—Anda Jack, despierta amor— Julieta movía mi cuerpo tratando de despertarme, pero es que había pasado la mejor noche de mi vida junto a ella y ahora me sentía agotado. Extraño, lo sé, pero es que últimamente con su embarazado se ha puesto más... intensa.—Ya voy— le digo con voz adormilada y al momento me arrastro en el colchón hacia el suelo, enseguida siento las cálidas manos de mi novia sobre mi espalda. Sonrío.
Me dejo caer al suelo lentamente y ella se aleja un poco para que mi pesado cuerpo no caiga en sus pies. Ella sonríe.Julieta ríe ante mis estupideces y yo la observo desde el suelo recargandome en mis codos. Es tan hermosa cuando es feliz.
Ella parece percatarse del modo en que la contemplo y no puede evitar sonrojarse.
—Preparare el desayuno— dice enseguida desviando la mirada aún apenada y sale de la recámara, pero después regresa —Ah, otra cosa.Su voz suena un poco nerviosa, así que me levanto quitándome la fea sensación de la alfombra contra mi piel, —¿qué pasa?
—Deberías regresar a tu forma humana, recuerda que Hilario está aquí— y después se retira tarareando una canción.
Wow.
Ni siquiera me había percatado que seguía en mi forma demoniaca, me sentía tan cómodo con Julieta, de cómo me trataba, de cómo me veía sin temerme, que ni siquiera me preocupe en regresar a la forma humana después del sexo. Por lo general en los momentos que me convertía, después de hacerlo, trataba de tener las luces apagadas y no sacaba toda mi verdadera forma. Pero ahora todo era ¡jodidamente perfecto! Jajaja, la amo.
Me levanto por fin del suelo, decido meterme a bañar antes de regresar a mi disfraz, busco un bóxer y tomo la toalla. Después me dirijo al baño, ni siquiera tengo que desvestirme, había dormido desnudo. Suspiro. Abro la regadera y me adentro a esa lluvia cálida y relajante.
Al terminar decido vestirme, con unos vaqueros color negros, una camisa gris de manga larga, pero opto por arremangar estas, dejo abierto unos botones para dejar al descubierto parte de mi pecho. Me pongo unos calcetines color negros y unos zapatos del mismo color con algunas costuras en color gris.
Doy un último vistazo al sexi demonio reflejado en el espejo, o sea yo, y decido salir rumbo al comedor.
—¡Julieta, ya está listo tu guapo novio!— le grito desde el pasillo de las recamaras.
Cuando llego a la cocina veo a Hilario sentado en la barra desayunando cereal y Julieta cocinando unos ricos huevos con tocino. Delicioso.
—Buenos días humanos— digo con mi fuerte voz segura y un tanto arrogante. Creo que estoy empezando a parecerme a Drave.
Hilario me observa con su particular cara de estúpido, su mano está con la cuchara que apenas se adentraría a su boca, esta se le cae y corre despavorido hacia cualquier rincón que encuentra en la cocina. ¿Qué rayos?
—¡Aaaaaah!— me observa, —¡aaaaaah!— y el imbécil vuelve a gritar.
Por su parte Julieta sólo niega con la cabeza y suspira, —Ay amor— dice con resignación al momento que sirve los huevos en un plato.
—¿Queeee?— digo inocentemente.
Julieta deja los platos con comida en la mesa y me lanza una mirada recriminatoria, —te dije que tomaras tu forma humana.
—Upss— digo encogiendo mis hombros mientras veo al miedoso del religioso observarme con atención.
—¿Eres tú, Jack?— pregunta asombrado y se acerca a mí, después acerca su mano a mi cara.
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La Confesión De Un Demonio
ParanormalSINOPSIS: Hay cosas que no siempre aparentan lo que en realidad son, y no es porque quieran hacer daño, al contrario, quieren proteger a sus seres amados. Historia contada desde la perspectiva de un demonio sobre sus vivencias en la tierra. De cómo...