Veintitrés. - Día uno - Vermont.

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Este capítulo, va dedicado a tod@s quienes me han apoyado desde un principio y a quienes se fueron sumando a partir del desenlace

Solo quería agradecer su apoyo y que disfruten el capítulo.

...

***Narra Ashley***


- Hemos llegado. – Oí a lo lejos la voz de Keenan. –

Abrí los ojos con cautela, ya que, me llegaba un poco de sol en el rostro.

Di un pequeño bostezo y refregué mis ojos para reincorporarme.

A penas pude divisar el paisaje, mis ojos se abrieron como plato. Es un hermoso lugar, pensé.

Sin darme cuenta, sonreía como una niña. Eso le causó gracia a Keenan.

- ¿Te gusta? – Preguntó mirándome de reojo, aún conduciendo. –

Giré mi cabeza para mirarlo y asentir solo con la cabeza.

- ¿Qué es todo este alboroto? – De la nada pregunta Vanessa. Estaba tan dormida como yo hace unos minutos. –

- No seas aguafiestas. – Le respondí sin dirigirle la mirada. –

Pasaron un par de minutos más, hasta que llegamos a una pequeña laguna, a la entrada del pueblo.

Nos estacionamos a las afuera de unas cabañas preciosas.

Rústicas. Las cabañas son completamente de madera blanca por fuera, con unos ventanales que dan frente a la laguna con un gran balcón.

- Y... aquí nos quedaremos. – Dijo Keenan a la vez que se bajaba del Jeep. – Hace mucho que no veníamos por estos lugares con mis padres. –

Lo miré y le dediqué una sonrisa leve.

- Será mejor que nos apuremos. – Señalé. La camioneta de mis tíos se estacionó detrás del Jeep. – O nos regañarán a todos. –

Ayudamos a bajar las maletas y otras cosas personales. Mientras mi tío y Keenan entraban las maletas.

Están pesadas, sobre todo las mías.

- Tía... - La llamé. - ¿Cómo nos acomodaremos? Digo... son, dos cabañas... -

- Sí... en esta, nos quedaremos con tu tío, porque tiene una habitación, y la que está al lado, será de ustedes tres. Espero que no les moleste compartir un poco más con Vanessa... - Al parecer con mi expresión manifesté molestia. –

Es inevitable.

Sobre todo, cuando me ha hecho la vida a cuadritos, nadie tiene tanta paciencia como para aguantar eso o más.

- No, no... - Afirmé insegura. –

- Bien, eso me alegra, porque solo hay dos habitaciones. –

Levanté una ceja.

- Vanessa y tú, compartirán alcoba. Dentro de ella, hay dos camas lo bastante cómodas para ustedes, y es la habitación más grande. – Me sonrió. –

No puedo negarme ante las órdenes de mi tía.

Al final son ellos quienes cuidan de mí.

Salí sonriente y me dirigí a nuestra cabaña que solo está a un par de pasos. Ambas están conectadas por un pequeño puente de madera, muy sofisticado.

Nuevo comienzo | ZASHLEY ♥ [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora