Capítulo 32.

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Narra Valeria.

No sé cuánto tiempo llevo sentada en el suelo, llorando. Desde que se fue es lo único que he hecho. Aún no puedo creer que él me haya hecho esto.

Sé que no soy la mejor mujer del mundo y que no hago bien todo, pero lo que me está pasando ahora no me lo merezco.

En medio de todos mis pensamientos, suena el timbre.

Ojalá sea él, pienso.

Sé que suena masoquista, pero realmente no puedo evitar quererle.

Me levanto del suelo como puedo y me limpio las lágrimas que aún caen de mis ojos. Voy al baño para lavarme la cara y que, al menos, no se note tanto que he estado llorando.

Valeria: ¡Voy! -grito saliendo de éste-

Respiro profundo antes de ver quien es.

Al abrir la puerta me encuentro a mi cuñada y a mi hermano con mi sobrina en brazos.

Gala al verme, se lanza de los brazos de su padre a los míos.

Valeria: ¡Mi princesa! -ríe mientras la balanceo en el aire-

Dejo besos por toda su cara haciendo que ría más aún.

Valeria: Te echado mucho de menos, ¿lo sabías? -ella sólo me sonríe y cojo su manita y la beso-

Sus ojos grandes y azules me miran con el brillo intenso de siempre. Ella es mi luz.

Marc: ¿Piensas volver a dejarme en la calle? -interrumpe riendo y le abrazo-

Valeria: Qué idiota eres... -río y le abrazo- Pasad -digo mientras abrazo a María, aún con Gala entre mis brazos-

María: Estás guapísima, cuñada -me dice sonriendo-

Valeria: Tú también -sonrío-

Nos sentamos en el sofá.

Voy a ofrecerles algo para tomar cuando mi hermano me interrumpe.

Marc: Val... Nosotros hemos venido aquí para darte una noticia -coge la mano de María-

Valeria: Vosotros diréis -río y me acomodo en el sofá con Gala-

María y Marc: ¡Nos vamos a casar! -dicen ambos a la vez-

Mi hermano besa a su futura esposa y cuando María acaricia la cara de Marc, es cuando me doy cuenta del anillo de compromiso que lleva en el dedo anular.

Creo que voy a llorar. Es una mezcla de emoción por ellos y dolor por Pablo.

Valeria: Estoy tan feliz lo vosotros -les abrazo a los dos-

Gala nos mira extrañada a los tres. Creo que no entiende muy bien de qué va todo esto.

Valeria: Esto hay que celebrarlo -les digo feliz- Siento no tener champán para brindar, pero me habéis pillado por sorpresa -los tres reímos- Así que, esta noche salimos a cenar.

María: Espera porque aquí no acaba todo -dice sonriente-

Yo la miro sin entender. Ya no sé que esperarme de ellos dos.

María toma mi mano y me mira sonriente.

María: Queremos que tú seas la madrina.

Ahora sí que no me puedo contener las lágrimas.

Valeria: ¿De verdad? -digo emocionada-

Marc: Totalmente en serio -se sienta a mi lado-

La Escalera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora