Capítulo 14: Pileta.

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Me desperté con una sonrisa y con muchas ganas de empezar el día. Ay Patito, cuánto me afectas, porque sin vos, pierdo la sonrisa. Abrí mi celular y lo primero que hice fue hablarle a Melina.

-Hola nenaaa -le puse-.

-Hola, todo bien vos? Hace tiempito no me hablas eh

-Jajaja, sí todo bien, vos? perdona no tenía ganas. Che, viste que hace calor y todo eso, y vos tenés alta pileta en tu casa?

-Todo bien por suerte. Ah bue, me lo estás diciendo con carpa pero capté. Sí, podes venir a casa, preguntale a los pibes si vienen también!! -me contestó-.

-Jajaja dale, yo les pregunto tranqui, esta noche estamos ahí

Comencé a dar un "baile de felicidad", la íbamos a pasar de diez, y presiento que van a pasar muchas cosas, no sé, mi instinto me lo dice. Les avisé a los tres y todos podían, menos mal. Desayuné algo rápido y me fuí a trabajar, quería ir rápido, salir rápido, y ya estar en casa de mi mejor amiga. Sí, así de ansiosa soy, y más cuando se trata de ver a Pato, pero bue. El día en el trabajo se hizo un poco lento y pesado, pero por suerte ya llegó la hora de que me vaya. La verdad que me gusta mi trabajo, o sea, psicología. Es lo que elegí. Es gracioso porque, a Patricio a veces no lo entiendo, y soy psicóloga y se supone que debería entenderlo. Uh, ya estoy metiendolo a él en todo, veo una banana y ya me acuerdo de él, controlate ____. Salí del laburo y me tomé un remis hasta mi casa para acelerar todo, y lo primero que hice cuando llegué fue tomarme una ducha fría y lavarme el pelo. Qué refrescante che. Cuando salí, me puse en un bolso una toalla, gomitas para el pelo, crema para ponerme después de la pile, y un par de cosas más. Sólo faltaba el bikini, y elegí uno que era negro bastante moderno. Me maquillé con delineador y rimel a prueba de agua y ya estaba lista. Me fui para allá e hice bastante rápido, la verdad. Toqué timbre y me abrió Guido.

-¡Rubio de mi corazón! -me lancé a sus brazos-.

-¿Cómo andas beba? -me preguntó Guido-.

-Bien bien, acá ando. Vos y yo tenemos que hablar nene, ayer me dejaste sola con Patito cuack cuack.

Él sólo se rió y me dejo pasar a la casa, en donde estaban Melina y Gastón hablando. Abracé a Melina y en el momento que estaba abrazando a Cuty llegó Pato.

-Ah bue, ¿___ qué haces tan pegadita al lechuga este? -me separó, celoso-.

-Dale che, vos sos boludo y ya lo sabía desde hace tiempo, pero a veces te zarpas. -le dijo Gastón-.

Me reí por su pelea de hermanos y me acerqué a abrazar a Pato también, pobre. Cuando lo abracé sentí una electricidad en el cuerpo, que me recorría las venas.

-Sabes que a vos también te quiero. -le susurré al oido-.

-Así me gusta eh, que sabes que yo me pongo celoso. -me susurró él también-.

Podía sentir su respiración en mi oído y realmente me ponía muy nerviosa así que me separé para no levantar sospechas o algo.

-Ay los tortolitos. -susurró Melina pero yo logré escuchar-.

La miré con la peor cara del mundo que me salió pero me terminé riendo. No puedo estar enojada con ella. Bueno, cambiando de tema, los cinco nos fuimos a la piscina de Meli.

-Fua, la re pileta tenés.

-Dale rubia, no exageres. -se rió mi amiga-.

De la nada, Gastón, Guido y Melina empezaron a susurrarse cosas las cuáles yo no podía escuchar. Nos miramos con Patricio con una cara de no entender nada.

-Bueno che, nosotros nos vamos a comprar un par de cosas, ustedes se quedan. -dijo Gastón mientras mi amiga agarraba las llaves y plata-.

-Pará, ¿¡me voy a quedar yo sola con Pato!?

Tu locura [Pato Sardelli]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora