Narra Valeria.
Despierto con unos lametazos en el brazo. Abro lentamente los ojos y me encuentro con un cachorrito de pelo color chocolate y los ojos azules, moviendo la cola feliz.
Cuando estuve aquí de niñera, el cachorro no estaba. Supongo que vino después que yo.
Me incorporo como puedo.
Mierda, no debí quedarme dormida de esta postura.
No debí quedarme dormida, directamente. Pero, he dormido tan poco esta noche... Que el cansancio me ha ganado.
Valeria: ¿Y tú quién eres? -cojo al cachorro y juego con él-
Pablo: Terral -su voz ronca hace que me dé la vuelta-
Sonrío. Parece que está algo mejor que hace unas horas, cuando vine.
Dejo a Terral en el suelo, otra vez.
Valeria: Veo que estás mejor -voy a acariciarle la cara, pero se aparta-
Pablo: ¿Qué haces aquí? -dice frío-
Cada vez tengo más claro que ese Te quiero fue fruto de su delirio por la fiebre. Sino, no me trataría como lo está haciendo ahora.
Valeria: Vine para hablar contigo, pero tu hermana me dijo que estabas enfermo y al entrar sólo dijiste que me quedara. He estado cuidando de ti, apenas unas horas.
No pienso decirle la otra parte. Su declaración, por así decirlo, me la quedo para mí.
Pablo: Pues ya puedes irte, estoy bien. Además, no tenemos nada de qué hablar -tose y se toca el pecho-
Su frialdad me duele. Pero también me enfada. Yo no tendría que estar aquí para darle explicaciones acerca de lo que vio anoche, porque no somos nada. Sin embargo, aquí estoy. Y él lo único que hace es esto, no darme, ni siquiera, la oportunidad de hablar.
Valeria: No, no estás bien. Pero vale, si es lo que quieres... Me marcho -me levanto de la silla y la coloco donde estaba-
Realmente, estoy intentando que las lágrimas no salgan de mis ojos, pero no sé si lo conseguiré por mucho tiempo.
Valeria: Adiós, Pablo -salgo de la habitación-
Cierro la puerta de ésta, casi de un portazo. Tenía la esperanza de que me detuviera, pero ya veo que no.
Me apoyo en la pared y lloro. Lloro todo lo que no he llorado ahí dentro. Lloro de rabia, de dolor... Lloro.
Casilda: ¡Valeria! ¿Qué pasa?
Limpio mis lágrimas rápidamente.
Valeria: No, nada... No te preocupes, Casilda -sonrío levemente-
Casilda: ¿Cómo que no me preocupe? Acabas de salir de la habitación de mi hermano llorando, ¿y quieres que no me preocupe? -me abraza- ¿Habéis hablado?
Valeria: No... -limpio las últimas lágrimas que quedan-
Casilda: ¿Entonces?
Valeria: Prácticamente me ha echado.
Casilda: ¿Qué? Se va a enterar, no tiene que tratarte de esta forma... -me abraza- Por muy hermano mío que sea, ahora mismo voy a entrar ahí y le voy a decir un par de cositas -dice enfadada-
Valeria: ¡No! -le freno- Déjalo, de verdad... Da igual. Yo vine para intentar hablar, él no ha querido, ya está, fin de la historia. Además, está enfermo... Dejémoslo descansar.
Casilda: Está bien... No estoy de acuerdo, pero vale. En cuanto mejore, pienso hablar con él.
No le digo nada. Ni siquiera me opongo, sinceramente, no creo que pueda convencerla de lo contrario.
Valeria: Yo debo marcharme ya -le sonrío- Gracias por todo.
Casilda: No, gracias a ti -me abraza- Y no le hagas caso... Créeme que no puede vivir lejos de ti.
Francamente, yo ya no creo eso. Después de que prácticamente me ha echado, lo tengo muy claro.
Valeria: Cualquier cosa, llámame, por favor -ella asiente- Aunque no me haya tratado de la mejor forma, no quiero que le pase nada.
Me marcho de allí, y una vez que bajo las escaleras vuelven las lágrimas a mí.
Salgo de casa evitando que alguien de su familia me vea. Sinceramente, no quiero hablar con nadie ahora mismo.
[...]
Narra Pablo.
No entiendo qué hacía ella aquí. ¿Con qué derecho vino? No entiendo nada. Y lo peor de todo es, ¿por qué Casilda le dijo que yo estaba enfermo?
Hablando de la reina de Roma... Casilda entra en la habitación.
Casilda: ¿Cómo estás? -pregunta al entrar en la habitación- Mamá me ha dicho que tenías mejor cara...
No le contesto. Estoy enfadado con ella por haber dejado que Valeria entrase y se quedase.
Casilda: ¿Qué pasa? ¿No me piensas contestar? -se cruza de brazos-
Pablo: ¿Por qué dejaste que se quedase aquí, conmigo?
Se acerca a la cama. Sabe que me refiero a Valeria.
Casilda: ¡Ay, no lo puedo creer! -se cruza de brazos- ¿Es por eso que ni me miras?
Pablo: No entiendo porqué, Casilda. Yo soy tu hermano, es a mí a quién tienes que apoyar -digo enfadado-
Casilda: Sí, tú eres mi hermano, pero eso no significa que tenga que apoyarte en todo lo que haces porque en esto no pienso apoyarte, lo siento, pero no -se sienta a mi lado- Pablo... Ella vino para hablar contigo, te cuidó, se preocupó por ti... ¿Y cómo se lo pagas? Echándole de aquí.
Bajo la mirada. Tiene razón.
Tal vez los dos no hayamos hecho las cosas de la mejor forma. Pero, ella no se merecía esto.
Casilda: ¿Acaso sabes como salió de aquí? -continúa, y no sé muy bien si quiero saber la respuesta- Llorando, Pablo. Salió llorando porque le dolió tu frialdad.
No, no puede ser... Lo último que quiero es que sus lágrimas lleven mi nombre.
Pablo: Dime que no es verdad, Casilda... -mi voz refleja angustia-
Ella asiente. Es verdad, ha estado llorando por mi culpa.
Pablo: ¡Mierda! -doy un puñetazo a la cama- Casilda, yo... Estaba muy dolido, no quería herirla...
Casilda: Pero la heriste -zanja-
Pablo: Sí, ya sé que lo hice... Y no estoy orgulloso, ¿vale? -suspiro- Ahora por favor, déjame sólo. No quiero ver a nadie ahora.
Casilda: Como quieras... -dice no muy convencida y se marcha-
Cojo mi cabeza entre las manos. Me siento frustrado.
Jamás debí permitir que esto sucediera... Ella tenía razón, no debimos darle cuerda al corazón. No debimos enamorarnos. Porque al menos yo, sí que lo estoy de ella.
Nota de autor.
¡Familiaaaaaa!
Ya tenéis aquí el capítulo de la semana 💚
Tengo que deciros que está esta semana no sé si subiré capítulo de Vuelvo a Verte porque la semana que viene tengo exámenes y estoy a full y tengo poco tiempo. Pero, intentaré empezarlo, al menos 💛
Gracias por todo, espero que os guste. ¡Os quiero! 💙
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La Escalera.
FanfictionValeria, una stripper de un bar de carretera. Con un físico increíble y un cuerpo espectacular. Su carácter difícil, es fuerte y no se deja manejar por nadie, pero a su vez tiene una parte vulnerable. Tiene miedo a sufrir por amor, por eso forma una...