Capítulo 48

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°°°Ay, no pude evitarlo. Imaginé que habría más comentarios en el capítulo anterior ya que es uno de mis favoritos y difíciles de escribir, pero no importa. Varias personas han votado en pocas horas y yo adoro eso. Así que aquí un nuevo capítulo.
Quería decirles que voy a dedicar los últimos tres capítulos de Al Límite a lectores. Así que sigan leyendo para saber como lograr esto. °°°


Khris salió del baño dos minutos después de que Sarah abandonara la habitación y me encontró mirando fijamente la pared donde estaban colgados los atrapasueños de Eva.

—¿Estas bien? —preguntó preocupada.

—Me duele la cabeza —contesté antes de acostarme y colocar mis manos sobre mi estómago. Khris se movió en silencio por varios  minutos antes de acercarse a mí, preocupada.

Mis hombros comenzaron a sacudirse con fuerza hasta que mi cuerpo me traicionó y comencé a llorar. Lloré de desolación,  porque la visita de Sarah sólo me ofrecía dos caminos de mi futuro cercano: uno era sufrir a manos de todo Achievers, en especial de Abraham e Iván, y el otro era ofrecer mi cuerpo para que Cristopher hiciera conmigo lo que quisiera a cambio de un trato mejor. Lloré porque mi cuerpo parecía una moneda de cambio y porque no había otra opción.  Porque lo que había hecho mi padre conmigo era construir a una mujer lo suficientemente fuerte y capaz para atraer al género contrario, pero no tanto para defenderse de él. 

Porque todo lo que me había dicho Abraham, mientras se aprovechaba de mi por segunda vez, que le atraía de mi, era todo lo que el teniente me había exigido desde siempre. Lloré porque estaba harta de mi vida, de que se llenara de problemas y situaciones inverosímiles todo el tiempo. Lloré porque estaba cansada de luchar, de soportar y sobrellevar con la cabeza en alto y los ojos secos toda la mierda que me rodeaba.

Lloré porque me sentí más sola que nunca, porque extrañaba a mi mamá y porque Cristopher me hecho dudar de los recuerdos que tenía a su lado, porque sentía que no la había conocido lo suficiente. Lloré porque odiaba a mi padre, a George y a mi vida a su lado... todo ya era demasiado. Lloré porque nadie se preocupaba por mí, no desinteresadamente. Pero sobre todo porque Khris me estaba abrazando.

Me aferré a la calidez que desprendía el pequeño cuerpo de Khris y cerré mis puños en su bata de baño mientras ella sobaba mi espalda y tarareaba aquella canción que le había escuchado practicar junto a Thomas y Eva.

Semanas atrás me había sentido reconfortada por un abrazo de Eva, pero aquel gesto no era nada comparado con el abrazo de Khris. Entre la rubia y yo ya había más empatía y cariño, pero sobre todo respeto y confianza. Porque después de hacerse a un lado para que Abraham,  Iván y Cristopher entraran a nuestra habitación mis primeros días en Achievers para amenazarme, ella se había preocupado por mí al entrar a la habitación días atrás y no encontrarme, al punto de buscarme y tratar de evitar que Abraham abusara de mí por segunda vez. Quizá no había logrado el objetivo, pero había cumplido la promesa que me había hecho aquel día. Y eso, eso era suficiente para mí. 

—Todo va a estar bien, Juliette.  Tienes que ser fuerte, un poco más por favor —habló cuando mi llanto cesó un poco, minutos después.

Me sentía avergonzada, dolida y engañada.

—No lo sabes. No puedes asegurarlo —dije en un susurro—. No sabes lo que pasa.

—Tienes razón, no lo sé —dijo tomando mis manos para que soltara la tela de su bata y pudiera alejarnos un poco, lo suficiente para poder mirarnos a los ojos—. Pero sé que es muy malo y también sé que eres la persona más fuerte que he conocido. Por favor, no te rindas. Eres mi motivo, mi ejemplo, por ti he vuelto a creer en las personas, alguien llegara a tu vida para hacer lo mismo, solo ten paciencia. Quiero que estés bien porque me importas mucho.

Al Límite [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora