El mendigo noble

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No recordaba haber comido tanto en toda su vida, bien, había comido igual que todos, pero él llevaba ya unos cinco años comiendo mal y en poca abundancia. Se sentía realmente bien, había comido bien y estaba limpio. Pegeen lo había llevado al baño para que se tomara un baño. No sabía como se vería él desde fuera. pero estaba seguro que su aspecto no era nada bueno y además hacía muchísimo tiempo que no se bañaba bien y con jabón. Durante los ultimos años Krez siempre había procurado estar decente -dentro de lo que podía- se limpiaba muchas veces en el río y a la ropa le pasaba agua una vez cada semana. Una persona que no lo conociera seguramente no lo tomaría por un mendigo, comparado con estos él iba realmente limpio, más bien la gente creía que era un crío normal de los que correteaban por la calle, ya que estos acababan, a menudo más sucios que él.

Tenía ropa limpia por primera vez en cinco años, no era nueva, pero se veía mucho mejor que la que llevaba siempre. Se miró al espejo, si no se hubiera bañado durante todo este tiempo no se reconocería. Se peinó con el cepillo que le había dado Pegeen y salió del baño.

Al final del pasillo había una salita de estar. Un niño pasó corriendo por su lado y entró entró en ella. Krez le siguió y abrió la puerta. Estaba allí toda la familia. Pegeen estaba sentada en una silla de madera y cogía en brazos al niño que acababa de entrar en la habitación.

 Al verle esta se levantó y le hizo un gesto para que se acercara. En la sala había tres personas que no habían cenado con ellos. Ya conocía a Myrth i a Ney, eran los dos gemelos hijos de Pegeen. También conocía a Astrid, una chica rubia un poco mayor que él a la que habían adoptado al morir sus padres.  Los demás le eran desconocidos.

-Ven -le dijo Pegeen -voy a presentarte a todos. Él es Plok -dijo la mujer señalando al niño que solo unos momentos antes sostenía entre los brazos - Ella, es Aure -la niña levantó la cabeza y le saludó con una sonrisa -esta era un poco mayor que Plok, debía tener unos cinco o seis años.

-Y yo soy su hermana -dijo una voz detrás suyo, una chica acababa de entrar en la habitación, se acercó y le tendió la mano a Krez -Bienvenido, me llamo Nyx.

-Yo Krez, gracias.

-Nyx también es nueva por aquí -le contó la mujer -su madre murió en un incendio, en el pueblo pesquero en el que vivían y me la traje aquí con su hermana -entonces se dirigió solo a Krez, en voz más baja -¿recuerdas que te dije que luego tenia que contarte un par de cosas? ¿Qué tal si te las cuento ahora?

Krez asintió con la cabeza. Pegeen le hizo una seña y lo condujó hasta una habitación contigua.

 La habitación estaba oscura, ya se había hecho de noche. La mujer alumbró un par de velas con un fósoforo. En la sala había un par de sillas, una mesa y un pequeño sofá. La mujer le dijo que se sentara en este. Ella cojió una de las sillas y la acercó a la chimenea que prendía al lado del sofá. Se sentó delante suyo, la luz de las llamas del fuego hacía resaltar su cabello pelirojo. Podía escuchar risas en la habitación contigua, estas quedaban ahogadas por la pared, y por el silencio que reinaba en la habitación.

 -Primero de todo -empezó a hablar Pegeen -tienes que saber que conocí a tus padres. No se como contártelo para que te sea más fácil asumirlo así que iré al grano. Tu madre es descendiente de los reyes antiguos, de la familia Moondolein, que viene a ser lo mismo que Moondolyn. La hija menor del rey consiguió escapar antes de que el emperador asesinara a su familia -Krez no tubo tiempo de asimilar lo que la mujer le había contado, esta continuó rapidamente su relato -por ese motivo me sobresalté al ver tu colgante, ese colgante es el Rayo Partido, es el simbolo de tu familia, de la que eres descendiente, Krez, eres el heredero del rey de  Elasht, de todo el reino antiguo. 

-Pero no puede ser... -dijo Krez en voz baja -ni mi madre ni mi padre me hablaron nunca de ello -alzó la mirada hacia Pegeen.

-No te contaron nada porque es muy peligroso, la familia Moondolyn lleva años, decadas, podríamis decir siglos escondiendose, porque están en peligro. ¿Que crees que hubiera hecho el emperador si los hubiera descubierto? Si existiera otro heredero al trono... -no hizo falta decir nada más, lo entendió perfectamente, se librarian de él.

-Pero tranquilo, aquí estás a salvo, desde que el emperador ascendió al trono, nuestra familia, y todos los que ahora forman parte de ella, hemos tenido por objetivo ocultar y proteger a los descendientes de la familia real, a tus abuelos, a tu madre y a tu tía -hizo una pausa -y ahora también a ti.

Krez se quedó mirando a Pegeen unos segundos con una mueca de sorpresa en la cara.

-¿Mi tía? -preguntó -¿Yo tengo tía?

-Tenías, murió muy joven de una enfermedad, era una buena chica, entonces aun era mi padre quién dirigía la organización. Al cabo de unos años tus padres decidieron irse a vivir a Clott y poder tener una vida normal, claro, su casa estaba realmente protegida y muchas veces íbamos a visitarles, hay gente en Clott que forma parte de nuestro grupo. Cuando recibí la noticia de que habían incendiado la casa y que habían muerto todos los que estaban dentro de ella se me cayó el alma a los pies, pensábamos que no había sobrebibido nadie, nisiquiera tu. Pero ahora que se que tu sigues vivo aun hay esperanza, ¡tenemos a un heredero!

-Por esa razón vinieron aquellos tipos a Clott preguntando por mi... -pensó en voz alta -saben que yo aun sigo vivo y que podría recuperar el trono.

-Aunque será realmente difícil -añadió.

Krez estaba realmente tranquilo, Pegeen pensaba que después de contarle todo aquello le daría un ataque, ella si hubiera estado en su situación ya se habría desmayado. Lo había asimilado todo sin problema, no cabía duda que era un muchacho fuerte además ha conseguido sobrevivir todo este tiempo pensó no cabe duda de que es un Moondolein.

El Rayo PartidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora