Sin pensarlo dos veces, corro hasta Cameron pero sin encontrarlo. No me guío por su voz. En los parkings hay eco. Hay un ligero toque de luz que me permite vislumbrar colores y formas como la del mini bajo el que casi me escondo, pero aún así no distingo la figura de Cameron.
--Leah por favor contéstame, si estas ahí, no me hagas esto.-- me está suplicando.Ja. Tendría que grabarlo.
En vez de hacerlo sufrir más, corro hasta él y en cuanto le veo con cara de desesperación mirando la columna en la que me he levantado, me replanteo la idea que tenía de lanzarme a sus brazos. Por mucho que me habría gustado, ha provocado que me desmayara y luego me ha abandonado en un parking cerrado.
--¿Cómo te atreves a llevarme en brazos, hacer que me desmaye y luego encerrarme y abandonarme en un parking? Me das tanto asco.-- decir que me da asco es una mentira tremenda, pero necesaria para que se sienta culpable de todo lo que me ha hecho, que aún no se ni porqué. Me desahogué con aquello. La rabia, el miedo, la soledad...
Cuando me ve detrás suyo se levanta y comienza a abrir la boca pero al momento la cierra, y así una y otra vez hasta que consigue hablar.
-- Lo siento y mucho-- me dice. Parece que lo dice sinceramente. No se si es sincera o no su disculpa. El dolor que siento en la nuca me impide pensar mucho sin que me duela todo el cuello.-- Sube al coche y te lo cuento todo.-- tiene cosas que contarme. Eso es un dato importante, aunque es posible que se invente cosas. Como se pase de héroe y se de protagonismo significará que más de la mitad de la historia es mentira. Al menos no he de volver a casa a pata, pero a pesar de ello sigo de mal humor por que me haya tratado como si fuera literalmente un saco que se lleva y se deja por ahí.
--¿Quién ha dicho que me vaya a subir a tu coche?- le digo poniendo mis manos en mi cintura
- ¿Quien ha dicho que tengas otra opción? Las salidas de este parking no son fáciles de encontrar y para alguien que hace nada estaba en el quinto sueño ya ni te digo...- copia mi gesto de poner las manos en la cintura.Le miro un momento pensando qué decir.
- Puedo ir andando ,sabes?- comienzo a andar y el se me pone delante.
- Te atropellare. Sabes que soy capaz.- lo es.
-Me arriesgo- Y sigo caminando. Quererlo tanto me ha dado la oportunidad de conocer cada uno de sus cambios de personalidad y humor tan repentinos a fondo, pero aún así nadie acaba de entender a Cameron del todo.
Cameron se acerca a mi y pone las manos de la misma forma en que las ha puesto cuando me ha cogido en brazos. Le esquivo pero me sigue, y yo corro, hasta que me paro frente a un coche al que, por decirlo así me ha llevado.
-Si tenías tantas ganas de subir al coche que hasta has venido corriendo, habérmelo dicho.- se ríe con una sonrisa torcida que le marca su definida mandíbula y deja entrever sus dulces hoyuelos. Siempre me gustaron los chicos a los que se les marcan las venas y los músculos.
Saca las llaves del coche del bolsillo y abre su Ford blanco para que pueda pasar al asiento del acompañante.
-- Yo pensaba que como buen caballero me volverías a llevar en brazos.- le digo de broma
-- No te volveré a hacer ese favor. Se que te ha encantado, menos cuando te has desmayado que te has perdido toda la acción que ahora te contaré.Realmente veía que estaba siendo él mismo. Sin saber explicarlo, no estaba interpretando un papel de chico malo o pasota, simplemente decía lo que le salía como él quería y cuando él quería. Tenía que aprovechar para hablar con el Cameron agradable, ¿o era así solo cuando no había nadie al rededor?
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HIM
DragosteLeah es una chica de 15 años corriente, en un instituto corriente, con una obsesión poco corriente. Desde los 4 años esta locamente enamorada de Cameron Dessner, un chico de su clase que no es del todo un adolescente corriente, que trata a Leah com...