A medida que se acerca, me pego a la columna con tanta fuerza que literalmente me estoy abrazando a ella. Casi que no respiro por si se oye mi respiración entre cortada. El miedo hace demasiado efecto en mí como para poder combatirlo.
--"Piensa Leah que si te pasa algo, has vivido una buena vida, y que Cameron siempre pensará en ti de una forma u otra echándose la culpa de tu muerte. James pues te tendrá presente, Meg se arrepentirá de haberme dejado sola, Keith hará mi cuarto suyo... Vale, eso no ayuda. Muy bien Leah. No tienes testamento. No tienes con qué defenderte ante la persona que ha entrado aunque no vaya a ser nadie que me quiera hacer daño y que seguro que cuando vea a una chica llorando contra una columna se reirá. Sí Leah, estas llorando como un bebé.-- me dice mi subconsciente mientras intento que mis lagrimas no vayan seguidas de algún sollozo que desenmascare mi localización.
Meto la mano con mucho cuidado de no hacer ruido en el bolsillo delantero de la sudadera. Lo único que quiero ahora mismo es mi amuleto de la suerte, la piedra que me regaló mi abuelita antes de morir cuando yo sólo era una niña. Busco y busco pero no está. El bolsillo no puede ser tan grande. Sigo buscando, esta vez con las dos manos, pero no está,se ha caído y lo he perdido para siempre. Lloro aún más fuerte. Esa piedrecita era lo único que me quedaba de mi abuelita y ya no está y pensaba que sostenerla en mis temblorosas manos ayudaría a calmar mi miedo.La había metido en el bolsillo antes de salir como lo hacía desde que se me rompió la cadena de oro en la que la solía llevar colgando.
Los pasos, antes lejanos, van lento y cada vez están más cerca. Vuelvo a dejar de respirar. Nadie que solo baja a por su coche andaría tan lento. Estoy a punto de meterme debajo del coche rojo que tengo en frente. Es un mini, pero supongo que me podré esconder rápidamente debajo de él. Pero una voz que me busca me lo impide. Oigo como la conocida voz de Cameron me llama en voz baja. Él ha sido el que ha entrado a buscarme, de repente rompo a llorar de nuevo, pero de alivio. Mi espalda se destensa y mis piernas finalmente dejan de temblar.
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HIM
RomanceLeah es una chica de 15 años corriente, en un instituto corriente, con una obsesión poco corriente. Desde los 4 años esta locamente enamorada de Cameron Dessner, un chico de su clase que no es del todo un adolescente corriente, que trata a Leah com...