La Escalera.

Capítulo 39.

Narra Valeria.

Aquí estoy de nuevo, me muero por volver a ver a mis pequeños. Quedan más de cinco meses para verlos y ya no aguanto las ganas de tenerlos en mis brazos.

A diferencia de la otra ecografía, hoy Marc no ha podido venir y he venido sola.

Pablo hoy tampoco está, ni estará.

El doctor entra sacándome de mis pensamientos, y yo hago lo mismo que la otra vez. Me tumbo sobre la camilla y subo mi camisa.

Doctor: Muy bien, Valeria. ¿Tienes ganas de verlos? -sonríe mientras los busca con el ecógrafo-

Valeria: Muchísimas ganas -digo feliz-

El ruido de la puerta abriéndose hace que me dé la vuelta. Mis ojos no pueden creer lo que están viendo, él está aquí, parado en la puerta con su sonrisa puesta.

Pablo: Disculpe, sé que llego tarde -se disculpa y entra rápido para ponerse a mi lado-

Ahora mismo no puedo ser más feliz. Lo tengo aquí conmigo.

Pablo: ¿Qué creías que te iba a dejar sola en un momento como este? -yo niego y él besa mi frente-

Valeria: Confiaba en ti -sonrío y besa mi mano, que está entrelazada a la suya-

Vuelvo la mirada al ecógrafo y veo ahí a mis pequeños.

Miro de nuevo al lugar donde está Pablo y él ha desaparecido, ya no está.

Todo se vuelve negro, desapareciendo...

El sonido de la alarma taladra mi cabeza, despertándome de ese sueño tan maravilloso.

Joder, sólo era un sueño.

Hoy tenía que levantarme antes porque quedé con María y Marc en que cuidarla de Gala este fin de semana.

Mi padre se fue ayer de vacaciones con unos amigos del trabajo y estará una semana fuera. Y mi hermano y mi cuñada se van de fin de semana romántico.

Bueno, por lo menos alguien en esta familia es feliz.

Me levanto de la cama, me ducho, desayuno y recojo todo para ir a por mi sobrina a su casa. Me quedaré allí el fin de semana.

Maldita alarma. ¿Por qué ha tenido que sonar?

[...]

Marc: Uy, menuda cara ha traído alguien -dice nada más abrir la puerta-

Valeria: Hola, hermanito -entro- Buenos días a ti también -le contesto sin ganas-

La verdad es que no me apetece hablar con nadie. Después de ese sueño lo único que quiero es quedarme en ese momento toda mi vida, aunque fuera un sueño.