Capítulo 8: Lágrimas.

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-¿Por qué no dormís vos con Patricio? Digo, porque vos lo vas a cuidar bien, y es el que peor está. -Dijo Melina, con dobles intenciones-.

La miré con cara de odio, pero los chicos le habían dado la razón. Otra noche más con él, yo me tengo que literalmente tirar de un puente, no sé.

-No voy a poder resistirme boluda. -le susurré en el oído a Melina-.

-Y no te resistas.

Me mordí el labio, y saqué los colchones, almohadas y sábanas para todos. Cuando terminé, todos se fueron a acostar porque andaban cansados. Me despedí de todos, y ayudé a Pato a ir a mi cama.

-¿Por qué siempre te tenés que poner en pedo, Patito de mi corazón? -le dije-

-Al menos tengo alguien que me cuida. -sonrió-.

¿Estará conciente, o no? No lo sé, y nadie más que él lo sabe. Nos acostamos y lo ayudé a taparse, porque el bobo no podía.

-Buenas noches. -le dije-.

Estábamos a centímetros de distancia, y las ganas de besarlo eran gigantes, pero no quería arruinar todo, así que me contuve. Observé su rostro por un largo tiempo, me quedé escuchando su respiración calmada y suave, y por un momento sentí que él era lo único que yo quería en esta vida. Pero que probablemente nunca tenga. Si no está borracho, no puedo sentir su calor. Si no está borracho, no puedo dormir con él. No pude evitar derramar unas lágrimas. Sí, así soy de sensible, y una vez que largo la primer lágrima, no me puedo contener y termino llorando por todo lo malo que me pasa o pasó alguna vez. Intento llorar en silencio, pero no puedo. Algo en mí se rompe cuando lo tengo tan cerca pero a la vez tan lejos. Sentí unos brazos rodeandome.

-¿Por qué lloras? -me susurró Pato-.

Si tan sólo supiera que el motivo es él. ¡Qué injusto!

-Nada, está todo bien, no estoy llorando. Dormí, ¿sí?

-Dale, no soy boludo y tampoco estoy tan borracho.

-Está todo bien, en serio, vos descansa tranquilo, yo ya vengo. -dije, parandome y abandonando el cuarto, sin darle la cara-.

No lo entiendo, si no estaba tan en pedo, ¿por qué no dijo nada sobre dormir conmigo? Cada vez lo entiendo menos. Fuí al baño, para sacarme el maquillaje y lavarme la cara. Cuando terminé, fuí a la cocina para servirme un vaso de vino, y ahí me quedé; mirando el cielo oscuro por la ventana, mirando la luna y las estrellas, pensando en cada uno de mis quilombos en los que Patricio estaba incluído.

-Te ves más linda sin maquillaje. -me dijo Patricio, que apareció de la nada-.

-Gracias. -sonreí, pero no me atreví a mirarlo-.

-¿Por qué no me miras?

Lo miré y no me resistí más, las palabras de Melina resonaban en mi cabeza: "y no te resistas". Y me decidí de una vez.

Me acerqué a él lentamente, era el momento...

Tu locura [Pato Sardelli]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora