Cuarenta y siete

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Isaac

Hoy había día libre en el colegio,  por una huelga o algo así, así que abriría la biblioteca más temprano.

Me levante de la cama con una pereza tan grande como mi amigo, o sea wow.

Entonces debe ser muy chiquita tu pereza.

Bufé, y rodé los ojos. Mi voz interna tenía la irritante voz de Alaska, y su sarcasmo.

Me duche, me vestí, y baje a la cocina a servir dos platos de cereales, después fui a despertar a mi hermana pequeña, tengo dos hermanas. Bueno una media hermana por parte de papá y una hermana.
La pequeña es Emily y la grande Melody. Pero la última solo venía de vez en cuando, ella vivía con Carlos, mi papá, si se le puede llamar así.

Subí las escaleras y desperté a Emi para que se fuera a desayunar.
Ella terminó su desayuno, se duchó, se puso su uniforme y salí con ella al auto. La fui a dejar a su escuela y me dirigí a la biblioteca. Mientras manejaba llame a Alaska para que viniera, que al cuarto "pi" contesto.

— Heeey, grite

— Mmm— sonó como un gatito

— Hay que trabajar, gatita

— No molestes— murmuró como un gato otra vez

— ¡Oh gatita Alaska por favor ven y ayúdame!, le grite muy fuerte y reí.

— Te detesto, ven por mi.

Y corto.

Rodé los ojos, la gatita dándole órdenes al León. Pero cerré la biblioteca y pase por ella.

El asiento mojado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora