[T.II.] Once. - Cómo fue que te pedí matrimonio.

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*Narra Zack*


—¡Cariño, baja las maletas! —gritó Ashley desde la planta baja. Aun no podía creer que este día estuviera llegando a nuestras vidas.

Uno de nuestros grandes sueños se estaba haciendo realidad, ¿acaso ser feliz es un delito? ¡Claro que no!

Bajé las escaleras cargando nuestras maletas como si se tratara de cualquier objeto liviano. Me había esforzado los últimos años por tratar de no ser el debilucho al que todos golpeaban con el hombro. Es por eso que me había decidido por algún deporte en la secundaria, y con el paso de los meses se convirtió en mi segunda obsesión.

—Aquí están —dije sin agotamiento. Ashley elevó una de sus hermosas cejas y sonrió levemente.

¡Amo esa mujer!

—¿Qué ocurre? —pregunté divertido, mientras que ella mantenía su mirada fija en mí.

Ella negó levemente con la cabeza sin borrar esa perfecta curva de sus labios.

—Nada —suspiró y se acercó lentamente hacia mi posición. Dejé las maletas en el suelo y me relajé. —Es solo que... no puedo creer que estemos a pocas horas de contraer matrimonio.

Cierto... ¿Mencioné que el día de mañana nos casaremos con Ash? Uhm, recuerdo cuando le pedí matrimonio, fue algo gracioso por cierto....



F L A S H B A C K

El sol nos golpeaba con fuerza, pero no había nada más relajante que estar en la playa. Creo que de todo el tiempo que nos habíamos conocido, no hemos venido.

—Deberías usar protección —insinuó ella. Una parte de mí se tensó y le di la mirada. —¡Zack! — me regañó como si leyera mi mente. —No seas mal pensado, tonto —golpeó mi brazo e hice una mueca— en el bolsillo de afuera se encuentra el bloqueador.

Bien, debo admitir que ese golpe me lo merecía. ¿Quién no se puede resistir a esa belleza que tenía frente de mí? Exacto... nadie.

Observé el lugar. Estaba completamente repleto de personas que no hacían más que jugar con la arena y salpicarse agua en los ojos ¡qué dolor!

—¿Zack?

Me giré hacia ella mientras ponía la toalla sobre la arena para acomodarme.

—¿Sí?

Ashley tragó saliva y dudó antes de hablar.

—Bueno... aquí hay bastantes chicas guapas —bajó la mirada con las mejillas coloradas— verás... no es por ser una novia posesiva, ni mucho menos celosa, pero... ¿tú encuentras que yo... soy igual de atractivas que ellas?

Un nudo se atrapó en mi garganta. ¿Por qué me había preguntado eso? Si es la mujer más hermosa que mis ojos han visto, la perfección hecha mujer.

Negué con la cabeza seguidamente.

—No lo eres, Ash —noté como su rostro cambió rápidamente. Cogí su rostro con ambas manos para que me observara directo a los ojos. —Eres y serás la mujer perfecta. Desgraciadamente eso lo puedo comprobar cada vez que salimos a lugares públicos —entrecerré los ojos y formó una curva hacia arriba— los hombres no dejan de mirarte, ¡joder! Eso sí me enoja —resoplé— pero a lo que voy... es que no debes compararte con nadie, amor. Eres única, y me gustaría que lo siguieras siendo ¿de acuerdo?

Nuevo comienzo | ZASHLEY ♥ [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora