Capítulo 36

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Han pasado 8 días desde aquella pelea y yo sigo aquí en el hospital. Debo admitir que he empezado a sentirme mejor, la experiencia y sensación de haber perdido a mi hija jamás la voy a olvidar, pero siempre es posible salir adelante y superar las adversidades.
Thomas realmente se había marchado o al menos no volvió al hospital a visitarme, pero en su reemplazo venía su familia o mi padre, Selena ni si quiera se molestó en aparecer y eso sólo me sirvió para comprobar mi teoría de que ella fue la culpable, pero no tenía pruebas para incriminarla.

- Buenos días Andrea.- el doctor Leuithan ingresó a la habitación.- ¿Cómo te sientes hoy?

- Mejor, no bien pero si siento que estoy mejor.- le sonreí un poco.

- Eso es bueno, implica que las pastillas te han ayudado. ¿Has tenido dolores o molestias?

- No.- claro que sí, pero no eran físicos.

- ¿Te gustaría irte a tu casa?

- Sí, por favor.- le dije con cara suplicante que causo una leve carcajada en él.

- Se nota que está con más ánimo. Te daré el alta y podrás ir a tu hogar, pero debes seguir cuidándote física y psicológicamente.

- Lo sé, no se preocupe.- le sonreí para dejarlo tranquilo.

- Andrea tuvimos los resultados de los exámenes, los mandaron a revisar al menos 3 veces y el resultado siempre fue el mismo.- lo miré asustada.- Era una mezcla entre metanfetamina y heroína, ambas causan un deprendimiento adelantado de la placenta e impiden que a al bebé le llegue el oxígeno necesario. ¿Tienes alguna idea de cómo pudo llegar a tu organismo?

- Anoche en una celebración me dieron un vaso con jugo de frambuesa y tenía un sabor extraño. Supongo que pudo ser eso.

- Sabes que eso es delito ¿verdad? Quien te haya hecho beber eso puede ir a la cárcel.

- Pero no hay pruebas para comprobarlo.

- Bueno, siempre hay alguna posibilidad. Ya tengo que irme ¿si? Cuídate Andrea, fue un placer conocerte.

- Hasta pronto.- se fue de la habitación e inmediatamente la madre de Thomas apareció en su reemplazo.- Hola diana.

- Hola Andrea ¿cómo estás?

- He estado mejor... pero al menos ya me iré a casa.

- Así es y por eso vine, te vas a ir a nuestra casa.

- Oh no, no es necesario. Tom se fue y no tengo porqué depender de él o su familia.

- Y yo no dejaré que te quedes sola por los actos de mi hijo ¿entiendes? No aceptaré un no como respuesta, ya lo conversé con tu padre y él acepto. Está decidido.

- Su hijo tenía pleno derecho a hacer lo que hizo... yo también deseo escapar del dolor.

- Puede ser, pero él es tu esposo y su deber es acompañarte siempre.- agaché la cabeza y miré el anillo en mi mano que hace unos días atrás cumpliría una promesa verdadera.

- Él no es mi esposo.- me miró confusa y un poco de rabia por mi afirmación.- Nunca nos casamos Diana.

- ¿Qué?.- volví la vista a mi anillo.- ¿Entonces por qué decían estarlo? ¿por qué actuaban como tal?

- Por un estúpido contrato para poder salvarnos entre nosotros las carreras, yo lo ayudaba a él y Thomas a mi....- una lágrima corrió por mi mejilla y miré al techo para que no cayeran más.- Sólo era un acuerdo entre nosotros, no significaba nada.

- Pero te enamoraste.- me miró con compasión.- Ambos lo hicieron...

- Sí... aunque en un inicio fue una obligación amarlo, lo odiaba tanto. Después todo cambió y ahora estoy aquí: perdí a mi bebé, Tom me abandonó, no puedo confiar ni en mi propia hermana y me drogan para evitar una gran depresión.

Obligada a tu amor (Tom Hiddleston)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora