Capítulo 5

199 35 0
                                    

-Osea que estás con Pete para aprovecharte- si es así, por fin lo entenderé todo.

- ¡QUE NOOO! Espera que me vista y luego ya podemos salir a tu casa a que te vistas tu.- eso me ha ofendido. Ya estoy vestida, a velocidad de un coche de formula 1 pero estoy vestida con ropa de mi armario que he intentado medianamente combinar.

- Preciosa, yo ya estoy vestida.- le digo dando una vuelta sobre mi misma para que me pueda contemplar.

- Estas vestida, pero no para enamorar al príncipe azul.- dice quitándose el pijama con todas las confianzas frente a mí.

- El único príncipe azul que existe es el de las galletas príncipe. Todos los demás tienen sus defectos, como Pete tiene esa cara de homo sapiens...- me tira el pijama para que me calle.

-Leah, amiga mía, voy a decirte lo que pienso pese a tu maduro comentario. Eres preciosa, pero no te sacas nunca partido y eso hoy es lo que vamos a conseguir.

Llegamos a mi casa y solo subir por las escaleras hasta la planta 5, mamá sale del apartamento y me da unas flores.

- Son de Charlie. Dice que te recuperes.- Que majo que es. Como hoy no he cantado se cree que estoy mala y me da unas flores. Las flores no me ayudarían a encontrarme mejor, lo sé, pero es un bonito detalle.

- Ya bajaré cuando vuelva a darle las gracias.- mamá asiente con la cabeza. Nunca ha sido muy alegre la verdad, siempre ha sido severa y estricta. Supongo que por eso yo he salido como una cabra. Ha de haber de todo en la familia. Está papá, el que siempre está contando anécdotas, casi siempre graciosas. Luego está Keith, mi hermana más pequeña, que siempre intenta llamar la atención con su adorabilidad, después está Kelsey que es muy muy pesada y malvada. Solo con 6 años ha conseguido hacerme de todo. Por último estoy yo. Leah, la que en realidad parece tranquilita y ordena y limpia y no molesta pero que siempre intenta alegrar el vasto ambiente que suele haber.

Cojo las flores, son rosas, y las pongo en un jarrón lleno de agua que preparo sola, mientras Meg habla con mamá de como está el día y de estas preguntas que se hacen para romper el hielo.

Cuando vamos mi habitación, sin una cama del tamaño de la de Meg, nos tumbamos en la pequeña cama en la que apenas cabemos. Yo me levanto, recordando para qué habíamos venido, y me preparo con una falda de tubo negra y unas medias debajo, y una sudadera azul celeste . El pelo lo llevo suelto, como siempre, y dejo mis ondas naturales sobre mis hombros, bien puestas.

- Ya estás lista.Espera...- se levanta y cogiendo de mi pequeño tocador la barra de gloss, me lo pone en lo labios cuidadosamente mientras los entreabro y con paciencia dibuja la forma de estos hasta que noto como la enganchosa textura se queda fija en mi boca.-- Ahora sí que sí, mamma mia.- Me confirma. Nunca salgo a la calle sin que Meghan me de el visto bueno.

Yo no tengo ni idea de a dónde vamos, pero cuando veo el centro comercial Gooship frente a mí, veo que voy demasiado arreglada comparada con los tejanos rotos de mi amiga, y su sudadera ancha. Como me esté gastando una broma...

- Hola chicas. Que guapas.- dice Pete. Ya ha llegado, y como un "caballero" estaba esperando en la entrada del centro comercial.

Meg se tira a sus brazos y le comienza a dar juguetones besos. Sé que siempre se tiene  una amiga que tiene novio y  que bueno, cuando se ven, se tiene que estar de aguanta velas mirando, pero es que Meghan SIEMPRE tiene novio y yo NUNCA así que me da envidia a breve, lo sé.

Un alto chico de pelo rubio corto y engominado en un tupé, con ojos profundos y verdes, ancha espalda y la cara llena de casi invisibles pecas baja por las escaleras mecánicas hacia donde estamos nosotros. Va de blanco y negro y aunque sean los dos colores más básicos del mundo a él le quedan....No es que vea de lejos, es que hasta siendo miope, puedo ver cada parte de Cameron y imaginármelo a mi lado. Destaca entre toda la gente que pasea por el centro comercial con su paso firme y decidido, mientras poco a poco se va acercando a nosotros.... hasta que lo tengo a mi lado... a mi lado. No es tampoco el cantante de One Direction. Lo tengo cerca muchas veces, pero es el echo de saber que si los tortolitos están juntos tendremos que hablar nosotros...

HIMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora