Dos semanas después.
Narra Valeria.
Hoy, por fin es el día. Por fin llega mi mejor amiga, Mel.
Viene desde Madrid a pasar unos días aquí conmigo y no pienso desperdiciar ni un minuto, son demasiados meses sin verla... Desde que me vine a Málaga no nos vemos y la echo mucho de menos, la verdad. Aquí tengo amigas, pero no es lo mismo que con ella.
Mel es de Málaga, pero vive en Madrid por cuestiones de trabajo, aunque está por muchos sitios. Ella es bailarina y siempre está de un lado para otro. La verdad es que por cuestiones de trabajo nos hemos cambiado las ciudades. Una madrileña trabajando en Málaga y una malagueña trabajando en Madrid la mayoría del tiempo.
Han pasado dos semanas desde que me acosté con Pablo y no me lo puedo sacar de la cabeza. ¿Lo peor? Que no sé porqué. Me he acostado con muchos más y jamás me había pasado esto, sinceramente no lo entiendo.
Después de él han pasado tres hombres más. Pero por una extraña razón, la cual desconozco, ha estado en mi mente a cada segundo, incluso cuando estaba entre los brazos de otros hombres.
Él por su parte, no ha vuelto a aparecer por allí y, la verdad es que tampoco lo espero... Todos los tíos son así, se acuestan contigo una noche, o dos como mucho, y se olvidan de ti. Y más siendo alguien como él.
¡Por Dios es Pablo Alborán, el artista mundial!
Precisamente alguien como él es el que las tiene a todas a sus pies, no le hace falta ni abrir la boca para tener a un ejército de mujeres a su disposición. Lo que no sé es como alguien como él vino a un lugar como el que yo trabajo y recurrió a alguien como yo.
Bajo del coche y camino hacia la puerta por donde sale Mel e intento poner cara de Aquí no pasa nada, aunque mi cabeza dé vueltas alrededor de lo mismo... Pablo. Tengo que averiguar por qué estoy así, yo no soy así. A mí los hombres me dan igual, nunca he buscado algo más que una noche con ellos y no va a ser menos ahora.
Después de diez minutos la veo salir con su maleta en la mano. Camina sonriente hacia mí y yo siento que los segundos que nos separan son eternos.
Mel: ¡Val! -nos abrazamos fuertemente-
Valeria: ¡Mel! ¡Por fin! -la digo emocionada-
Mel: ¡Cuánto tiempo, amiga!
Valeria: Demasiado... ¡Te he echado de menos! -me separado de su abrazo y ella coge su maleta-
Mel: Y bueno... ¿Cómo que va por aquí? Son muchos meses sin vernos y aunque hablemos por teléfono, no es lo mismo -me pregunta sonriendo, mientras vamos camino a la salida-
Valeria: Bien, como siempre.
Mel: ¿Sigues en ese bar?
Sé que a Mel no le gusta que trabaje de la forma en que lo hago, pero es lo que me ha tocado. Y también sé que espera que diga que ya no estoy trabajando ahí. Pero la realidad es bien distinta.
Valeria: Sí... Y sé que no te gusta que trabaje así, pero es lo que me ha tocado vivir...
Llegamos al coche y metemos las dos maletas de Mel en el maletero. Nos montamos en el coche.
Mel: No, no es lo que te ha tocado vivir -espeta molesta-
Valeria: Entiendo tu frustración, de verdad -agarro su mano-
Ella toma esta actitud porque sabe lo sola que me siento cuando me bajo de la barra. Es la única que lo sabe.
Cuando me bajo de la barra o cuando dejo de estar con un hombre, la soledad es mi fiel compañera y lo odio. A veces, aunque yo diga lo contrario, necesito a alguien a mi lado.
Mel: Val... Ya sabes que siempre tendrás mi apoyo en todo -sonrío porque sé que es totalmente cierto- Pero solo te digo que mereces algo más y mejor.
Valeria: Gracias, Mel... -la vuelvo a sonreír y arranco el coche-
Llegamos a mi casa y la enseño su habitación, la de invitados, que básicamente es de ella porque es la única que suele venir.
Voy a la cocina a preparar la comida mientras que ella se acomoda en su habitación.
Mel: Oye... ¿Por qué no vamos a la playa después de comer? -pregunta sonriente mientras entra en la cocina-
Valeria: Vale, me parece bien -sonrío- Eso sí, hace mucho que no voy a la playa y puede que hasta se me haya olvidado el camino -las dos reímos-
Mel: Ya será para menos -dice sin parar de reír- Y sabes que eso debería ser delito, vivir en un lugar con playa y no ir... -empieza a coger los cubiertos, vasos y demás utensilios para la comida y los va poniendo en la mesa-
Valeria: Sí, lo sé... Me gustaría ir más, la verdad. Pero, no tengo tiempo.
Y la verdad, es que es cierto. Trabajo de noche y por el día, a penas tengo fuerzas para nada.
Mel: Pues no se hable más, después de comer a la playa que nos vamos.
Valeria: Vale, pero te digo que estamos a principios de Junio y no va a hacer el mismo calor que en Agosto, no quiero que luego te quejes -me río-
Mel: Tranquila, podré soportarlo
-dice poniendo su mano en el pecho, haciéndose la ofendida- ¿Te olvidas que vivo en Madrid y allí en Diciembre y Enero hace un frío increíble?Valeria: No, no me olvido -saco la comida del fuego y la sirvo en los platos-
Mel: Ah, bueno. Empezaba a pensar que ya te habías olvidado de tu ciudad.
Valeria: Imposible -sonrío-
Y bueno, eso es totalmente cierto. Por mucho tiempo que lleve viviendo aquí en Málaga, jamás podré olvidarme de mi tierra. Yo amo Madrid aunque esté viviendo fuera.
Si me fui fue porque lo necesitaba, necesitaba salir de allí, cambiar de aires... Necesitaba vivir, y aunque el trabajo que tengo aquí tampoco es que sea el mejor del mundo es lo que hay y con eso me vale. Tal vez algún día las cosas cambien.
Nota de autor.
¡Familiaaaaa!
Siento no haber podido subir estas semanas, pero ha sido todo un caos. Y si a eso le sumamos que no he estado demasiado bien emocionalmente y que no tenía inspiración... 😭😭
De veras que lo siento, pero aquí tenéis un capítulo más y espero que lo disfrutéis 💗
ESTÁS LEYENDO
La Escalera.
FanfictionValeria, una stripper de un bar de carretera. Con un físico increíble y un cuerpo espectacular. Su carácter difícil, es fuerte y no se deja manejar por nadie, pero a su vez tiene una parte vulnerable. Tiene miedo a sufrir por amor, por eso forma una...