HIM

Capítulo 55

— Pensabas salir conmigo para recopilar información— sisea Pete, con un profundo dolor marcado en su voz.
— Te quiero, Pete— le llora Meghan.

A pesar de que James le ha pedido a Camerón de hablar, el estadio se queda en silencio esperando que todos los llantos acaben.
Todo me está mareando. William huyó porque sabía que Camerón y sus amigos tenían poderes y le amenazaron a él y a nosotros, su familia, por saberlo. Meghan salía con él por aquel entonces y como Cameron y estos no sabían de su existencia  aprovechó para vengar a su chico pero se enamoró de uno de los del grupo al que tenía que espiar.

Sé que la historia aún no ha acabado y que faltan muchas más piezas a encajar en el puzzle, pero a todo momento sé que la intención de todo es herirme.

—¿Recuerdas lo que te expliqué cuando averiguaste mis poderes?— se atreve Camerón— Eso de lo del lado oscuro de la fuerza. Pues yo estaba en él, Leah.

El mundo se me cae encima. En mi vida me había sentido tan hundida y tan insignificante. El chico al que amo me ha mentido y a saber lo que viene a continuación. Abre la boca para continuar tras ver mi reacción: boca entreabierta y mirada penetrante y distante que lo fulmina mientras noto como el aire me comienza a faltar.

—Pues yo...
—Para porfavor, para— le corto, dejando caer mi cabeza, sin fuerzas apenas para hablar. No lo quiero saber todo, solo lo necesario— Eres malo, y toda persona mala hace cosas malas. ¿ Acaso yo iba a ser alguien que las iba a sufrir?
Le vuelvo a mirar con las gotas ya derramándose una tras otra por las cuencas de mis ojos
—Me acerqué a ti más que en muchos años por William.

Información. Interés. No sabía cómo reaccionar. Me había utilizado desde el principio. Lo que yo pensé que fue un acercamiento por interés por mi, fue en realidad para utilizarme.

— Eres un cabron— susurró, con los dientes serrados y la garganta seca. Tengo las muñecas atadas, pero no me impide comenzar a retorcerlas para herirme.— ¡Cabron Cabron Cabron! —gritó en el momento en el que comienzo a gimotear y llorar sin que me importe quien me vea. La rabia y la impotencia siempre han conseguido sacar el peor lado de mí, pero ahora era Camerón quien lo sacaba. Él y su traición.
—Leah, escúchame. se que he sido un cabron, pero uno que se ha enamorado de tí. Desde que te comencé a conocer comencé a sentir cosas que, joder, no había sentido antes.