito y mi corazón comienza a latir fuerte cuando llega a mi mente la tarjeta de Orlando. Corro hasta mi recámara y recojo mi pantalón del suelo, meto la mano en las bolsas y encuentro mi cartera.

Por fortuna la tarjeta está dentro de ésta. Suspiro aliviado y voy a la cocina para servirme un poco de cereal con leche. Cuando termino, pongo el plato sucio en el lavavajillas. Corro por mi mochila hasta mi cuarto, pero no la encuentro. Ahora que lo recuerdo la olvidé ayer en el antro, tal vez Renata o Consuelo la tienen.

Mientras camino por las escaleras, recuerdo que hoy es el último día que iré a la escuela. Estoy feliz por una parte, por que por fin terminaré la preparatoría y nostálgico por otra, por ser el último día que veré a mis amigas.

Cuando llego hasta el portón, veo el auto negro de James estacionado en la entrada. Mi corazón late, Orlando está aquí.

Sonrío y cuando abro el zahuan blanco, la puerta del auto también se abre.
Siento miles de mariposas revoloteándome en el estómago. Mi emoción se termina cuando es Jack quien baja del auto.

—Buen día, señor Ortíz, el señor Del Real me ha pedido que le entregase ésto.

Me entrega un sobre y las llaves del Nissan, le sonrío tímidamente y le doy las gracias.

—¿Dónde está él? —pregunto.

—El señor Del Real tuvo que salir esta mañana hacia Monterrey y tengo instrucciones precisas de acompañarlo a usted al jet del señor. Claro, si es que usted así me lo permite.

Asiento, bajo la mirada hasta el sobre y lo abro, adentro hay una pequeña nota.

"Realmente quiero que vengas conmigo, pero nesecito que estés preparado para todo. Pienso en proponerte algo muy especial."

Mi ceño se frunce y automáticamente mi estómago duele.
Santa mierda, ¿qué pasa? ¿a qué se refiere con todo ésto?
Miro a Jack, quien todavía sigue de pie esperando una respuesta mía.

—Emm... claro. Saldré a la una de la tarde. —le sonrío y el asiente.

—Muy bien. Con su permiso.

Mi verdadero cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora