Capítulo 38: La fiesta (parte 1).

1K 51 3
                                    

Almorzamos un buen asado que preparó Pato, no hace falta explicar que Gastón obviamente comió otra cosa. Pasamos toda la tarde juntos, hasta que empezó a oscurecer un poco y ya no sabíamos qué más hacer o decir.

-Bueno, ¿y entonces? ¿ya no estás enojado? -preguntó el rubio-.

-Por milésima vez, no. -frunció el ceño Patricio-.

-Mejor que no le preguntes más, porque ahí sí que lo vas a hacer enojar. -me reí-.

Los Sardelli se unieron a las risas conmigo. Me gustaba eso, que por más que diga algo sin sentido, o que no era cómico, ellos se reían junto a mí.

-Bueno che, esto se está volviendo un poco embolante. -habló el rubio-.

-Tenés razón, ¿qué hacemos entonces? -preguntó Cuty-.

Empezaron a debatir y tirar ideas sobre qué hacer, pero no conseguían ponerse de acuerdo.

-Ya fue chicos, salimos de joda a algún boliche. -dije en broma-.

-Siempre que hablas tiras la posta. -me aplaudió el rubio, seguido de aplausos de Patricio también-.

Cuty y yo nos regalamos varias miradas que hablaban por sí solas. Los dos éramos más de quedarnos en casa escuchando música, o leyendo algún libro.

-Supongo que irán sólo ustedes. -dijo el hermano mayor-.

-¿Estás en pedo? Vamos los cuatro.

-No da Pato, la última vez que fui a un boliche habrá sido hace un siglo, y encima no tengo ropa para salir a bailar.

-Dale che, copense. -pidió el rubio-.

Insistieron tanto, tanto, tanto que terminamos asistiendo. Y para que nosotros vayamos a una fiesta, tienen que insistir bastante.

-Hasta que no consiguen lo que quieren no paran ustedes. -se quejó Gastón-.

Le di la razón y ellos simplemente decían que así son los Sardelli. Me saqué la camisa a cuadros que tenía, y así iba a ir. Sí, short, zapatillas, una remera normal y un maquillaje bastante básico. Me hubiera arreglado más, pero acá no tengo ni mi ropa ni mis cosméticos. Aunque bueno, no era la única, ellos también iban a ir al boliche tal cuál estaban. Me peiné un poco y me miré al espejo.

-Se me borró el pintalabios, ¿no tenés alguno? -le pregunté al rubio-.

-¿Me ves cara de mina?

Me reí ante su respuesta e intenté succionar y apretar mis labios para que tomen color.

-¿Quién me ayuda a que mis labios tomen color? -les pregunté a los tres, mientras seguía intentando-.

Guido abrió los ojos como dos platos y su boca estaba tan abierta que por poco rozaba el piso, Gastón se puso como un tomate y Patricio parecía sentirse bastante incómodo.

-Era joda che. -solté una carcajada-.

-Ojo vos, no te zarpes con las joditas. -me reto el mayor, recuperando su color natural-.

Le saqué la lengua como una nenita de jardín de infantes, mientras Pato y Guido exclamaban cosas como "uhh", "yo que vos le pego", " te la re aplicó ", etc.

-Bueno, ¿y si vamos yendo? -preguntó Patricio-.

Todos asentimos y fuimos al auto de Guido. Él conducía su auto, al lado se sentaba Patricio, y yo me senté atrás con Cuty.

-Gastu, no sé vos pero yo nunca tuve suerte en las fiestas.

-La verdad que yo tampoco, no son lo mío. ¿Por qué lo decís ___?

-Siempre que voy a fiestas me pongo en pedo y me termino agarrando a cualquier chabon. -dije entre risas, una pequeña mentira que hice sólo para ver la reacción de Patricio-.

Patricio empezó a toser, como si se hubiera atorado con algo.

-¿Estás bien Pato? -preguntamos todos-.

-Sí, está todo bien. ¿Les parece si cambiamos de tema?

-Hablemos de que ya llegamos. -dijo el rubio-.

Empecé a rezar mentalmente porque todo salga bien esta noche y no terminen mal las cosas.

Tu locura [Pato Sardelli]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora