No olviden votar y decirme que les pareció el capítulo. Ya vienen las emociones grandes eh, y sí, hay más grandes que todas las anteriores. ¡Disfruten!
Sarah me visitó el miércoles después de que las clases terminaran y los alumnos no correspondientes a último curso se fueran a casa en los trasportes que habían invadido la fachada principal del edificio toda la mañana. Habían llegado las vacaciones navideñas pero el último curso debía esperar al evento y estar en Achievers hasta el día viernes.
Ver como los más pequeños se iban me hacía pensar en cómo me iría yo. ¿Mi padre ya tendría un plan respecto a mi regreso o estaba tan ocupado que se había olvidado de mí? Lo último era muy probable porque no había contestado mis llamadas la última semana. No sabía que iba a pasar conmigo.
Me encontraba sola en la habitación, ya que Khris estaba tomando un baño, tratando de concentrarme en unas traducciones que, aunque ya las tenía porque Alexander me las había pasado antes, quería hacerlas yo misma, cuando alguien toco la puerta que como los últimos días tenía llave. Pero eso no importó porque antes de que me pudiera levantar del suelo, para ver quién era, la puerta se abrió. Yo me paralice por completo.
Sarah entró con gesto culpable y un puñado de llaves en las manos.
—Lo siento —dijo.
—No hay problema —dije tratando de controlar el latido de mi corazón. Por un momento creí que podía se Cristopher o Abraham, aunque según Alexander este último solo se presentaría el viernes al evento.
— ¿Las pastillas funcionaron? —preguntó con cautela mientras entraba por completo y cerraba la puerta tras ella. Apenas habían pasado dos noches desde que me había dado aquellos medicamentos pero ya notaba el cambio en mi; la ansiedad había disminuido y había dormido más de dos horas diarias. Además mis pensamientos eran un poco más coherentes.
Por ejemplo, el miedo a Cristopher por el supuesto trato roto con Sarah desapareció pues me percaté de que solo estaríamos en Achievers pocos días. Podía descansar de todo ese embrollo durante todas las vacaciones, aunque esto no significaba que estás fueran mejores a lo que me esperaba con mi padre. Pero eso era otra cosa.
—Sí, gracias —respondí con sinceridad tratando de sonreír. La verdad es que había dormido sin problemas, con pesadillas, pero sin inquietud y ansiedad. Mientras hablaba me senté con las piernas cruzadas en la cama.
La prefecta siguió mis movimientos con atención; se veía nerviosa. Dio unos pasos al frente y suspiró antes de caminar hasta donde yo me encontraba y sentarse a mi lado.
—Quiero hablar contigo: ser sincera y explicarte un par de cosas —dijo despacio moviendo las manos y poniendo una en mi muslo, no me miró —. No lo hago para mortificarte ni para obtener nada a cambio, sino para que pienses con calma todo durante las vacaciones. Creo que lo sabes, pero si no te lo dije antes fue porque tenía miedo de parecerme a mi hermano, pero… me gustas —soltó y pareció contener la respiración. La declaración no me sorprendió pues por sus actos la delataban. No supe que decir así que espere ¿sólo lo estaba diciendo o era una proposición?—. Me gustas mucho, te admiro y te respeto. Y yo… si me había comportado contigo fría e indiferente, es porque, bueno, Iván me prometió dejarte en paz si dejaba de cuidarte.
— ¿Cuidarme? —pregunté incrédula, sin alterarme, solo estaba sorprendida. ¿Por qué muchos decían hacer algo pero no hacían nada? como Jessica, la otra prefecta, o ella, que según me había protegidoen algúnmomento, pero si fuera cierto ¿por qué me habían hecho tantas cosas en tan poco tiempo? ¿Además no se supone que ese había sido trabajo de Cristopher? Nosotros también habíamos hecho un trato.
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Al Límite [En Edición]
Ficción GeneralJuliette ha crecido bajo la autoridad, castigos y normas del teniente Cooper Sherwood; un hombre rudo, machista y con poco tacto. Y con George, su hermano mayor. A pesar de lo diferente y cruel que es su vida ella lo acepta, pero una decisión camb...