Capítulo 30: Día de intriga.

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Narra Patricio, unos días después.

Me desperté bastante temprano, miré a mi lado y estaba ___ descansando con su carita de ángel. Últimamente estuve pensando mucho en ella, o bueno, en nosotros, y qué sé yo, me puse a recordar cómo era antes de conocerla a ella, iba de mujer en mujer, de boliche en boliche, y no me importaba nada. Y lo peor de todo eso, es que así me sentía bien, me sentía yo mismo. Me puse a pensar, también, en cómo iba a manejar una relación seria ahora que estaba en una. No es que nunca haya estado de novio, sólo que hace muchos años que ando así de "mujeriego". Y no sé, como que todavía no me acostumbro y no ando muy seguro de lo que hice, de pedirle noviazgo como me dijeron los boludos de mis hermanos. O sea, yo la quiero y todo, pero no sé si estoy listo. ¿Y si me mando alguna y la hago sufrir? ¿O si es al revés? La verdad que soy un pelotudo, creo que apure mucho las cosas.

Narra ____.

Abrí mis ojos con lentitud, y sonreí al recordar todo. Me acordé de que ahora somos oficialmente novios, y aunque yo soy demasiado indecisa y dudo de hasta qué ropa interior ponerme, nunca estuve tan segura de algo; nunca estuve tan segura de que lo amaba y quería estar con él para el resto de mi vida. ¿Él pensará lo mismo? Supongo que sí, porque Patricio Maximo Sardelli siendo extremadamente romántico es una cosa bastante rara, y para que lo sea, esa persona tiene que importarle. O eso creo yo.

Lo miré, se estaba cambiando, supongo que íbamos a salir.

-Hola Patito, ¿a dónde vamos? -pregunté, aún con mi voz de dormida-.

-Sería "¿a dónde vas?", porque me voy yo y vos te quedas. -respondió algo seco-.

-¿Qué es lo que te pasa? -fruncí el ceño-.

-¿Me tiene que pasar algo siempre? Voy a comprar y hacer unas cosas, nada más. -alzó la voz-.

No me dió ni tiempo de responderle, porque ya había cerrado la puerta de un sonoro y fuerte portazo. Se fue, sin mí. ¿No se suponía que esto eran unas vacaciones juntos? Y si son en pareja, tendríamos que ir juntos a todos lados, o permanecer juntos la mayoría del tiempo, ¿no? Bueno, quizás estoy exagerando un poco, pero así se comportan los novios. Aunque, fuera de eso, se lo notaba raro. Demasiado. Más que raro, enojado y pensativo, y quién sabe porqué. Patricio es muy cerrado en sí mismo, muy introvertido, y no creo que me diga lo que le está pasando, y adivina tampoco soy, así que opté a ser positiva y pensar que ya se le pasará y todo volverá a ser como antes. O eso espero.

Pedí el desayuno en el hotel, y mientras desayunaba, pensaba en lo ocurrido. Había pasado media hora y no llegaba. Sí, unos simples treinta minutos, no es mucho, pero ya me estaba preocupando un poco. Ay Patito mío, siempre complicandome la vida. Decidí darme un relajante baño de burbujas, se supone que eso te relaja, te tranquiliza, pero en mi mente no deja de reinar él y nadie más que él. Suspiré y luego de un rato, opté por salir del baño y hacer otra cosa más copada que me distraiga un poco. Sequé mi cuerpo y me vesti con algo bastante cómodo. Me tiré en la cama, y mientras miraba el techo, pensé: ¿qué podía hacer mientras Patricio no está? Empecé a descartar, salir a la playa no da, salir a recorrer Cancun tendría que ir con Pato, hablar con mi familia ni en pedo, amigas no tengo, así que...lo único que me quedaba en la lista eran el rubio y Cuty, pero no los tenía cerca mío. Bueno, eso se puede solucionar, ¿no? Y no hablo de tomarme un avión ahora mismo, hablo de nada más ni nada menos que una videollamada. ¡Eso! Ya tenía la solución a todo.

Les envié un mensaje a los chicos y aceptaron sin dudar hacer la videollamada, así que prendí la notebook y me conecté con los chicos. Sonreí enormemente al verlos.

-Hola chicos, no saben lo mucho que los extraño. -les dije desde lo más sincero de mi corazón-.

-Nosotros también los extrañamos. -sonrió Cuty, que se encontraba con esos lentes que le quedan tan facheros-.

-¿Y Pato? -preguntó el rubio-.

-Bueno, respecto a él, tengo mucho que contarles...

-Tenemos todo el tiempo del mundo.

Así que, después de la frase de Guido, comencé a explicarles todo lo ocurrido desde que llegamos hasta ahora mismo...

Narra Patricio, una hora y poco más antes.

Salí de ese lugar, del cuál no podía estar ni un segundo más, de un ruidoso e intenso portazo. Caminé y caminé por ahí, intentando escaparme de mis pensamientos. Ya no sé ni qué es lo que siento, y me suele pasar cuando me pongo de novio con alguna. Bueno, ___ no es "alguna", es distinta, pero me pasa lo mismo. Supongo que será el precio de ser mujeriego por tantos años. Seguí mi camino hasta que vi una rubia de cuerpo perfecto que me llamó la atención, y sin pensarlo dos veces, me acerqué. No sé qué es lo que estaba por hacer, ____ no se lo merece, de por sí no se merece a un boludo como yo. Pero así soy, así somos los Sardelli, mujeriegos. Sacando a el lechuga, obviamente. Le devoré la boca a esa rubia que ni el nombre sabía. Total, ___ está en el hotel y no se va a enterar nunca. Sólo necesito un poco de esto para aclarar lo que siento por ella.

Narra ____.

Cuando terminé de contarles lo que recién hizo Pato, ellos se miraron entre sí. Sus miradas hablaban por sí solas, pero yo no logré decifrar lo que querían decir. Subí el volúmen al máximo y escuché que Guido le preguntaba a Gastón " ¿le decimos o no?" y Cuty negaba, "no, ya se va a dar cuenta por sí sola, no hay que meternos en su relación". Me dió mucha intriga y un mal presentimiento.

-¿Qué es de lo que hablan? -pregunté con el ceño fruncido-.

-Nada ____, nada, sólo queremos que sepas que contas con nosotros para lo que sea, y tenes la puerta de casa abierta siempre por si querés venir. -dijo Cuty seriamente-.

Seguía sin entender nada, pero igualmente les agradecí. ¿Qué es de lo que tendría que darme cuenta? Sin pensarlo, después de esta larga videollamada, terminé el doble, o quizás el triple, de confundida y pensativa que antes. El tiempo parecía eterno, y cuando ya estaba anocheciendo, milagrosamente, escuché la puerta abrirse y a Pato llegar.

Tu locura [Pato Sardelli]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora