Capítulo 7.

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Narra Pablo.

Son las cuatro de la mañana, me desvelo por los llantos de mi sobrino. Aunque solo hace dos horas que me he dormido y no puedo ni con mi alma, voy a por él a la cuna y le cojo.

Le acuno mientras le canto bajito. Se calma y yo intento dejarle en la cuna, pero en cuanto le dejo vuelve a llorar, a si que me le traigo a la cama sin dejar de acunarle.

Apoyo mi espalda en el cabecero y acaricio su pequeña nariz, su boca, sus ojitos, mientras veo como poco a poco se va quedando dormido. Es tan guapo y tan adorable que me entran ganas de comérmelo. Se me cae la baba con solo mirarle.

Le tumbo a un lado de la cama acurrucándole entre mis brazos. Aún así pongo almohadas en el borde de la cama por si acaso se mueve mucho y se sale de mis brazos que no se caiga.

[...]

Despierto con unas manos pequeñas jugando con mi pelo y mi nariz, acompañado de unas risas de bebé. Abro los ojos y veo a mi pequeño jugando con mis rizos mientras se ríe.

Me incorporo en la cama y empiezo a hacerle cosquillas y a darle besos por toda la cara, cuando entra mi hermano a la habitación.

Salva: Ya veo que os lo pasáis bien, eh    -entra riendo-

Pablo: Buenos días, Salva. Sabes que siempre adoro estar con él, mi niño pequeño -miro a Bruno- Ayer le oí llorar y me le traje a la cama -digo levantándome de la cama-

Salva: Siento que te tuvieras que levantar a esas horas a por él... Y más sabiendo que llegaste tarde. Ni Alejandra, ni yo le escuchamos llorar, de veras.

Pablo: No pasa nada, de verdad. Sabes que no me importa levantarme.

Salva: Mira el lado bueno, así vas aprendiendo para el futuro. Algo me dice que no tardarás mucho -dice señalando mi cuello, al igual que hizo mi hermana anoche-

Pablo: ¿Cómo? -pregunto desconcertado-

¡Mierda! La marca, es verdad. Por lo que se ve aún está en mi cuello.

Y no, todo esto se está yendo de las manos. Yo no estoy enamorado de Valeria, o al menos eso creo. Solo nos hemos acostado una vez y ya está.

Pablo: Mejor vamos a desayunar, creo que este pequeñajo de aquí tiene hambre -digo esquivando el tema, aunque no vaya a ser posible. Tarde o temprano saldrá- Vamos, pequeño. Ven con el tito Pablo -digo refiriéndome a Bruno-

Estiro los brazos y él se pone contento, finalmente le levanto de la cama y me le llevo en brazos.

Salva: Sí, vamos. Pero no te vas a librar de contármelo todo, eh -sonríe pícaramente y se dirige a la puerta-

Dejo que él salga y me voy con Bruno en brazos al espejo del baño para mirarme el cuello otra vez. La marca de Valeria sigue ahí y mis hermanos la han visto ya, a si que de la ronda de preguntas no me libra nadie, y esto no van a ser las cuatro preguntas básicas que me hizo mi hermana anoche, no. Justamente será todo lo contrario.

Pablo: Estas cosas tú cuanto más tardes mejor -le digo a Bruno, quien no me entiende pero sonríe cómo si lo hiciese- Bendita inocencia -él sigue sonriendo y yo le doy un beso la cabeza-

Bajo a la cocina y están Salva y Casilda preparando el desayuno.

Casilda: Buenos días, chicos -dice con una sonrisa y coge a Bruno en sus brazos para darle el biberón-

Pablo: Buenos días. ¿Y papá y mamá?

Casilda: Han salido.

Pablo: ¿Y Alejandra y Raúl? -pregunto por sus parejas-

Salva: Alejandra está trabajando.

Casilda: Y Raúl ha salido temprano esta mañana, tiene un viaje de negocios. Estará fuera cuatro días.

Salva: Pablito... Sabemos que quieres evitar el tema cuanto más mejor, pero sabes que no va a ser así -ríe- Tenemos que hablar -se miran entre ellos-

Casilda: Efectivamente. Porque, sabes que hoy no te libras, ¿no?

Pablo: Sí... lo sé. ¿Qué queréis que os cuente? Acabemos de una vez con esto.

Salva: Todo, por qué llegaste ayer tan tarde, por qué tienes esa marca en el cuello...

Pablo: A ver por dónde empiezo...

Casilda y Salva: ¡Por el principio! -dice al unisono-

Les empiezo a contar todo desde el principio, desde cómo es ella, hasta lo que pasó anoche.

Según les voy contando, sus caras van cambiando, casi que no se creen lo que les estoy contando.

Casilda: Yo creo que es algo más que una noche, se te ve en la cara. Tal vez sólo sea atracción y sexo, pero más de una noche es.

Salva: No lo niegues.

Pablo: Yo ni niego, ni afirmo nada. La vi y fue atracción a primera vista, pero de ahí a que quiera casarme y formar una familia con ella... Hay un cacho, tío.

Y es que todo lo que les acabo de decir es verdad. Pero también es verdad que no logro quitármela de la cabeza, desde el momento en que la vi y desde ayer cuando me acosté con ella, peor. No sé que me ha hecho, pero es imposible.

Casilda: Nosotros nunca hemos dicho que te vayas a casar con ella. Sólo hemos dicho que ahí hay algo más que una simple noche de descontrol.

Pablo: Bueno, veremos a ver que pasa. No quiero forzar las cosas.

Salva: Sabes que siempre nos tendrás, ¿no? -asiento- Hagas lo que hagas.

Pablo: Lo sé... -bebo el último trago de mi café-

Me despido de ellos y me subo a la habitación a ducharme.

Pienso en todo lo que acabamos de hablar mis hermanos y yo.

Y pienso que aunque mi hermana siempre me diga que no puedo estar siempre así, que necesito a alguien estable, no solo para una noche... Y mil cosas más, tampoco sé si ella es la persona que está destinada a llegar a mi vida para quedarse el resto de mis días.

Sólo sé que necesito volver a verla, más que nada para ver qué pasa entre nosotros. Aunque viendo como somos los dos, estoy completamente seguro que acabaremos entre sábanas.

Nota de autor.

¡Familiaaaaa!

Siento no haber podido subir estas semanas... Pero estoy de exámenes hasta arriba y me es imposible.

De esta novela he podido subir porque tengo algunos capítulos escritos y sólo tengo que revisarlos, pero estas semanas ha sido imposible hasta eso 😭

Y, de Vuelvo a Verte no he podido subir porque no tengo capítulos escritos. Pronto volveré a subir, estoy escribiendo en los pocos ratos libres que tengo.

Dicho esto, espero que os haya gustado el capítulo.

Os súper quiero 💖

La Escalera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora