Capítulo 36

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Me despierto mucho más temprano de lo habitual. Recuerdo haber tenido un sueño del que no me consigo acordar....

Le doy las gracias al señor Miller y me dirijo a mi casa. Subo al ascensor y me paro frente a la puerta de mi apartamento. Pete está picando a la puerta mientras mamá esta hablando con él.

-No está ahora mismo- oigo que le dice mamá.

- Por favor, cuando vuelva, avíseme.- le contesta Pete.

Mamá me ve y se gira en mi dirección, diciendo " hablando de Leah".

- Hola mamá, Pete- saludo con la cabeza. No he dormido lo suficiente así que no tendre mucha energia hoy.

- ¿Que te traes con los chicos?- me susurra mientras entro a casa, pasando del gusano de Pete.

Puede que no recuerde mucho del día de la fiesta, anterior a la agresión en el bosque, pero de lo que sí que me acuerdo perfectamente es de la amenaza que le mandé a Pete, ya que había pegado a Meg.

-Leah, por favor, escúchame- me ruega ese miserable.

Hago como si no lo estubiera escuchando. Mamá entra a casa, y yo me quedo a cerrar la puerta, pero antes de poder hacerlo, la mano de Pete se interpone.

- Yo. No. Fui- dice, palabra a palabra.

Me fulmina con la mirada, como si intentara que le creyese de cualquier manera, y la verdad, lo está consiguiendo. Si a mí me hubiesen pillado pegando a mi novia, en su caso, habría dejado de tratarla mal, pero no iria a la casa de la persona que me ha amenazado, bajo ningún concepto.

- ¿Como quieres que te crea?- lo cierto es que ya le creo, pero quiero estar segura al cien por cien.

- La quiero. Nunca le haría nada a la persona a la que más quiero en el mundo.

-Todos somos capaces de hacer cosas de las que nos creíamos incapaces en situaciones en las que nos sentimos perdidos- me sale la mejor frase del mundo.

- A Meghan ni aunque estubiera borracho.- la forma en la que sus ojos desprenden ese hilito de luz, me demuestra que lo que dice es cierto.

La quiere.

-¿A qué has venido?- si la pregunta es que porque soy tan borde, la respuesta es miedo. Mi miedo a que le coj cariño a la gente y que se acerquen mas a mí, cuando son personas que no me convienen.

- Necesito tu ayuda.

- ¿Para qué?

- Yo no fui, pero sé que ese moratón que tiene junto a la oreja no fue de una simple caída. Necesito tu ayuda para averiguar quién fue.

Tiene razón. Si él no fue, como hace poco pensaba, alguien le tubo que hacer esa herida.

Me lo quedo mirando en la duda, un momento. ¿Averiguaríamos algo? ¿Porque tengo tanto miedo ahora mismo a saber la verdad? No sé porqué pero tengo miedo a saber la verdad. ¿Y si son sus padres y no quiere que sepa nada? Me atemorizaría volver por su casa. Extraño.

-Mamá, voy a salir un rato!- le grito desde el recibidor.

William. El pobre tiene que salir o sinó luego para salir y entrar... Subo a mi cuarto, dejando a Pete en la puerta, y asegurándome de que no hay nadie por el camino, lo bajo conmigo hasta la entrada. Cuando Pete le ve, se queda con el ceño fruncido, sin entender nada, pero cuando subimos al ascensor, acaba por darse cuenta de todo.

-William..¿Es..?- le respondo con la cabeza antes de que pueda afirmar.

- ¿Qué te traes con los chicos Leah?- me pregunta William con el mismo tono que ha puesto mamá, cauteloso pero siniestro.- Estos días he visto a tres chicos esperando ante tu puerta.

-Mentira. Han sido dos.

- Escuché a mamá y a papá hablar del tercero, el chico que te vino a buscar.Hablaban de si era tu novio o no.

Pete nos mira, aún alucinando.

-Pete, de esto no puedes decir nada, no lo saben ni mis padres.- le digo, señalandolo con el dedo e intentando que no diga nada.

No conozco mucho a este chico, pero espero que sea de los calladitos. Hace con las manos como si se estuviera cerrando la boca con una cremallera. Así me gusta.

William mira por debajo del hombro al enano de Pete, que tan solo es unos centímetros más alto que yo.

- ¿Cuál es el plan de hoy enanos?

-Primero: un poco más de respeto. Segundo: averiguar quién ha pegado a una amiga mía, que es su novia.- contesto al idiota de mi hermano.

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-Digo yo que estar en la parada del bus con gafas de sol en pleno invierno leyendo la misma página de una revista, nos ayuda a llamar la atención un poquito- dice Pete. Razón, tiene.

Solo hemos pensado en las costumbres de Meghan y hemos acabado viniendo a la parada de bus, porque ella siempre coge el bus a las 11:07 de la mañana para ir a nadie sabe dónde. Éso será lo primero que tendremos que averiguar.

Cuando la vemos entrando al bus, nos subimos los tres después de que se suba a ella. Se sienta y nos quedamos en un asiento detrás del suyo.

- Damos mucha pena.- dice William en voz baja, por si alguien puede oírnos.

- Lo que sí da pena, es que aún hayan capullos que se atrevan a pegar a chicas como Meg.

-¿Meghan? ¿Tu mejor amiga del cole? ¿La han pegado? ¿A ella?- me pregunta William, con los ojos como platos.

No recordaba que la conocía. Por supuesto que la conoce. Siempre estaba en casa o yo en la suya, más o menos como ahora.

- Sí. Como pille al cabrón que le ha puesto la mano encima...- dice Pete como respuesta. Está muy enfadado, y yo también mataré con mis propias manos al chico que le ha hecho eso a la mejor persona que conozco.


Paramos un cuarto de hora más tarde. Durante todo el viaje hemos seguido leyendo sin parar la misma página de la misma revista los tres, llamando la atención de todos y cada uno de los pasajeros del bus. Ahora, seguimos a mi amiga sin disimular, pero ella no se da cuenta de que estamos a apenas dos metros detrás de ella, andando a su mismo paso.

Entra a un callejón oscuro y nosotros nos quedamos en la esquina, sin entrar. En todo el camino no ha parado ni un momento hasta que no ha llegado aquí. Si suele venir a este destino, que la verdad es que no sé dónde es, es para llegar a este callejón. Me pregunto que será.

- Destino, callejón oscuro.- digo.

- ¿No estará metida en drogas no?- pregunta Pete con temor en los ojos.

- Lo dudo la verdad, pero este sitio no trae nada bueno.- contesto.

- Mirad, alguien viene- tartamudea mi hermano.

Con sus grandes manos nos ayuda a agacharnos más rápido por si nos ven, y, como en las peliculas de dibujos, nos ponemos a mirar uno encima de la cabeza del otro, haciendo una escalera.

Meghan y la persona del callejón hablan, y desde la distancia, se puede ver la cara de terror y de miedo de Meg. Me acercaría si William no parara de cogerme del hombro para impedir que me acerque. Entonces, la persona junto a Meghan le comienza a gritar y casi la ahoga. La deja tirada en el suelo, y se va, hacia nosotros.

-A correr- susurra Pete.

No movemos hasta que una pared impide que la persona del callejón nos vea, aunque nosotros sí podemos verle. Espero que se vaya rápido, porque quiero ayudar a Meghan. Se supone que debería haberme contado quien es su "amiguito".

Cuando vemos a James andar hasta donde estabamos antes escondidos, siento como el tiempo se detiene un segundo. No hay duda. Él la pegó.




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