Tarda un tiempo en contestar, con otra pregunta que se desvía del tema. Sabe que de algún modo, estoy averiguando algo. Lo que no sabe es que ya lo se todo. A través de mensajes, le da tiempo para evitar preguntas pero por llamada seguro que no. La llamo y espero...- Leah
-Meghan
-¿Que hacías en la parada de bus?- habla despacio, esperando algo.- Solo había salido a desayunar te he visto pero te has subido al bus. ¿A donde ibas?- enserio, miento tan bien. Qué lástima que no pueda mentirle a Cameron.
- Me iba al pueblo de al lado- dice con un hilo de voz. No ha mentido en eso. A lo mejor sí que me quiere contar lo que le pasa con James.
-¿A qué?
-A la tienda de ropa.
- ¿Por la mañana?
- Hay menos gente y a mí. ..- le cuelgo antes de que pueda acabar. Odio tanto que me mienta de esa manera. Me enfado de golpe un montón y me pongo a golpear la almohada. Tranquila Leah.
Tiro el móvil al suelo y me estiro del pelo. Algo no me cuadra. Meg defiende a James, con el que se ve y del que recibe golpes. ¿Porqué lo defiende? Algo comienza a encajar dentro de mi cabeza, pero dos golpes en la puerta lo joroban todo. Grito con frustración.
Me acerco a la puerta y la abro. James. ¿Que demonios hace James en mi casa?- ¿Que haces aquí? - le digo cerrando la puerta con fuerza. Antes de que se pueda cerrar, pone la mano y para el cierre.
- Vengo a disculparme.- cuando le miro a los ojos recuerdo la mirada de loco de la noche de la fiesta. Como sus manos iban rompiendo cada uno de los hilos de mi vestido...
- Vete.
- Tú madre me ha dejado pasar.
-Me importa una mierda. Vete. Es mi casa.
- Leah lo siento. Yo.... estaba bebido.- la excusa que seguro que Robert usa también con su familia.
Al ver que sigo intentando cerrar la puerta en sus narices, con un empujón abre la puerta de par en par y entra a mí habitación, MÍ habitación. Pongo las manos en su pecho y lo intento empujar pero la fuerza que tiene por sus poderes me lo impide. No tengo que pensar en los poderes. NUNCA con James delante. Sigo empujando sin conseguir realmente nada hasta que coloca sus manazas en mis hombros y me hace mirarlo fijamente a los ojos, a esos ojos que tanto asco me dan. ¿Cómo he podido besar a esa cosa? Guapo es, pero solo por fuera. Por dentro es basura.
- Lo siento. - repite. Maldito loro.
-.No me toques. Mamá- llamo a mi madre. - Echalo tú.
Antes de que llegue mi madre James se aleja de mí y se mueve con soltura hasta la puerta. Justo antes de salir, se me queda mirando fijamente. Luego desaparece. Ojalá la vida fuera una puerta, donde decidieras quien entra y quien sale por ella y sobretodo como.
Voy a buscar a mamá indignada.
-¿Porqué le has dejado pasar?
- Pensé que era tu amigo.- dice con cara de interrogante. Mamá es capaz de montarse una de sus películas en la cabeza en la que ha habido algo gordo entre James y yo, como una especie de pelea por una relación seria.
- Ya no. - con eso, corto la conversación y me dirijo a mi cuarto, dispuesta a leer todos los mensajes que me haya mandado Meg desde que la he dejado a media frase.
No son mensajes de Meghan los que me encuentro, si no de Pete. Curiosa, los leo, y me provocan una sonrisa de oreja a oreja.
7:30 en el descampado, venganza de ese cabrón de James.
Ese mensaje me alegra el día. Como a toda prisa la comida que no he comido a medio día, me visto y me peino bien y al salir por la puerta siento que al fin este día va a tener algo bueno. Me miró al espejo del ascensor y puedo ver a una chica feliz: chico perfecto con el que esta enamorada y él enamorado de ella y con el que tendrá algo en un futuro, una mejor amiga a la que vengará, y un chico que pagará por lo que ha hecho. El día acabará muy pero que muy bien.
Ando hasta el descampado a unos quilometros de mi casa. Es una gran plana con arena y varios edificios alrededor de su forma de cubo. Visiblemente, Pete está en medio, hablando con alguien por teléfono. Al verme se le dibuja una sonrisa cómplice.
- Hola- me saluda, viniendo me a dar dos besos.
- Hola. - respondo.- ¿ Cual es el plan que hará a ese asqueroso llevarse su merecido, genio?
- Sígueme.
Comienza a bajar por unas escaleras que hay en una de las esquinas del descampado. Lo sigo con confianza. Jamás me haría Pete nada malo, aunque ya desconfío de todo el mundo. Pasamos un un largo túnel oscuro grafiteando con luminosos colores fosforito. Miro a la inmensa oscuridad y me pregunto qué tiene que asusta a tanta gente. Poca iluminación seguro que no. Creo que es ya que la gente, en la oscuridad puede imaginar todo lo que le pase por la cabeza, dejando a solas con tus pensamientos. Eso es lo que da miedo de la oscuridad: uno mismo.
Al fin, un poco de luz se ve al fondo del túnel. Salimos a la superficie de nuevo y comenzamos a caminar hasta una especie de edificio abandonado. Esta semana estoy iendo a más lugares abandonados que en toda mi vida.- Espera aquí- dice Pete señalando el punto en el que estoy: el centro de el ático del edificio de dos plantas al que se accede por una escalera desde dentro de la vivienda.
Se aleja y vuelve a hablar por teléfono, demasiado lejos como para escucharle. La altura del edifico puede que sea bajita, pero se puede ver gran parte de la ciudad desde aquí. Los edificios no son muy altos y los árboles del bosque tampoco, así que el campo de visión es muy amplio.
Pete cuelga y se acerca a mí, estando al frente.-¿Crees que le gustas a James?- pregunta. Que directo.
- No lo sé.
- Eso vale.
-¿ Vale para qué?
- Tenemos que pensar la venganza, Leah. Yo ya lo tengo pensado, solo tenemos que esperar.
- ¿Esperar a qué?
-¿Siempre haces tantas preguntas?
- A menudo.
En vez de mirarme o contestar se queda con la mirada fija que comunican el ático con el segundo piso del edificio. Estoy un poco sorda y tardo bastante en comenzar a escuchar los pasos que se oyen en la escalera de metal, pasos firmes y fuertes. Quien quiera que sea, sabe que estamos aquí. Seguro que era la persona con la que Pete hablaba por teléfono.
-¿Quien. ..?
Las manos de Pete me coge de la cadera y me acercan hacia el, acercándome tanto que sus labios se pegan a los míos. Mis manos están quietas, al igual que mi cerebro. No reaccionó. No entiendo nada. Se ha lanzado a mi como si fuera un salvavidas en medio del titanic. Cuando recupero el sentido, me aparto de él. Su lanzamiento me ha pillado demasiado por sorpresa como para evitarlo. Estoy a punto de gritarle porqué diantres ha hecho eso, pero algo me lo impide.Su mirada por encima de mi hombro, de horror y tristeza. Se ha lanzado por la persona que subía las escaleras. Me da miedo girarme atrás. Por la pregunta que Pete me ha formulado antes, seguro que es James. ¿ Porqué no me giro de una vez en vez de hablar sola?
Al darme la vuelta lo que veo me deja con los ojos como platos y la boca abierta. James. Meghan. CAMERON. James con sonrisa triunfante y con los brazos cruzados mientras que Meghan se sujeta el pecho con la mano y con la otro mano se seca las lágrimas. Cameron me mira con asco, con horror, con los ojos llorosos, y el corazón partido.
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HIM
RomanceLeah es una chica de 15 años corriente, en un instituto corriente, con una obsesión poco corriente. Desde los 4 años esta locamente enamorada de Cameron Dessner, un chico de su clase que no es del todo un adolescente corriente, que trata a Leah com...