Capítulo 32: Volver a empezar.

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Narra ____.

Me desperté y sentí que me dolía el cuerpo de pies a cabeza, como si no hubiera descansado en toda la noche. O bueno, quizás no haya descansado mucho teniendo a Pato conmigo, pero mejor no entrar en detalles. Miré a mi costado y Patito seguía durmiendo, no quería despertarlo, se veía muy tierno así que lo dejé dormir un rato más mientras yo me iba a dar una rápida pero relajante ducha de agua fría. Cuando salí, sequé mi cuerpo y me vestí con algo decente como para salir a la calle y para finalizar me maquillé bastante natural. Ahora sólo faltaba despertar a Patricio, que era el paso que más costaba.

-Maximo, levantate. -le susurré en el oído mientras repartía besos por su rostro-.

No tardó mucho en abrir los ojos, cosa que me sorprendió bastante. Sentí su sonrisa y me la contagió al instante.

-Te ponés muy lindo y chinito cuando recién te levantas, ¿sabías?

-¿Y no soy lindo de las otras formas? -preguntó aún con su voz ronca-.

-Siempre sos lindo. -le guiñé el ojo-.

Con su brazo me tiró hacia él, quedando yo encima suyo y nuestras frentes chocando. Su respiración se mezclaba con la mía, causando que me estremezca. Pero no se la iba a dejar fácil.

-¿Hasta cuando recién te levantas sos un atrevido sin remedio? -me reí, para luego morder su labio inferior y alejarme de él-. Dale nene, anda cambiandote que ahora salimos.

Frunció el ceño y yo sólo solté una carcajada que se escuchó desde la esquina más o menos.

-Mejor no te quejes, sabes que te quiero. -le regalé una sonrisa para que alivie la cara-.

Pato se fue a bañar y salió a los pocos minutos, ya incluso cambiado.

-¡Sos un flash vos, hiciste rapidísimo!

-Ya sé che, no cualquiera es como yo, ¿viste? -se agrandó-.

-Deja de agrandarte cuack cuack, vení que te hago una trenza. -me acerqué a él y lo empecé a peinar-. Tenés mejor pelo que yo, nunca te lo cortes eh.

-Estaba pensando cortarmelo, está de moda el pelo corto.

-¡Ni se te ocurra!

Terminé de peinar a Pato y salimos a desayunar afuera, sí, todo eso bolomqui para ir a desayunar, pero bue. Llegamos y el lugar no era ni muy lujoso ni precario, era el término perfecto.

-¿Qué vas a pedir? -le pregunté mirandolo a los ojos-.

-Lo que vos pidas, igual pago yo.

-No Pato, dejame pagar a mí.

Después de una mini discusión, gané y terminé pagando yo. Después de todo lo que él había pagado en el hotel, me tocaba a mí poner un poco. Terminamos pidiendo un café con leche y medialunas. Mientras desayunabamos, hablabamos de idioteces y cosas al azar, como siempre. Amo la capacidad que tengo de hablar con él y que siempre haya un tema de conversación y que nunca existan esos silencios incómodos, excepto cuando estamos enojados pero bue. Me quedé enganchada viendo las noticias, ya que en el restaurante había un televisor para que la gente vea.

-¿Qué miras? -preguntó Pato sacandome de mis pensamientos-.

Le señalé la tele, con una mirada de "es medio obvio que miro el noticiero". Él se rió y me perdí en sus ojos hasta que escuché que en el canal mencionaron un " Patricio Sardelli, cantante de Airbag". Sin pensarlo dos veces me giré extrañada hacia aquella caja cuadrada y no pude creer lo que estaban viendo mis ojos. Era Pato con una rubia dandose besos por un lugar cerca del hotel, y los títulos decían "¿Patricio Sardelli tiene nueva novia?".

Sentí mi mundo derrumbarse. Mi corazón romperse en pequeños trozos filosos que me lastimaban el alma. Estaba sangrando nuevamente, y por la culpa de Patricio. Él murmuraba unos simples "ehh" "yo..." "puedo explicarlo" y más cosas sin sentido a las que yo no presté ni la más mínima atención. Fruncí el ceño y sentí mis ojos aguarse. Pero no lloraría, no otra vez, ya no derramaría lágrimas por personas que no valen la pena. ¿Tan poco duramos? ¿A los días ya me iba a ser infiel? Es imposible confiar en un hombre como él. Fui tan estúpida. No quise ni mirarlo a los ojos. Me levanté y me fui sin siquiera terminar mi desayuno. Ya se me fue el apetito, y creo que por un tiempo no volverá.

-Dejame explicarte... -me pidió mientras me seguía hasta el hotel-.

-No voy a confiar nunca más en tus palabras, y eso es lo único que sé ahora. Pero está bien, ¿qué es lo que querés explicar? Aunque te aseguro que nada va a ser como antes Patricio.

-Sabes que yo soy muy mujeriego, no pude soportar una relación seria después de tantos años siendo así. Yo no quise lastimarte, después me sentí la peor persona del mundo. No me odies ____, por lo menos seamos amigos. Volvamos a comenzar, desde cero, olvidar todo esto, si eso es lo que querés. Pero no me cortes el rostro ni me dejes de hablar que eso va a empeorar todo. -explicó con sus ojos apagandose poco a poco-.

-Dejame que se me pase el enojo. Odiarte nunca voy a poder, porque yo te...nada, deja. Creo que es mejor olvidarse de este grave error que cometimos al ser algo. Me voy Patricio. Quiero que sepas que te entiendo y rencor no te guardo, pero dejame sola. Chau.

Caminé hasta el hotel, agarré todas mis cosas y las metí en la maleta para irme de acá. Definitivamente, nunca más iba a viajar a ningún lado, siempre sale todo mal. Suspiré, era hora de irme.

Tu locura [Pato Sardelli]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora