Capítulo 55: Doce en punto.

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Era él, la persona que yo menos me esperaba que sea, era Patricio. ¿Por qué me enviaba un mensaje después de todo lo que pasó? Se armó un nudo en mi estómago y la típica pero leve corriente eléctrica en mi cuerpo no tardó en hacerse presente. Y sumando la mirada de Guido sobre mí, que eso no ayudaba mucho sobre mi desequilibrio físico y emocional.
¿Y si lo ignoro? Me pregunté a mi misma. No, mejor no, tengo el presentimiento de que se trata de algo importante. Inhalé, exhalé, y abrí el mensaje. Éste decía lo siguiente.

-Hola nena!! qué te parece esta noche, vos y yo, en un lugar especial?

Fruncí el ceño, desentendida, para luego abrir mis ojos como dos platos al captar. ¿Me está invitando a "x" lugar? ¿Qué le respondo? ¿Si o no? Ta, te, ti...no, así no funcionan las cosas (quizás digo eso porque me tocó "sí"). Ay Patricio, Patricio...siempre causando confusiones en mi cabeza. Escribí un sí, el cuál fue borrado. Después un no, que tuvo el mismo destino que el sí. Ya no sé qué hacer. Si digo que no, lo más probable es que me termine arrepintiendo luego. Y si digo que sí...bueno, puede que también me arrepienta. Mordí mi labio inferior, sin apartar la vista de aquella propuesta textual.

-Hey, ¿estás bien? -me preguntó Guido, poniendo una mano en mi hombro-.

No contesté a esa pregunta, ya que fingir estabilidad no me salía en estos momentos. Su mano en mí me puso bastante incómoda, y no sé la razón, ya que eso antes no sucedía. Ya es hora de poner fin a esto, a toda esta confusión, y no creo que haya mejor manera que enfrentándola.

-Sí Pato, nos vemos esta noche. ¿A qué hora pasas por mí? -le mandé con seguridad-.

Él no tardó mucho en responderme.

-A las 00:00, sólo te voy a decir una cosa...abrigate!!

-¿Por qué debería abrigarme? -pregunté sin comprender del todo a qué iba eso-.

-Vos haceme caso...

Sigo sin entender por qué debería abrigarme. Pero bueno, Patricio es así siempre, te tira la piedra y esconde la mano. Decidí no darle más preocupación e importancia de la que eso se merece. Dejé el celular en la mesa nuevamente, y ahora me tocaba enfrentar a Guido.

-¿Qué pasa? -continuó insistiendo-.

-Calabaza.

-Dale nena. -se rió-.

-Nada, tu hermano me envió un mensaje para vernos hoy a la noche.

-Ah, mira vos, qué bueno. -se mostró alegre-.

Ya comprendí las cosas, somos buenos amigos y no hay que malinterpretar eso. Sólo fue un simple momento de equivocación y ya está. Al minuto Cuty bajó de las escaleras con su tan tierna y dulce sonrisa.

-Al fin terminé, ya tenés todas las cámaras colocadas. Después te enseño cómo usarlas, prenderlas, apagarlas y todo.

-Sigo pensando que es una locura Gasti, pero bueno, gracias... -sonreí con él-.

-No es una locura. -dijo casi al instante-.

Fuimos a sentarnos en la mesa a charlar y a merendar juntos. Guido preparó café y yo saqué las medialunas que había comprado.

-Me pareció escuchar que usted señorita va a encontrarse con el Sardelli del medio. -habló Gastón-.

-Te haces el que no pero escuchas todo eh. -me reí-.

-Eso es verdad. -soltó una risa-. Pero poniéndonos serios...tenés que hablarle sobre lo que descubrimos.

-¿Lo que descubrimos? -pregunté sin entender-.

-Lo del falso embarazo. -aclaró-. Él tiene que saberlo y estar al tanto de los hechos.

Me incomodé bastante con eso. De tan sólo imaginar cómo podría llegar a reaccionar se me ponen los pelos de punta. Y encima que me pone nerviosa y las palabras no me salen...

-Sí, tiene que saberlo y en eso concuerdo. Pero no puedo, tengo miedo de cómo reaccione, si se enoja, si no me cree...

-Te entiendo. -me dijo Cuty-.

-Hagamos una cosa. -habló Guido al fin, quien antes se encontraba en modo observador-. Después de que garchen, venís a tu casa con él y vamos a estar acá esperando a que lleguen y hablamos todos juntos. Vamos a estar ahí con vos.

-Dale, hagamos así. -dijimos Cuty y yo al unísono-.

La tarde y la noche transcurrió normal, tranquila, y por supuesto nada aburrida ya que tenía a los dos Sardelli junto a mí. Gastón, como prometió, me enseñó a usar las cámaras de seguridad. Cada vez el reloj se acercaba más a las doce en punto, y si digo que eso no me provocaba nervios estaría mintiendo. Pero, quiero y necesito verlo. Un rato antes, me bañé, me cambié, me maquillé y todo lo demás, para así estar lista cuando llegue la hora.

-Cinco minutos. -exclamé mientras limpiaba el sudor que se había formado en mis manos gracias a los nervios-.

-Tranquila. -me calmó Guido-.

-Bueno chicos, recuerden esperarme. Vos Gastón, no te duermas porque seguro llego tarde. Y vos Guido, no te vayas de fiestita ni te enfiestes a alguna gata acá, ¿entendido?

-Tan gato no soy. -se defendió Guido-.

-Y yo no soy un jubilado. -se defendió también Gastón-.

Justo cuando iba a responderles, el timbre sonó. Me desearon suerte, los despedí con un beso y fui directo a la puerta, directo a enfrentarlo. Respiré hondo y acerqué mis dedos temblorosos a la manija de la puerta. Abrí de una buena vez, y ahí, ahí estaba él...

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Hola che, acá les dejo capítulo....diganme si está bien lo hice como pude y según lo que recordaba jajaja, den opiniones! Gracias por leer 😊💕

Tu locura [Pato Sardelli]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora