Quiero el poder de desaparecer,
y ponerme un disfraz hecho de luz.
Camuflaje total, blanco y azul. Aprender a volar, ser invisible.Narra Valeria.
Después de quince minutos mirando la caja y luchando el dilema interior, decido ir. Pero no como una cita, sino como una despedida.
No voy a negar que he estado pensando mucho en Pablo todos estos días, y él ha estado prometiéndome que no era como todos los hombres y que le dejase entrar en mi vida, pero había algo en mí que me decía que no era buena para él y que no debíamos tener nada porque acabaría haciéndome sentir que no valía nada, como lo han hecho el resto de hombres con los que he estado. Y bueno, después de lo que me dijo esta tarde... He terminado de confirmar todas mis teorías.
Porque sí, me ha hecho sentir que no valía nada y que viniera de él es lo que más me ha dolido.
Una vez que estoy lista cojo la caja que Pablo me ha dado y bajo. No me he puesto lo que él me ha regalado, esto es una despedida.
Al bajar, veo una nota en la barandilla de la escalera, en la que pone Sal al jardín. Y allí voy, al salir le veo a él en vaquero y camisa.
Se gira y al verme una enorme sonrisa se dibuja en su cara.
Pablo: Pensé que no vendrías -viene a darme un beso, pero me aparto y la sonrisa que tenía en la cara desaparece- Toma, esto es para ti -me da un ramo de rosas blancas-
Valeria: Gracias, Pablo. Pero, no hacía falta.
Pablo: No es nada -sonríe- Antes que nada ven, vamos a sentarnos, por favor.
Acabo aceptando, pero nada cambiará la idea con la que he venido.
Pablo: ¿Por qué no llevas puesto lo que te he regalado? -pregunta confundido una vez que nos sentamos-
Valeria: Pablo... Esto es una despedida. Toma -cojo la caja del suelo y se la doy-
Creo que estaba tan ilusionado de que estuviera allí, que ni se había dado cuenta de que tenía la caja en la mano.
Le vuelvo a extender la caja, pero al ver que no tiene la más mínima intención de cogerla, la vuelvo a dejar en el suelo.
Pablo: No, no puede ser, me niego.
Coge mi mano por encima de la mesa.
Valeria: Sí, sí que lo es -me suelto- Mañana cuando vuelva tu hermana me marcharé y tú volverás a tu vida de artista y yo a mi vida de stripper. Y eso nadie lo podrá cambiar.
Pablo: Pero... ¿Por qué? Si es por lo de antes... Quería pedirte perdón una vez más, te juro que jamás he pensado lo que te dije... -no le dejo seguir-
Valeria: No es solo por eso, pero te reconozco que me ha dolido y más que saliera de ti y que ha sido la gota que ha colmado el vaso. Eso me demuestra una vez más que no podemos estar cerca el uno del otro. Pero, es por todo lo demás, no te pueden ver, ni relacionar con alguien como yo porque eso arruinaría tu carrera, tu reputación, tu futuro... Todo.
Pablo: Te vuelvo a pedir perdón, nunca debí de habértelo dicho.
Valeria: Déjalo, lo hecho, hecho está.
Pablo: Y respecto a lo otro, de pensar en que no te pueden relacionar conmigo porque arruinaría todo, pensemos en nosotros.
Valeria: Ese es el problema, que no hay un nosotros, ni lo va a haber. Lo siento, Pablo -me voy a levantar de la silla, pero me detiene-
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La Escalera.
FanfictionValeria, una stripper de un bar de carretera. Con un físico increíble y un cuerpo espectacular. Su carácter difícil, es fuerte y no se deja manejar por nadie, pero a su vez tiene una parte vulnerable. Tiene miedo a sufrir por amor, por eso forma una...