Capítulo 44

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Al día siguiente, domingo, no bajé a desayunar o comer ni siquiera tuve la fuerza necesaria para levantarme en todo el día, algo muy raro en mi. Khris estuvo conmigo todo el día, al principio tratando de hacerme hablar y bajar a comer, después en silencio.

Siendo sincera me dolía el cuerpo por estar muchas horas en la misma posición, pero si la noche anterior me hubiera quedado en la habitación nada habría pasado.  Si no hubiera salido no me hubiera topado con Abraham, no hubiera sentido su ser en mi. Empezaba a creer que esa cama era mi único lugar seguro. Siempre y cuando no volvieran a entrar, claro.

Para las cinco de la tarde me rendí y bajé a por lo que sería mi cena. Como era día libre Khris y yo no nos topamos con muchos alumnos y solo tomamos fruta del lugar. Tenía el estómago completamente cerrado y si había aceptado bajar era para mover mis músculos tensos.

De regreso a la habitación a Khris la interceptó la amiga con la que convivía más tiempo. Me parecía que su nombre era Carla, para preguntarle sobre algo de la ceremonia que se llevaría a cabo en Achievers en apenas unas semanas.

Sin ganas de escuchar cosas tan banales y estúpidas para mi, las dejé fuera del comedor y traze mi camino a la habitación.

Cuando pase por el salón de convivencia las pocas chicas ahí cesaron sus conversaciones y me miraron con soberbia. El hecho me pareció extraño, pues hacía semanas que esa actitud había cambiado a ignorarme por completo. Sin embargo ninguna dijo nada y a mi me invadió un sentimiento de pánico. ¿Qué significaba su silencio?

Sinceramente titubee un poco al estar frente a la puerta de mi habitación, pero no lo demostré e ingresé rápidamente, queriendo salir de las miradas de mis compañeras. Cerré la puerta detrás de mí y puse seguro. Algo me decía que estaba en peligro, que las "bromas" estaban de regreso.

¿Acaso Cristopher se había arrepentido? ¿Le había dicho algo durante nuestra conversación el día anterior que lo molestó al punto de quitarme la protección y de pedir que volvieran a tratarme con odio? Comencé a hiperventilar y me puse en cuclillas. Nunca le temí a Cristopher y realmente en ningún momento lo traté con respeto pero tampoco pensé que todo lo malo regresaría con unas palabras de él y mucho menos tan rápido. O quizá era cosa de Abraham o Iván.  Incluso podía ser cosa de Nicolás Moore.

Terminé de sentarme en el piso y traté de controlar mi respiración.  Estaba creando una conspiración absurda en mi cabeza. Estaba al borde de la locura y mis pensamientos volátiles lo demostraban.  Necesita dormir. No lo había hecho hecho toda la noche, no podía sabiéndome en manos y a merced de George.

Abraham era un jodido hijo de puta. El ser más despreciable con el que me había tomado, y eso, eso era demasiado conociendo mi historial.

°°°

Esa semana no fui a correr ni un solo día, una parte de mi tenía miedo de volver a ser acorralada y ultrajada de todas las maneras posibles y la otra era que, aunque odiara admitirlo, estaba cayendo y ya no encontraba nada a que aferrarme o por qué luchar. La actividad ya no lograba despejar mi mente ni dudas y sinceramente yo no quería que fuera despejada: había vivido tantos años, toda mi vida ignorando cosas importantes que me habían conducido a ese punto melancólico y solitario y necesitaba saber por qué.

Khris y Alexander notaron mi cambio. Supieron sobre la visita que me hizo Cristopher en la habitación y sobre las palabras textuales que le había dicho ya que las chicas de nuestro piso tenían una excelente memoria y un instinto muy bueno de comunicación. En el que, por supuesto, yo no entraba. ¿Cuántas veces me enteré demasiado tarde de los comentarios que decían sobre mí? También estaban preocupados porque sabían que Abraham se había vuelto a aprovechar de mí.

Al Límite [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora