Entramos al boliche y no supe qué hacer al ver lo que mis ojos tenían en frente. El lugar estaba repleto de luces de colores, humo, gente que parecía andar necesitando una habitación privada con urgencia, y un olor a alcohol terrible inundaba mis fosas nasales. Vamos bien eh. Re bien. Cuty y yo no veiamos la hora de tomarnos el palo y volver a casa a ver series y películas en Netflix con un kilo de helado. Sí, tenía ganas de eso ahora mismo. Guido y Pato tenían brillo en sus ojos. De Patricio me lo esperaba porque este chico es tremendo, pero Guido me parecía medio bebé y angelical para estas cosas. Aunque bue, supongo que las apariencias engañan, lo acabo de comprobar.
-¿Cuándo nos vamos? -pregunté a los gritos, ya que si hablaba normalmente no se escucharía por el alto volumen en el que estaba la música-.
-Recién llegamos. -respondió Patricio-.
-Yo creo que hasta las 5 mínimo nos vamos a quedar. -habló el rubio-.
Bufé y mientras ellos se fueron a bailar o a levantar a alguna piba, me quedé con Gastón.
-¿Vamos a la barra? -preguntó-.
Asentí y fuimos a la barra como él quería. Nos sentamos juntos, mientas yo buscaba con mi mirada a Patricio. Pero no lo encontraba por ninguna parte.
-¿Qué van a pedir? -preguntó el chabón que servía las bebidas, obligandome a prestarle atención-.-Dos vasos con agua, por favor. -respondió Cuty-.
Recorrí el bar entero con mi mirada, hasta que por fin lo encontré. Y lo que vi, no me hizo muy bien que digamos. Fruncí el ceño e intenté deshacer el nudo que se formó en mi garganta pero era imposible. Lo vi besando intensamente a una chica cualquiera, y manoseandose bastante, cosa que me hizo hervir la sangre. Lo peor de todo, es que todavía su amor me da descargas eléctricas, todavía me afectaba, y no podía hacer nada para que no sea así. Me sacó de mis pensamientos el tipo de la barra que me entregaba un vaso de agua.
-No querido, a mí me traes una bebida bien fuerte. Ya sabes, para aliviar las penas del corazón. -le dije al chico, mientras señabala mi corazón-.
Me miró raro, pero terminó asistiendo con la cabeza. Solté un suspiro y volví a mirar la escena de esos dos que poco a poco se tornaba más candente. Dios mío, ¡estamos en un lugar público! Aunque bien dentro mío sabía que el problema no era estar en un boliche o no, sino el simple hecho de que lo haga me ponía furiosa, celosa, y quién sabe qué más.
-No hace falta que te pongas en pedo sólo por mi hermano. -me retó Gastón-.
-Mira Faustino, sabes que te amo pero no estoy para sermones. Anda a divertirte y por favor dejame tranqui, no voy a emborracharme, es sólo un poco de alcohol.
Él se fue con la cabeza gacha después de darme un beso en la frente y susurrar un "cuidate". Me sentí mal por tratarlo de esa forma, pero me sentía demasiado triste y utilizada que creo que esa era la única forma en la que podía hablarle. Y eso que me esforcé por tratarlo bien.
-Tome señorita. -me entregó una copa con quién sabe qué bebida-.
Agradecí y di el primer sorbo. Me ardió un poquito la garganta, pero estaba rico. Y sin darme cuenta, ya llevaba más de seis vasos llenos de esa adictiva bebida. Poco a poco sentí la necesidad de adrenalina y diversión en mis venas, así que me pare de mi asiento y aún con una copa llena en la mano, me puse a bailar al compás de la música. Hasta que sentí a alguien acercarse a mí.
-¿Qué haces ___? Controlate. -me dijo Gastón, intentando sacarme la bebida-. Me dijiste que te ibas a cuidar.
-¿Qué flasheas? -dije alargando la " s"-.
-Ya estás diciendo incoherencias, te dije que no te pongas en pedo, y es lo primero que haces, deberías haber tomado el agua que yo te... -empezó a decir, pero yo lo callé con un beso, al que poco a poco fue correspondiendo-.
Lo abracé por la nuca para profundizar el beso. No sabía qué estaba haciendo, pero se sentía bien. ¿Acaso hay que seguir las reglas siempre? Están hechas para romperse, a la mierda todo y todos. Pero, en la mejor parte, decide alejarse.
-Esto no está bien, a vos te gusta Patricio, yo soy tu amigo y él es mi hermano. Es cualquiera esto, aunque sé que lo haces de borracha.
-Conciente también lo haría, acordate que soy una fan y me gustan los tres. -confesé con una rara acentuación-.
Él abrió los ojos como dos platos.
-¿Estás diciendo que también lo harías estando sobria?
Asentí con la cabeza, mientras tomaba de esa bebida, que no sé cuándo ni cómo se la quité de sus manos. Sentía que todo me daba vueltas, pero el ruido de la música me mantenía en pie.
-No te creo nada, estás en pedo y no sabes lo que decís. -negó con la cabeza-. Igual no es algo que importe ahora, dale que te llevo a casa de Guido.
-La noche es jóven Máximo. -me reí a carcajadas-.
-No soy Máximo, señorita. Dale, vamos que te llevo.
Continué riendome de quién sabe qué cosa y me aferre al hombro de Gastón para no caerme.
Narra Gastón.
Se notaba desde kilómetros lo en pedo que estaba, así que me acerqué a Guido, que también estaba borracho, y le robé las llaves del auto y de la casa sin que se diera cuenta. ¿Acaso todos estaban en pedo acá, nadie es prudente, nadie es conciente de que eso está mal? No soy nadie para decir qué está bien y qué está mal, pero emborracharse tiene efectos secundarios que no son buenos. No sé cómo iban a volver a sus casas, pero supongo que se las iban a poder arreglar. Subí al auto, la subí a ___ con ayuda, y ahora venía el verdadero desafío, llevarla a casa.
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Tu locura [Pato Sardelli]
Fanfic¿Qué harías si conoces a tu ídolo, luego de tanto tiempo esperando, pero las cosas no resultan como vos esperabas? El amor nunca es fácil, el amor al final del día siempre duele, y eso ____ lo tiene más que claro. Dicen que después de la tormenta sa...