Esa noche no pudo dormir. No podía creer lo que le habían hecho al panadero. A parte de frecuentar el mercado y regalarle pan a Krez, aquel hombre era amigo de su padre, mas bien eran conocidos. Recordaba haberle visto de visita en su casa alguna vez. Seguramente él no recordara la cara de Krez pero aún así nadie se había portado tan bien con él desde la desgracia de su familia.
Ya que no conseguía dormirse, cogió su flauta de madera y se la llevó a los labios. Sopló un Fa largo y, después de una pausa, empezó a tocar una melodía triste que cortaba el silencio de la noche.
Hoy, toco para las personas que no mercían morir y murieron, por las personas que guardaré siempre en mi corazón, pensó, y siguió tocando.
Un ruido de cascos rompió la melodía de la flauta de Krez. Se asomó al tejado y pudo ver como dos jinetes vestidos de negro y encapuchados cruzaban la calle provinente del mercado. Un escalofrío le recorrió el cuerpo, ya había visto eso antes. La misma figura negra, la misma capa y la misma línea blanca en los bajos de esta. Era igual, aún que esta vez había dos personas en vez de una.
De ninguna manera iba a poder dormir esa noche así que bajó de los tejados y siguió a los dos jinetes hasta la posada de la señora Ruppers. Paraba en cada esquina y mantenía una distancia prudente para que no se dieran cuenta de que iba detrás de ellos.
Se escondió en un portal, más cerca de la posada. Desde allí podía escuchar fragmentos de la conversación que mantenían los dos jinetes. Estaban buscando a alguien, quién,al parecer, estaban seguros de que vivía en la ciudad.
Se acercó a la puerta cuando entraron en la posada. ¡Una chica! Se dijo, la hija de la persona que él sabía que había matado a sus padres. Sintió un gran odio hacía la figura, que aún tenía puesta la capucha, si se girase podria tener por seguro que era aquel al que había visto en su jardín años atrás.
Vió como la señora Ruppers les daba una llave y se dirigían a las escaleras. La chica se giró un instante. Era joven, debía tener más o menos su edad. Sus cabellos eran dorados y le caían por los hombros. Sus ojos claros, parecían muertos y era pálida. Tubo la sensación de que lo había visto, pero un momento después se giró y siguió a su padre por las escaleras.
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El Rayo Partido
AdventureKrez es un chico que vive en las calles de Clott. Años atrás un desconocido asesinó a sus padres y quemo su casa. Ahora que saben que está vivo han vuelto a por él. Él escapará de la ciudad en la que ha vivido toda su vida y empezará su historia. De...