Capítulo 43

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Mensajito corto ^^: ya vamos llegando al final de la novela.

- ¡Hija ¿dónde estabas?!.- estaba de pie en el umbral de la puerta de mi casa junto a Tom.- Me tenías preocupado.

- Lo siento padre.- sonaba igual a un pequeño al cual encontraban haciendo una travesura.

- No ha sido una noche fácil para su hija señor Castille, yo creo que un poco de fuego y una taza de té le hará bien.- le sonreí.

- Es verdad, pasen por favor.

Mi padre ya llevaba puesta su ropa para dormir junto a su bata de color azul marino. Mientras él y Tom encendían la chimenea y calentaban un poco de agua, yo subí a mi habitación para darme un baño y cambiarme de ropa; era cierto que Tom había logrado hacer que la temperatura normal volviera a mi cuerpo pero aún así estaba muriendo de frio. Cogí un pantalón grueso color negro, calcetines de lana y un polerón blanco, aproveché de secar bien mi cabello con el secador eléctrico y finalmente lo peiné para que no quedara tan desordenado.

Mi padre se asomó por mi puerta mientras terminaba de cepillar mi cabello y dió unos cuantos golpecitos suaves para anunciar su llegada.

- ¿Puedo pasar?.- estaba sentada en la orilla de la cama y con una sonrisa le di permiso para hacer lo mismo.- Me tenías muy preocupado Andrea.

- No lo pensé padre, sólo quería....- suspiré al recordar todo.- Sólo quería desaparecer por un tiempo.

- ¿A qué se refería Thomas con lo de antes? ¿qué sucedió?

- Voy a volver a Nueva York lo antes posible.

- ¿Pero por qué?.- mi padre siempre lograba dar la impresión de que sabía todo lo que sucedía y por eso jamás podía ocultarle las cosas.

- Hank me propuso matrimonio y luego se aprovechó de mi... no sé si considerarlo como un abuso pero fue algo parecido.- su rostro se desconfiguró.- Ya no puedo seguir a su lado y mucho menos casarme con él padre, por eso tengo que irme.

- Ya veo... ¿él te dio ese anillo?.- estaba mirando mi mano, de inmediato lo saqué de mi dedo y ambos lo mirábamos ahora.

- Sí, pero antes de irme se lo devolveré. Lo haré mañana por la mañana.

- ¿Te vas a ir con Tom?

- Sí. Él me ofreció volver a Nueva York juntos y volver a nuestro departamento, ahí es donde pertenezco.

- ¿Tú cómo estás con todo esto?.- juntó nuestras manos.

- No muy bien, pero mejor a como estaba antes de que Tom me encontrara.

- Sólo has lo correcto...

- Lo haré.- besó mis manos y luego se levantó de mi lado.- Ahora que sé que estás aquí, iré a acostarme. Tom debe estar abajo aún.

- Duerme bien.- esperé hasta sentir que la puerta de su cuarto se cerrara para poder bajar.

Tom estaba en la sala de estar al lado de la chimenea con los ojos cerrados. Pasé de largo e ingresé a la cocina para servirme un poco del té que mi padre había preparado, volví nuevamente a pasar por la sala de estar y me senté en uno de los sillones que estaba frente al de Tom. Pasaron varios minutos en silencio mientras yo observaba el movimiento de las llamas del fuego y bebía de mi taza cuando Thomas abrió los ojos y se quedó mirándome fijo.

- ¿Quieres que te traiga algo para abrigarte? este sector siempre ha sido el más helado de la casa.

- No, está bien.- se estiró un poco y se acomodó.- ¿Cómo estás?

Obligada a tu amor (Tom Hiddleston)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora