Capítulo 28

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La verdad es que no resultó muy difícil sobrevivir la primera noche con William escondiéndose de los padres. Durmió bajo mi cama y, como nunca nadie entra a mi cuarto por advertencia con peligro de muerte, no ha habido problemas. Su mochila esta en mi armario de ropa (aplastando toda mi preciosa colección de ropa, ahora arrugada y hecha un trapo). Hemos hablado toda la noche con la típica linterna para alumbrarnos los rostros cuando nos toca hablar.

Me levanto a la hora de comer y despierto a William por si acaso a alguien se le ocurre pasar por mi habitación. Siempre he tenido la sospecha de que Kelsey me roba cosas así que alguien puede entrar y ver a mi hermano conviviendo conmigo en secreto. Soy mala hija, lo sé, pero soy tan buena hermana que todo se compensa.

No me resulta difícil evitar el acceso a mi habitación con un desorden extremo como razón. Nadie se atreverá a entrar en unos días. Le llevo comida que me sobra del plato, y que luego meto en un táper a William. Sé sienta junto a la cama y come a una velocidad que confirma mis sospechas. Lleva días sin llevarse algo a la boca.

Vuelve a sonar mi teléfono. Ahora ya me he acostumbrado a mirar a la pantalla de contactos para poder saber con quien estoy hablando por el móvil. Meghan me sale en grande junto con su corazón rojo al lado.

-Leah, no te lo vas a creer. Ayer estuve a solas con Pete desde que te fuiste... ¿Cómo estás? Estuve a punto de pegarle en las bolas a Cameron pero cuando vi que se iba corriendo detrás de ti, cogí a Pete y me lo llevé conmigo. No quería tener cerca a ese tío- la verdad es que no me apetece hablar de algo a lo que había olvidado por completo.

- Es agua pasada. Si no quiere aceptar que él no es el epicentro del mundo, cuando se quede sólo ya se dará cuenta- contesto mirando a William, que se mueve hasta debajo de la cama. Se tumba y comienza a escribir bajo el colchón. Espero que se distraiga lo suficiente como para no escuchar la conversación. Como se me escape algo que tenga que ver con el "ligero roze de la mano de Cameron sobre mi hombro dislocado" William ira a matarlo.

-¿James te ha dicho algo? Por que estáis saliendo.

-Ni un mensaje.- No ha sido demasiado amable con pasar de mí, lo mismo que hace siempre que Cameron esta por en medio.

- Bueno, esta noche ya podréis hablar.- ¿esta noche? ¡Esta noche! ¡La fiesta es esta noche! Necesito urgentemente una agenda, un calendario o algo que no me haga estar tan perdida en mi vida.- Pete me ha regalado un vestido precioso para hoy. Si puedes, ven esta tarde a mi casa y nos preparamos juntas para ir a la fiesta y para ir a comprar tu vestido del que seguro que te olvidaste por completo. Igual que de la fiesta- me tiene calada. Me extraña que no me cuente su vida con Pete ayer, pero no puedo ir a su casa. ¿Cómo se las apañaría William a solas? Necesito supervisarlo. No sé ni si quiero ir a la fiesta.

-No sé si ir a la fiesta esta noche....- estoy mirando a William. Él me mira. Me ha escuchado. Sale de debajo de la cama y se va acercando a mí poco a poco afirmando con la cabeza. Se cree que no quiero ir por él.-No.- repito para él.

-Irás como que me llamo Meghan. Si puedes venir a mi casa, avísame, que sabes que si no vas te arrepentirás.

-Adiós Meg.

-Chao, te quiero. - me dice mandándome besos a través de la línea. Eso es nuevo. Lo habrá visto del grupito de Julia y se lo habrá copiado.

- Sí vas a ir- me dice mi hermano mirándome seriamente. Me trata como el hermano mayor que solo quiere mi felicidad. No la conseguirá si me lleva a un local hasta arriba de alcohol y chicos con testosterona hasta en los dedos de los pies, y bajo el mismo techo que James, Julia y Cameron juntos. Me ahogaré entre tanta incompetencia.

-Eso será lo que yo decida. ¿No crees? Yo también puedo decidir si echarte de patitas a la calle o arriesgar el amor de mis padres por ti.- le digo jugando. Le estoy chantajeado y sé que sabe que con el tema de vivir en la calle no se juega pero, consigo que me mire derrotado y levante sus manos en señal de rendición. En ese momento, oigo pasos por el pasillo. Alguien viene directo hacia aquí.

-Pasos- esa es la señal de que William se ha de esconder. Mi cama tiene las sabanas caídas así que no se puede ver por debajo de ella a no ser que te agaches a mirar. Es gracioso como la cosa a la que de pequeña tenia tanto miedo, puede convertirse en la cosa más útil para casos como estos.

Mamá entra en la habitación de golpe, abriendo la puerta de par en par y mirando a todas partes, como si supiera que hay alguien más en el cuarto.

-Hija, ¿esta tarde saldrás?- pregunta para disimular el verdadero motivo de la intrusión. Sospecha algo, o peor aún. De alguien. Con mamá así de curiosa no puedo dejar a William aquí, solo.

- Sí. Iré con Meg al cine y a cenar, supongo. Ahora pasaré por su casa, como siempre.- A la hora de salir, me salen solas las mentiras de mi verdadero lugar al que me dirijo.

Mamá se acerca y me da dinero. Suficiente como para ver 5 películas seguidas en un cine.

En cuanto sale por la puerta, William se acerca a mi y me acusa de mentirosa, cuando en verdad ni siguiera sabe que voy a una fiesta, solo que estaba a punto de arruinar mis planes por él.

-Definitivamente no te puedes quedar aquí solo William- le digo. Tenemos que pensar algo ahora que tenemos tiempo.
Nunca me ha gustado llamarle Willy con lo bonito que queda William.

-Pues salgo a la calle con Tom. - me dice pensativo.

-Tengo una idea mejor.- le digo sonriendo. Creo que se me acaba de ocurrir el mejor plan de toda mi vida. Mis profesores hasta se alegraría por mí y me darían la enhorabuena por pensar en algo que tenga sentido.

-Explica sabionda.

-Tú te vienes conmigo a la fiesta. Pero no exactamente tú. - me explico como el mismísimo chulo.

- ¿Fiesta? ¿Ya vas a fiestas? Bueno, solo espero que no bebas alcohol. ¿ no bebes no?- pone tono de advertencia y me señala con el dedo con intención de intimidarme

- Te llamaremos.... ¿ Cómo se llamaba aquel peluche que tenia de pequeña? ¡Louis! A partir de ahora, eres Louis.- le digo. Soy una genia. William puede ir disfrazado a la fiesta conmigo para que nadie le reconozca y para que pueda salir, sin tener que quedarse en casa jugando al ratón y al gato con mamá.

-¿ Y para salir sin que nos vean genia?- esa es la pregunta a la que de momento no tengo respuesta, pero hoy estoy en racha de ideas así que ya se me ocurrirá algo.

Corro a la habitación de mis hermanas y les robo cosas de la caja de disfraces. Unas grandes gafas redondas, una peluca que se puede recortar y cajas de esas con más maquillaje del que ninguna mujer adulta podría llegar a disponer jamás.

Una hora y media más tarde, William se convierte en Louis, mi amigo inglés. Es rubio porque la peluca de Rapunxel ha sido cortada para que parezca un chico, y el maquillaje le ha disimulado el bello facial.
-¿Y si me convierto en Louisa? -me dice al final. La verdad es que seria más fácil afeitarlo ponerle una peluca y ponerle un poco de maquillaje, pero después de haber estado hora y media con mi obra Louis, no lo voy a cambiar, y más cuando he fabricado un tío bueno. Así va a ligar....
-Listo para irnos. Ahora a pensar como. -digo pellizcándome el puente de la nariz con el pulgar y el índice.

HIMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora