Siete

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Alaska estaba decidida, no iría más en auto-bus.

El auto-bus era feo, sucio, con gente que a ella no le interesaba, así que nunca más iba a ir en auto-bus, o bueno eso pensó ella.

Se subió en la bicicleta de su hermana, y empezó a pedalear al instituto.

Media hora después llegó.

Ian, estaba esperándola en la entrada.
Ella se bajó y acomodo la bicicleta, bajo la vista al suelo y empezó a caminar.

— Hola— dijo el, pero ella lo ignoro— ¿por qué no ha venido en auto-bus?—pregunto pero de parte de Alaska no hubo respuesta — ¿estas enojada?, ella negó.

— Ve con la rubia, murmuro y siguió caminado.

— Es mi nueva vecina, y yo sólo la traje, perdón, dijo pero mi sabía por que estaba disculpándose.

Ni Alaska sabía por que se había comportado como una novia celosa.

El asiento mojado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora