"¿Quién eres?"

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Después de mirar a Renata con cara de incógnita. Le pregunto:

—¿Y eso?

—Sólo vámonos antes de que me arrepienta.

Enciendo el coche y decido llevarlas a un antro cualquiera.

Cuando giro en la Avenida México, vemos un antro llamado llamado ˝LED'S˝. La música suena hasta afuera y tiene la típica fachada de antro caro.

—Bien, supongo que este lugar estará bien —digo.

—¿Siquiera lo conoces? —añade Renata con un chillido.

—No. pero de eso se trata ¿no? De conocerlo. Vamos chicas.

Consuelo me sonríe, mientras que Renata pone los ojos en blanco para mí.

Decido dejar en el auto la tarjeta que me dió Orlando, siento como si trajera un diamante y un letrero enorme que dice: ˝¡Hey soy millonario!˝

Nos bajamos del auto y caminamos hasta el lugar. En la entrada un par de cadeneros están de pie vestidos completamente de negro y llevan unas gafas oscuras puestas.

—Hola, somos tres —Renata se encarga de coquetearles, les muestra su enorme sonrisa mientras les menea sus caderas.

No hay chico que se resista a éso. Después de unos minutos estamos dentro.
Elegimos una mesa y de inmediato un mesero nos aborda. Renata ordena margaritas dobles para todos y decido no pelear con ella, además, de que las margaritas que bebí apenas ayer me supieron deliciosas.

El lugar está oscuro y tiene muchos arcos en las paredes, iluminados por luces en diferentes colores neón.

Hay muchas mesas repartidas por el sitio y una enorme pista de baile, que en este momento está repleta por jóvenes bailando de una forma indecente.

La música resuena por las paredes del lugar y casi no se puede hablar. Como era de esperarse el mesero no tarda con nuestras bebidas, pago y se marcha por donde vino. Renata bebe su margarita de un sorbo y yo muevo la cabeza en desaprobación. Ella se encoje de hombros y comienza a bailar pegada a la mesa.

Le doy un trago a mi margarita y sabe deliciosa. Miro a Consuelo y hace lo mismo, me sonríe y leo sus labios mientras levanta su copa y brindamos de nuevo (por vigésima vez), por nuestra graduación.

Renata llama al mesero y vuelve a ordenar lo mismo pero esta vez cuando el mesero vuelve, trae consigo el triple de copas, es decir, seis margaritas.

Abro los ojos como platos y miro a Renata enojado. Pongo el dinero en la charola y el mesero se pierde entre la multitud de gente. Una mezcla de Martin Garrix suena, “Animals”. Una de mis canciones favoritas.

Consuelo me jala de los brazos y me arrastra hasta la pista. Nos ponemos a menear el bote un rato y cuando la canción termina regresamos a nuestra mesa. 

Después de varias margaritas. me siento feliz y el piso me da vueltas de nuevo. Renata y Consuelo no están por ningún lado, frunzo el ceño tratando de encontrarlas pero, mi búsqueda es en vano.

Ordeno al mesero de nuevo seis margaritas más y cuando mi orden llega, me doy cuenta que el dinero ya no me alcanza.

—Disculpe, ya no traigo dinero suficiente. ¿Podría esperar a que mis amigas regresen? —le grito acercándome a su oído.

Mi verdadero cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora