El simple olor al que tanto había echado de menos me tranquiliza y me hace sentir relajada, tranquila, a salvo de todo. De pequeña, William siempre era como mi mejor amigo, con el que lo compartía todo. Sólo es dos años mayor que yo, así que la edad nos hacía tener los mismos problemas que solucionabamos juntos. Mi hermano favorito, la persona que más me importaba en el mundo y de la que sabía que nunca me iba a separar, una noche, sin avisar, lo oí a través del pasillo. Yo estaba dormida, pero sus pasos me despertaron. Extrañada, fui a ver que provocaba ese ruido. Cuando pude ver a mi hermano mayor con una gran mochila y con la mirada perdida, me di cuenta de lo que estaba haciendo. Estaba huyendo de casa. Intenté pensar en todas las razones por las que quería largarse lo más lejos posible de aquí aun sin tener un sitio donde caerse muerto. Acabé pensando que ese motivo, era yo. Pensé que se iba por mi, y cuando me acerqué a el intentando que entrara en razón para quedarse, no me escuchó. No me dio explicaciones. Sólo se despidió. Me cogio mientras notaba como sus lágrimas caían sobre mi frente cuando me la besaba, con un suave beso. Ese beso me hizo no resistirme cuando abrió la puerta y salió por ella. Le dejé marcharse. Me odié a mí misma durante meses. Dejé de comer y no salía. Me quedaba casi todas las tardes, apoyada contra la puerta de mi cuarto mirando a la nada, pensado en William.
Nunca llegué a saber porque se fue, aquella persona a la que tanto quería y a la que tanto se llevó con él cuando se fue. Al principio pensé que si algún día se atreviera a volver, le echaría de patitas a la calle, pero ahora que lo tengo de nuevo delante, con esos ojos color miel idénticos a los míos mirándome fijamente, solo puede alegrarme de tenerlo aquí, conmigo.
El tiempo no pasa mientras estoy de puntillas abrazándolo con tanta fuerza que temo romperle el hombro, o dislocárselo como el mío. No me duele nada. Cuando consigo apartar mis brazos de alrededor de su cuello y puedo pararme a verlo bien, una oleada de pena me llena por dentro.
William esta más delgado que antes, y mira que antes tenia complejo de ser un palillo andante. Tiene un poco de bello facial y... a crecido mínimo 10 centímetros. Antes le llegaba por la barbilla, ahora por el pecho. Su pelo pelirojo esta más despeinado y revuelto que antes, pero igual de mono. Y sus ojos no han cambiado. El amor con el que me mira...
-Lo siento- es lo único que consigue decir. Tira al suelo la misma mochila con la que salió por la puerta de casa hace tanto tiempo. La llevaba cogida en la mano pero no me había ni dado cuenta. Me vuelvo a lanzar a sus brazos justo antes de que comience a llorar. William nuca fue de los machotes fuertes que ocultan lo que sienten para quedar bien. Él es sensible, como yo.
- Has vuelto- digo sonriendome, como la chica más feliz del mundo que soy.- ¿Porque? - le digo alejando me y poniéndome frente a él para mirarlo a los ojos. Traga y mira al suelo.
-Entremos y te lo contaré todo.- coge la mochila y me agarra del hombro dislocado para conducirme a dentro. Duele mucho. Pego un salto en el momento en el que sus largos dedos lo tocan. A parte del dolor, me sobresalta volver a sentir su tacto. Creo que se piensa que he saltado por el porque no ha salido ningún signo de dolor por mi boca, solo un gesto torcido.
Ha subido todas sus cosas a mi habitación. La suya la usamos como guardaropa. Nos hicimos totalmente a la idea de que no iba a volver.
William se sienta frente a mi, en mi cama - sofá - centro de reuniones. Respira ondo mientras juguetea con sus dedos. Esta nervioso. Yo también lo estaría si creyese que he decepcionado a tanta gente, que me quería de verdad, sin motivo.-Yo...No sé por donde empezar - dice con la voz rota. Sigue derramando lágrimas de vez en cuando.
-¿porqué te fuiste?- es lo que de verdad quiero saber.
-Leah, es complicado- no quiero hacerle las cosas más difíciles pero yo también lo estoy pasando mal. Mi hermano a aparecido de la nada.
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HIM
RomanceLeah es una chica de 15 años corriente, en un instituto corriente, con una obsesión poco corriente. Desde los 4 años esta locamente enamorada de Cameron Dessner, un chico de su clase que no es del todo un adolescente corriente, que trata a Leah com...