Nubes negras se van formando en el cielo, y gruesas gotas comienzan a caer de ellas. Al menos el agua de la lluvia me ayudará a disimular mis lágrimas.
-¡¿Leah?!- grita alguien por el bosque. Escucho sus pasos, cada vez más cercanos a mí.
El hombro me duele y no me para de sangrar y temo desmayarme por la gran pérdida de sangre. No sé mucho de enfermería a pesar de que papá sea médico, pero por el gran agujero que veo en mi hombro me confirma que el dolor que he sentido cuando James me ha pegado más aún al árbol, era que algo me atravesaba el hombro. Quizás una rama o la corteza.
James. ¿Cómo ha sido capaz de hacerme eso? Aún no lo acabo de asimilar y rememoro una y otra vez lo sucedido. Intento entender porque se ha comportado así a pesar de estar borracho, pero no le encuentro el sentido. Él no es así. No pensava que fuera así. Ha roto mis ropas, y el agua de la lluvia llega a mi piel haciéndome estremecer del frío, un frío invernal típico de aquí. Puede que hasta nieve.Por el camino se me han caído los tacones pero, al caer, también me he lastimado las piernas. No ando bien.
Escucho muy cerca los pasos apresurados de mi rescatador. La lluvia que cae, me impide ver nada de lo que hay a mi alrededor, así que, con los ojos apretados, intento distinguir la sombra que se acerca hacia mí. Se agacha a mi lado y, con sus frías manos, me coge la cara para que la levante y le mire. Cameron. Ha sido él quien me ha salvado.
Pensaba que se había ido corriendo como todos. Más bien había pasado de él con la idea de que estaría con Julia toda la noche.
Me mira la cara, sin pestañear. Me da un suave beso en la frente e intenta levantarme mientras me va hablando.
-Lo siento.- No ha sido culpa suya. Intento decírselo, pero no puedo hablar, el temblor de todo mi cuerpo, de mis labios incluidos me lo impide. Sigo teniendo miedo. Sólo quiero irme a casa y dormir como un bebé, y poder volver atrás y olvidar esta noche tan espantosa, pero el pasado siempre estará presente. Entonces, apoya su frente con la mía, y puedo sentir su respiración irregular, acompañada de una mirada de preocupación. Nunca llegaré a entender del todo a este chico.- No dejaré que nadie más te vuelva a tocar. Siempre estaré contigo. Yo te protejeré.- me dice, levantandome con sus fuertes brazos, y llevándome enbrazos cuando ve que la herida en mi pierna me hace cojear.
Hoy he acabado hecha polvo. Apoyo la cabeza en su pecho y cierro los ojos. El simple tacto de Cameron a mi alrededor, me tranquiliza de una manera asombrosa. El calor sube desde mi columna hasta mis mejillas, que se ponen rojas. Me acurruco como una bolita, mientras entre abro los ojos de vez en cuando para poder mirarle a la cara. Esa mandíbula apretada y esa mirada que se mueve de mí hacia el frente me hace sonreír y devolverme en sí.No sé cómo puede llevarme, porque por muy pequeña que sea, tengo mis quilitos guardados.
De pronto, deja de caminar y se para en seco. Mira hacia todos lados y frunce el ceño. Con cuidado, me deja en el suelo, de pie, ayudando a que no me caiga.-Corre hacia mi coche- me ordena, volviendo a coger la cara entre las manos.- Corre y no mires atrás. Anda con la ayuda de los árboles Leah, pero no te pares.- Ordena. Pero ya es tarde. Tenemos enfrente a James, con el labio partido y la nariz sangrando.
Nos mira a los dos enfadado, frustrado, apretando los puños a sus lados, hasta que se vuelven blancos por la fuerza. Cameron se pone frente a mí, entre James y yo. Antes ya me ha sabido defender. ¿Pero quien le defenderá a él? ¿Una llorona coja y a punto de quedarse manca? Igualmente, algo tendré que hacer. Sigo pensando en una forma en la que ayudar. No pienso salir corriendo sin más a pesar de todo el miedo que siento, pero en ese momento, Cameron está volando por los aires, literalmente. Cameron esta en el aire, agarrado a James, y pegándose entre ellos. Se quedan un rato en el aire, hasta que caen, James sobre Cameron. James comienza a darle puñetazos una y otra vez. Si sigue así, le dejará inconsciente o lo matará. Cameron lo para de golpe y le quita de encima suyo sin mover un músculo... con la mente. James vuela y acaba estampado contra un árbol, en lo más alto. Cameron, frente a él, le clava la mirada mientras provoca que sin moverse, James se retuerza de dolor y grite, intentando liberarse de un agarre inexistente.
La mirada de James se desvía a la mía. Yo sigo en el sitio en el que Cameron me ha dejado, contemplando la escena sin entender realmente nada. Corro hacia un árbol para poder esconderme detrás de él y poder pensar si huir o ayudar, pero de pronto, me veo en el aire, volando. Comienzo a gritar pidiendo ayuda, y cuando Cameron me ve, la expresión se le endurece más y sube las manos en dirección a James, y cuando lo hace, James comienza a gritar aún más. Como reacción, James hace el mismo movimiento de manos que Cameron y me provoca a mí un dolor insoportable.
Recuerdo una vez en la que me caí en agua helada. Esto es peor. Cada una de las partes de mi cuerpo duelen como si estuvieran siendo apuñaladas por miles de cuchillos. Las heridas en la pierna y en el hombro me arden, al igual que mi garganta, que no me deja respirar. Dejo de gritar porque el dolor me lo impide, y casi sin respiración, James me deja ir de golpe. Caigo al vacío, rezando para no toparme con una piedra que acabe con mi vida. Cameron corre antes de que pueda tocar el suelo, y me coge al aire.
-¿Estas bien?Por favor, dime que sí.- susurra a mi oído mientras acabo de abrir los ojos despues del susto de la caida y del dolor que hace que casi ni me pueda mover todavia.- Por favor, vete al coche, ahora- me ordena de nuevo, ahora aun mas serio. Si no hago lo que dice, tanto él como yo acabaremos muy mal esta noche.
Camino lo más rápido que puedo, sin tropezarme, y acabo encontrando el coche, no sé cómo, en medio del bosque. Intento abrir la puerta pero esta cerrada. ¿Para que me manda al coche si luego no voy a poder entrar?Comienzo a observar todo lo que me rodea, como si eso fuera a ayudarme. Cameron corre como nunca había visto a nadie correr, y con un giro de muñeca, abre el coche en el que me subo al asiento del copiloto.
Él entra al coche de un salto y arranca con las llaves que encuentra de seguida. Me giro hacia atrás y puedo ver una sombra negra, que seguro que es James, corriendo tras nosotros, gritandonos todos los insultos que puedan existir. No puedo parar de respirar aceleradamente. Se me va a salir el corazón del pecho de un momento al otro. No puedo con mi vida.
-¿Nos sigue?- me pregunta Cameron con la voz ronca. Habrá gritado mucho esta noche.
Sigo sin poder hablar, y afirmo con la cabeza. El coche acelera y sale del bosque, llegando a la carretera, iendo a su máxima velocidad. Cuando veo que al fin James se para al llegar a la carretera a una gran distancia de nosotros, me estiro de la raíz del pelo y comienzo a llorar como nunca antes. No puedo olvidar los escalofríos de sentir las manos de James sobre mí, sentir que no tenía salida y que estaba atrapada bajo sus garras, a su merced.
Pocas cosas han tenido sentido esta noche, pero una cosa de la que si que estoy segura es que como Cameron siga conduciendo a más de 200Km/H nos estrellaremos. La velocidad me marea aun más. Grito y lloro y giro y hago todos los insoportables sonidos de una chica llorando a pleno pulmón. Cameron apreta cada vez con más fuerza el volante, hasta que sus nudillos quedan totalmente blancos.
A los lados sigue habiendo bosque, y la carretera frente a nosotros alumbrada por las luces del coche pasa a demasiada velocidad.
-¡PARA, POR FAVOR!- le suplico golpeando la ventanilla. Mi grito le ha devuelto a la realidad. Él también estaba ido por la ira. Su rostro se serena, aunque su ceño sigue fruncido.
Frena en seco y me mira, con ojos tristes. Entonces, se deja caer sobre el volante y, apoyando su cabeza entre sus brazos cruzados, comienza a hacer extraños ruidos, mientras se reincorpora y aporrea una y otra vez a su asiento del coche. Lo romperá si no para. Finalmente, baja del coche, abriendo la puerta con tanta violencia que pir poco la rompe, y andando hasta uno de los árboles junto a la carretera, al que se queda mirando de frente y comienza a golpear, hasta que se cansa y apoya su frente en el tronco. Sus hombros suben y bajan rápidamente mientras su respiración se entre corta. ¿Esta llorando?

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HIM
RomansaLeah es una chica de 15 años corriente, en un instituto corriente, con una obsesión poco corriente. Desde los 4 años esta locamente enamorada de Cameron Dessner, un chico de su clase que no es del todo un adolescente corriente, que trata a Leah com...