Según los folletos el Internado Achievers era El lugar donde nacen las estrellas. Cada persona que había asistido ahí era famosa; actores, modelos, licenciados, abogados, escritores, cantantes... de todo.
Me sorprendió mucho ese hecho; no había ningún alumno que no fuera reconocido en algún ámbito. Esto, más la reducida cantidad de alumnos aceptados en cada ciclo, me acongojó. Solo aceptaban al rededor de 250 alumnos cada año, después de realizar un arduo trabajo de selección, palabras textuales.
Desde que mi padre mencionó un internado supe que no iba a ser cualquiera, no la hubiera considerado de no ser una de las mejores, porque el teniente Cooper Sherwood era exigente y solo tomaba lo mejor… pero eso era demasiado. ¿Acaso obligaban a algo a los alumnos o les exigían demasiado para que todos destacaran? ¿Y si era así cómo hacían eso?
Yo no era exactamente una porquería en lo referente a la educación pero ni siquiera alcanzaba un promedio de ocho en ninguna materia aparte de deportes.
Los folletos que tenía explicaban el funcionamiento de las entradas y salidas, todas bajo aviso, supervisión y consentimiento por parte de los tutores. También había una foto de la fachada principal y se veía imponente; era, literalmente, un castillo de color blanco y marcos dorados, ventanas de cristal y puertas gigantes. En otro estaba trazado un enorme croquis que separaba el lugar por facciones; dormitorios de chicos y dormitorios de chicas (lo más alejados posibles del otro), un espacio deportivo (enorme y que me ilusionó), uno intelectual (donde había los más modernos equipos en computación y Un espacio de lectura inigualable) y por último el edificio donde se impartían clase. De ahí se desplegaban otros croquis, uno de cada área. Pero sinceramente me aburrí y no los vi, pronto los vería personalmente.
También había una carpeta con al menos diez páginas, el reglamento de la institución. Leí solo los ítem sin molestarme en leer las características que abarcaban casi media hoja. Como si no comprendería o tuviera que leer la definición de no faltar a clases o no correr por los pasillos.
Moví los folletos fuera de mi cama y me acosté.
Esas vacaciones de verano habían resultado ser las más interesantes en mi vida y ahora tenían que terminar, y por si fuera poco a parte de comenzar la escuela lo tenía que hacer en un internado, en Massachusetts. Lejos de todo.
No es como si yo hubiera tenido mucho, ni como si estuviera apegada a lo poco, pero aun así, romper la monotonía, el protocolo, el orden... desconcierta. Es decir, ¿qué me esperaba ahí, en ese aparente maravilloso internado?
Recuerdo que ese verano fue muy inusual para mí, con George fuera y con mi padre ocupado (ahora lo sabía, con su regreso al campo abierto) tuve más libertad. Para empezar invité a Dee, una compañera de escuela, a casa. Y aunque suene tonto me emocioné mucho. Jamás, nadie de mis conocidos había entrado a casa. Mi padre decía que la entrada de extraños en casa aumentaba el peligro y rompía el orden. Irónico porque los únicos que rompían el orden eran él, George y sus amigos, porque claro que los amigos de ellos si entraban a casa, ya que por el simple hecho de ser miembros de las fuerzas armadas mi padre los consideraba dignos de confianza y lealtad. Ironía pura.
El punto es que Dee no era exactamente mi amiga, yo no tenía amigos, ya fuera por mi apariencia, actitud, carácter o conducta. No lo sabía. O tal vez era por mi padre. No me importaba. El teniente había hecho que fuera independiente.
Dee era una chica tímida, baja y de cabello cobrizo. Sus padres eran divorciados y ella tenía problemas emocionales. Se auto infligía dolor. Se cortaba. La conocí en los baños de la escuela, pálida y ojerosa. Casi desangrándose. Apliqué los conocimientos de primeros auxilios que conocía (gracias a que mi padre me obligó a aprenderlas) y la saqué de la escuela sin ser vista.
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Al Límite [En Edición]
General FictionJuliette ha crecido bajo la autoridad, castigos y normas del teniente Cooper Sherwood; un hombre rudo, machista y con poco tacto. Y con George, su hermano mayor. A pesar de lo diferente y cruel que es su vida ella lo acepta, pero una decisión camb...