Dentro de la familia

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DENTRO DE LA FAMILIA

Mientras Krez y Pegeen hablaban en la salita, en el comedor reinaba un silencio sepulcral, mientras dos niños se peleaban por mirar por el ojo de la puerta, Plok escuchaba atentamente la conversación que se tenía en la habitación contigua con una oreja pegada a la puerta de madera.

Aure seguía jugando com el caballito de madera que le había regalado Pegeen, Nyx se había quedado al lado de su hermana. 

-¡Callaos! -Gritó Ney en voz baja -¡que no oigo nada! -Apretó más la oreja a la puerta.

-Yo solo oigo susurros -dijo Plok -¡no entiendo nada!

-¡De verdad que parecéis sordos! -dijo Nyx -si no os calláis si que no vais a escuchar nada.

Aure se levantó de golpe y se acercó a los chicos que estaban en la puerta, sujetando aun su preciado caballito con la mano derecha. Acercó la oreja a la puerta y todos los presentes en la sala se callaron.

-Dicen que... Están hablando de los reyes antiguos... -dijo ella y se rió -¡Le está diciendo que es el heredero del rey y todo lo de la organización que nos contó la señora Pegeen antes!

-¡Que oreja que tiene Aure! -dijo Ney -¡hemos descubierto un nuevo talento!

-Pobre, se debe haber quedado de piedra, seguro que nunca hubiera esperado algo como esto -rió Myrth -de mendigo a rey destronado en unas horas. Que te apuestas a que se desmaya en cualquier momento -le dijo a su hermano gemelo.

-A mi no me pareció tan blando, seguro que  no le pasa nada, al fin y al cabo a sobrevivido hasta ahora.

-Yo sigo diciendo que se desmaya.

-¡Te he dicho que seguro que no! 

-¡Seguro que le coge algo allí dentro!

-Seguro que no

-¡Pues si yo estuviera en su lugar ya habría caído al suelo!

-¡Si, seguro que si! ¡Porque tu eres un blanducho! ¡no soportas ni el más mínimo golpe!

-Pues tu eres más cobarde que yo, ¡Yo al menos me atreví a comer aquel estofado que hizo mamá!

-¡Aquello era incomible!

-Pero yo me lo comí!

-Porque tú te alimentas de esas porquerías!

En aquel justo momento entró Astrid en la habitación, corrió hacia los dos hermanos y los separó.

-¿Se puede saber a qué viene esto? -les espetó riñéndolos -¿Es que no podéis parar de pelearos ni un momento?

Myrth le tiró una mirada asesina a Ney y este apretó los puños. 

-De que se trataba esta vez? -les preguntó.

-¡Mirth es un cobarde!

-¡Que dices! el cobarde eres tu!

-¡Callaos ya de una vez! -intervino Astrid -Me da igual que seáis héroes o cobardes, a veces la cobardía puede ser la cosa más sensata y no basta con hacerte el héroe para serlo, tenéis que demostrarlo aun que reconozco que si de verdad te comiste el estofado de mamá -dijo dirigiéndose a Mirth riendo -cobarde no eres. Y tu -ahora le hablaba a Ney -te atreviste a pasar el río por encima de aquel tronco que cayó y sin caerte, los dos sois unas personas extraordinarias, pero por favor, os pasáis el día peleándoos y ¡Ya estoy cansada de tener que regañaros! intentad portaros bien, cooperando seríais invencibles -se levantó -eso si que daría miedo -añadió para si.

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