Capítulo 33.

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Narra Valeria.

Estamos en uno de mis restaurantes favoritos de Málaga.

Hoy celebramos muchas cosas, como la boda de mi hermano y María, mi embarazo... Pero, sobre todo celebramos que estamos juntos después de mucho tiempo.

Echaba de menos estos momentos. El estar con mi familia, cenando, riendo... Después de todo este tiempo, ya me hacía falta.

Marc: ¿Te pasa algo, Valeria?

Valeria: No, ¿por qué lo dices? -le miento-

En realidad, sí que le estoy dando vueltas a un asunto que lleva en mi cabeza desde esta mañana.

Marc: Tú sabes perfectamente que me estás mintiendo. Te conozco mejor que nadie -ríe-

Tiene razón. A él no le puedo engañar.

Valeria: Bueno... -digo nerviosa- La verdad es que estaba pensando en varias cosas...

María: Cuéntanoslo y así quizá podemos ayudarte -interviene sonriendo-

Ella es genial, siempre está dispuesta a todo. Y cuando he tenido algún problema, siempre ha estado ahí la primera.

Valeria: Bueno, una de las cosas que estaba pensando es el qué dirá papá cuando se entere de que será abuelo otra vez y de lo que ha pasado con Pablo... -me gesto cambia-

Recordar esto me pone muy mal. Me duele y mucho.

Marc: Papá te va a apoyar como siempre lo ha hecho con todo lo que ambos hemos necesitado -sonríe-

En eso tiene razón. Mi padre siempre estuvo por y para nosotros, no como mi madre.

Valeria: Sí, supongo que tienes razón...

Marc: ¿Y lo otro?

Bien, aquí viene lo fuerte.

Valeria: Quiero volver a Madrid -les suelto de una- Si estaba aquí fue por amor, cuando pasó lo de Mario me quedé por Mel y por el trabajo. Y Mel está trabajando en Madrid y el trabajo... Nadie quiere una stripper embarazada. Y bueno, después de esto... La única razón para quedarme sería Pablo, y él no quiere saber nada. Así que, ya nada me retiene aquí.

Marc se levanta de su silla y me abraza.

Marc: Nos parece muy bien que vuelvas a casa. ¿Verdad, María?

María: Por supuesto que sí. Porque, ¿dónde vas a estar mejor que en casa? -sonríe y coge mi mano- Además, así Gala te tiene cerca -sonrío-

Valeria: No hay nada que mas quiera en este mundo ahora mismo que estar cerca de mi familia.

Marc: Por fin después de tantos años te voy a volver a tener cerca -dice feliz-

Valeria: Sí, así también os ayudo con la boda -les digo con la mayor ilusión del mundo-

La verdad es que en este momento no puedo ser más feliz. Mi hermano se va a casar con la mujer de sus sueños y yo voy a ser mamá.

Es cierto que la vida no me está sonriendo al completo porque me falta Pablo, pero no dejaré que eso me empañe este momento tan bello.

Marc: ¿Y cuando tienes pensado irte a Madrid? -vuelve a su silla-

Valeria: Cuando vosotros os volváis para allá. Sé que os sonará precipitado, pero realmente es lo que quiero hacer. Irme de aquí.

María: Nosotros nos vamos en una semana -me informa- Teníamos pensando venir a visitarte sólo -ríe-

Valeria: Sí, ya sé... -río con ella-

Marc: Perfecto, pues no se diga más. Mañana empezamos a prepararlo todo para que te vengas con nosotros.

Y así, con los planes de futuro hechos e intentando reconstruir mi vida, seguimos con nuestra cena en familia.

[...]

Valeria: ¿Seguro que no os queréis quedar aquí esta semana? -les pregunto cuando me dejan en la puerta de mi casa-

María: No, muchas gracias, de verdad. La niña tiene otros horarios, básicamente por eso cogimos un hotel. Y lo último que queremos ahora es quitarte horas de sueño -ríe- Créeme que de aquí a unos meses lo que menos vas a poder hacer es dormir.

Valeria: No me metas presión con eso, que me encanta dormir y tú lo sabes -río con ella- Pero, está bien. Entonces mañana nos vemos, ¿no?

Marc: Claro. Mañana empezamos a recoger tus cosas -dice sonriente-

Sé que le hace mucha ilusión que vuelva, y a mí también me hace. Son muchos años fuera de casa.

Valeria: ¿A las diez de la mañana aquí os viene bien?

María: Sí, perfecto.

Valeria: Genial. Y ya de paso os quedáis a comer -le doy un beso a Gala, que está en brazos de su padre-

Marc: Vale. Hasta mañana, hermanita.

Valeria: Hasta mañana -me despido de ellos-

Entro en casa, me quito la ropa para ponerme el camisón y entro al baño a quitarme el maquillaje y lavarme los dientes.

Salgo del baño cuando noto que piso algo. Me agacho a recogerlo y veo que es una de las pulseras de Pablo. La tomo en mi mano y me quedo viéndola como una idiota.

Sí, a pesar de todo lo que me dijo y de lo que me ha hecho, le echo mucho de menos.

Fui una idiota al querer desprenderme de mis sentimientos por él. Le quiero. Pero, supongo que ya no hay marcha atrás en nada de lo que hemos hecho.

Dejo la pulsera en la mesilla y me meto en la cama.

Acto seguido, los recuerdos de nosotros no tardan mucho en venir a mi mente y con ellos, las lágrimas.

Esta es otra de las razones por las que necesito marcharme de aquí. Todo está lleno de demasiados recuerdos de ambos y no me hará ningún bien.

Lo único que deseo en este momento es que todo este sufrimiento acabe cuando me marche de Málaga.

Nota de autor.

¡Familiaaaaaa!

Aquí tenéis otro capítulo más, espero que os guste

Debo deciros que tranquilidad porque Pablo aparecerá en este capítulo o en el siguiente 😊

¿Que opináis de que Valeria de marche de Málaga?

Lo dicho, os quiero 💛

La Escalera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora