-Ya la tienes lista. Buenas noches.
Sale corriendo de mi lado, como si mordiera. No quiero que se vaya...
Como la mala persona que soy, sin apenas conocer a Alain le pido que se quede, cogiendole de la muñeca antes de que se pueda ir. Jamás pensé que las pesadillas que suelo tener me ajustarán hasta este punto. La verdad es que no tengo miedo a las pesadillas, sino a que Cameron salga en ellas.-Quedate - le susurro al oído.
Me mira sorprendido y asiente. Me tumbo con mi típica pose de bicho bola, agarrando mis rodillas y siento como la cama se hunde cuando Alain se tumba a mi lado. Yo he sido la que le he pedido de dormir aquí, pero igualmente me siento muy incomoda. No consigo dormir en los siguientes 10 minutos y al ver que Alain se ha dormido, hago lo que suelo hacer todos los días de mi vida cuando me aburro. Comer.
Me levanto con cuidado de no despertar a Alain y me dirijo al comedor, para poder situarme y entrar a la cocina. Busco y rebusco entre armarios hasta encontrar mis queridas galletas, esas que suele tener todo el mundo porque nadie se puede resistir a ellas.
-Las amo- les digo besando el emboltorio.
De repente, un estruendo suena en la puerta y abrazo mis galletas cmo si me pudieran salvar de ello. Con las piernas temblando me acerco a la puerta. Como sea una amiguita de Alain... ¿Porqué quien podría ser sino al amanecer?
De puntillas, soy demasiado bajita, lo sé, miro por la mirilla. No me digas que otra vez es él. Cameron. Acerca su ojo a la mirilla suponiendo que alguien está mirando por ella y aporrea la puerta aun más fuerte que antes. La abro porque no está cerrada.
-Vete. Se intenta dormir- simulo como si me hubiera despertado, hablando bajito y achinando los ojos. Así seguro que se irá pronto. Verá que molesta.
En vez de dar la vuelta y marcharse como esperaba que hiciera, me mira con los labios entreabiertos y el ceño fruncido.
-¿Qué...Qué hacés aquí? - Tartamudea.
-Antes de que entrarás tu, dormir.- en verdad estoy enfadada con el. No me creyó cuando le decía la verdad y eso me dolió más que nada. Que creyera que yo era capaz de engañarlo. Aunque tampoco somos nada por desgracia.
Me aparta de un empujón con el hombro y entra de sopetón. Entra a la habitación de Alain y enciende la luz. Le sigo antes de que la líe. Lo que veo me duele hasta a mí. Mi cuerpo ha dejado el colchón hundido, dejando como prueba que estaba durmiendo con Alain.
Cameron se gira, me mira, abre los ojos como platos y pone los labios en forma de desaprobación, meneando la cabeza de un lado a otro.
-Estoy harto de tener que soportar estar enamorado de una como tú.
¿Dijo enamorado?
-Y yo estoy harta de que no me creas.
-¿Ahora en que te debo creer?Mira esa figura en el colchón. No me digas que es un peluche.
-Todo tiene su explicación. ..
-El caso es que ya no creo ninguna de tus mentiras o explicaciones, como las quieras llamar. Me voy a ir, no puedo más.
Se tira de la raíz del pelo mientras camina hacia la puerta y sale por ella cerrandola de un portazo. Hemos discutido gritando y aun así Alain esta profundamente dormido.
*************Unos días mas tarde******************
Mamá esta más estresada que yo. El primer día de clases después de navidad es estresante, pero mamá lo estresa más, mandando, gritando y sobretodo siendo ella misma.
-Pequeñas, vamos que tenemos que ir ya en coche. Leah tu andando.
A sus ordenes, no te jode. El colegio esta a 10 minutos andando de casa. WayHorn se llama y no es precisamente agradable. Mi unica amiga de verdad allá es Meghan a la que he enfadado también con el tema de Pete, al que no quiero ni ver.
-Mamá, no puedo ir al colegio.Me duele el cerebro.
-Eso son los nervios- dice corriendo mientras cierra las mochilas de mis hermanas.
-Sí - río - será eso.
Llego a la escuela por tercer día consecutivo y todo sigue igual que hace tres días: Meghan hace como si no existiera, Pete me persigue para pedirme perdon a todas horas prometiendo que lo solucionará todo, James me intenta sobar, Alain me acompaña a todas partes demostrando ser mi único amigo ahora mismo, y lo peor de todo. Sí, hay algo peor que lo anterior. Cameron no viene a clases y no es precisamente un niño de hacer campana.
Hay rumores de todo tipo: algún familiar está enfermo, él lo está... Pero el que menos me creo es el de James. Dice que vio como lo secuestraban a la luz del día junto al bosque y que no lo pudo ayudar. Pamplinas. No se ni porque me preocupo. Lo más seguro es que tenga las mismas ganas que yo de venir pero a él le dejen quedarse en casa... con su padre.... Fuera esa idea. La pregunta es, ¿Donde diantres se ha metido? Siento como si fuera culpa mía, como si yo le hubiera incitado a no venir al colegio. Le necesito ver con toda mi alma.
Noveno día de clases. No puedo más. Cameron sigue sin venir y ya tengo miedo por él. No pienso pisar su casa, no de nuevo, pero seria capaz solo para saber que esta bien. Todo esto es por mi culpa y mi autoestima no podría estar más por los suelos. ¿Ha huido por mi? Ha escapado de su casa por mi culpa? Le podría pasar algo y yo sería la causa y la culpa es algo que nunca he sabido aguantar.
-Leah- se acerca James acorralandome junto a mi taquilla. No me creías sobre lo de Cameron pero tengo la prueba.
¿Cómo que prueba? Mi corazón acelera y solo de ver la perversa sonrisa de James siento que lo que meva a enseñar va a ser realmente malo.
Pone su teléfono frente a mis ojos y pulsa al botón de play que tiene en medio de la pantalla de más de 7 pulgadas.
El video comienza y se ve con claridad el bosque a las afueras. Sólo se ve eso durante los primeros 5 segundos hasta que una sombra aparece entre los árboles del bosque. La sombra se va desvaneciendo hasta que se distingue como Cameron. Anda con la cabeza gacha y las manos en los bolsillos mientras tira cosas con los pies a patadas. Abro la boca y me acerco a la pantalla, como si eso pudiera acercarme a él. Entonces, de detrás de un árbol, sale una sombra que no se distingue ya que va de negro y el video esta grabado de noche, y le da a Cameron en el riñón con algo reluciente. Un cuchillo. Cameron grita. Se acerca el zoom y veo la sangre brotando de sus adentros.
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HIM
RomansaLeah es una chica de 15 años corriente, en un instituto corriente, con una obsesión poco corriente. Desde los 4 años esta locamente enamorada de Cameron Dessner, un chico de su clase que no es del todo un adolescente corriente, que trata a Leah com...