Capítulo 21 Este es tu hogar.

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Si les digo que en verdad no iremos al infierno, ¿se molestarán?, Naah, probablemente sí, pero que va, ya he recibido peores regaños por parte de Julieta, uno más no pasa nada.

Veo el rostro de Julieta, está junto a mi cuerpo, muestra angustia, —Julieta— le digo y trato de contener mi risa.

—¿Qué... Qué pasa?— me dice toda temerosa.

Apunto con mi dedo índice hacia la casa que tiene el gran jardín, —compré esa casa, ahí vivirás, es tu nuevo hogar— le digo sonriéndole, aunque rápidamente borro mi sonrisa, -estúpido Jack- me maldigo internamente, pues se supone que estoy molesto con ella.

Julieta me observa confundida al igual que los demás, —no entiendo, ¿no me llevarás al infierno?— pregunta muy extrañada.

—Ja ja ja— suelto una gran risa mientras rasco mi nuca, —lo que pasa es que...— ¡ZAZ! y recibo un golpe en la cara.

—¡Eres un idiota!— grita Hilario. Yo me quedo sorprendido mientras mi cara se regenera por la quemadura que me ha causado su tacto.

—Así que después de todo el padrecito tiene su carácter— dice Joz con voz socarrona.

—Creo que yo también me uniré a la causa "golpear a Jack"— dice Drave mientras se me acerca.

—¡Hey Hey!, tranquilos todos,— levanto mis manos en señal de rendirme, —lo que pasa es que estuve pensando en lo que dijo Joz sobre mi mala idea de llevar a Julieta al infierno, así que pensé otro lugar donde llevarla, este lugar lo compré hace más de un mes, era una sorpresa, te regalaría la casa— y miro a Julieta, ella me observa con una leve sonrisa, —sólo que faltaban unos detalles para que estuviera perfecta, pero esto es una emergencia, así que es buen momento para ocuparla.

—Estúpido, ¿y cómo se supone que en esa basura estará a salvo tu familia?— y enseguida todos volteamos a ver quién había dicho aquello.

—Veo que aún andas detrás de mí como un parásito, hermanito— y así es, el imbécil de Matt estaba aquí, yo sólo lo observo como sonríe, me enferma esa actitud suya.

—Como no respondiste mi pregunta me hace pensar que no tienes ni la menor idea de cómo mantener a salvo a tu familia— habla con demasiada seguridad Matt, como si tuviera algo planeado.

—Entonces habla de una vez, Matt— le exijo molesto.

Camina con su andar vacilante hasta mí, toca mi hombro y yo me sacudo quitándome de su agarre, él sólo ríe ante mi actitud, da un aplauso antes de hablar —Bueno demonios, humana embarazada, religioso y...¿cerdo?

—Sí, ella es mi mascota, es...es como mi familia— dice Julieta con tanta naturalidad.

—¿Ok?,— y rueda los ojos, —como les decía, podremos hacer las marcas protectoras que mantendrán lejos a Astaroth, también harán que esté a salvo Julieta, pues no podrá entrar otro demonio que no haya hecho las protecciones. Si nosotros cinco hacemos las mismas protecciones que utilizamos para el lugar donde habitaban será más fuerte y el lugar será seguro.

—¿Pero que no se supone que al hacer esas protecciones sólo un demonio puede habitar en esa casa?— pregunta con interés Joz.

—Así es, pero en este caso yo sé cómo enlazar las protecciones, así podremos entrar todos los que nos encontramos aquí.

—Que conveniente, Matt— le digo desconfiado, pues no me parece que él esté cerca de Julieta.

—Mira no es necesario que desconfíes, en todo caso se puede modificar para que sólo un demonio, en este caso tú, pueda entrar a la casa.

La Confesión De Un Demonio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora